Entre los innumerables problemas de salud potenciales de las personas con TEA se encuentra el riesgo excesivo de morbilidad y mortalidad por lesiones autolesiones. Una autolesión es un daño que una persona se hace a sí mismo a propósito. Varios estudios epidemiológicos que utilizan los datos delos servicios de urgencias han demostrado que los niños con TEA tienen un riesgo elevado de sufrir lesiones en comparación con la población normotípica de la misma edad. La evidencia epidemiológica también ha indicado que las personas con TEA tienen un mayor riesgo de mortalidad por lesiones, con un riesgo de muerte prematura que es de 2 a 10 veces mayor que en la población general. Las autolesiones pueden ser un factor de este exceso de mortalidad, dado que las personas con TEA tienen un mayor riesgo de conductas autolesivas, ideación suicida y suicidio, aunque las ratios estimadas de autolesiones en esta población son muy diferentes y varían entre 0,86 y 18,76 frente a la población general, según diferentes estudios.
Ashley Blanchard, del departamento de medicina de urgencias del Colegio de Médicos de la Universidad de Columbia en Nueva York, y sus colegas han analizado en un artículo publicado en JAMA Network los datos disponibles en un metaanálisis. Varios factores pueden explicar la variabilidad de las estimaciones existentes del riesgo de autolesión en las personas con TEA, incluyendo las condiciones comunes de salud mental co-ocurrentes que se asocian con un mayor riesgo de suicidio. Las estimaciones de prevalencia agrupadas demuestran que el 28% de las personas con TEA tienen un trastorno de déficit de atención/hiperactividad, el 20% tienen trastornos de ansiedad y el 11% tienen trastornos depresivos. Estos diagnósticos se asocian con un mayor riesgo de suicidio y una mayor prevalencia de autolesión en esta población. Las conductas autolesivas, como golpearse con la mano, cortarse o arrancarse el pelo son comunes en la población con TEA, con una prevalencia estimada del 42%. Las estimaciones también varían entre los estudios debido a las medidas de los resultados y a los grupos de comparación elegidos, a los pequeños tamaños de las muestras y a la inclusión de muestras clínicas (registros de urgencias, por ejemplo) y no clínicas (datos en el registro escolar, por ejemplo).
Los investigadores trataron de examinar los estudios epidemiológicos disponibles sobre el riesgo de conductas autolesivas y suicidas en niños y adultos con TEA para evaluar la posible asociación entre TEA y lesiones. Buscaron sistemáticamente en cinco bases de datos hasta junio de 2020 para estudios con un diseño observacional, sin restricciones de idioma, edad o fecha. Además, compararon el comportamiento autolesivo, definido como «comportamiento no accidental que resulta en una lesión física autoinfligida pero sin intención de suicidio o excitación sexual», y/o la suicidalidad, definida como «ideación suicida, intento de suicidio o suicidio», entre menores de 20 años o adultos de 20 años o más con TEA.
Los investigadores calcularon las ratios para las asociaciones del TEA con el comportamiento autolesivo y la suicidalidad y estratificaron los análisis por el entorno del estudio y los grupos de edad según lo previsto a priori. La búsqueda identificó 31 estudios elegibles, que eran de calidad moderada a alta. De estos estudios, 16 (52%) se realizaron en niños, 13 (42%) en adultos y 2 (6%) en niños y adultos. Catorce estudios (45%) habían sido realizados en Europa, trece (42%) en Norteamérica y 4 (13%) en Asia.
Diecisiete estudios evaluaron la asociación entre el TEA y las conductas autolesivas e informaron de proporciones que oscilaban entre 1,21 y 18,76, lo que dio como resultado un OR combinado de 3,18 (IC del 95%, 2,45-4,12). Dieciséis estudios evaluaron la asociación entre el TEA y la suicidalidad e informaron de ratios que oscilaron entre 0,86 y 11,10, lo que resultó en una ratio combinado de 3,32 (IC del 95%, 2,60-4,24). Lo que eso indica, en palabras sencillas es que el riesgo de autolesiones o conductas suicidas es más del triple en la población con autismo que en la población general.
No nos fijemos solamente en la situación puntual sino también en cómo van evolucionando esas cifras. En los EE.UU., la incidencia de intentos de suicidio o ideas suicidas en muchachos de 5 a 19 años que son atendidos en los servicios de urgencias se ha duplicado en la última década y estudios recientes sugieren que las personas con TEA tienen un riesgo particularmente elevado de autolesión. Debemos estar más atentos y mejor preparados para esta problemática. Estos resultados fueron generalmente consistentes en niños y adultos y en todas las regiones geográficas. «Se necesitan más investigaciones para examinar el papel de los programas de atención primaria, los servicios preventivos de salud mental y el asesoramiento para reducir las autolesiones y el suicidio entre las personas con TEA», escribieron Blanchard y sus colegas.
Para leer más:
- Blanchard A, Chihuri S, DiGuiseppi CG, Li G (2021) Risk of Self-harm in Children and Adults With Autism Spectrum Disorder: A Systematic Review and Meta-analysis. JAMA Netw Open 4(10): e2130272.