las manos del dios ya estaban
cansadas.
Por eso, somos frágiles y mortales, y amamos
para rescatar lo que en el dios fue
sueño.
Alberto da Costa e Silva
las manos del dios ya estaban
cansadas.
Por eso, somos frágiles y mortales, y amamos
para rescatar lo que en el dios fue
sueño.
Alberto da Costa e Silva