Feliz cumpleaños, Mr. Hawking

Es el científico vivo más conocido del mundo. Ha aparecido en forma de holograma en un episodio de Star Trek, su característica voz apareció en un anuncio de British Telecom que luego utilizó el grupo Pink Floyd en su disco “Division Bell” y ha discutido con Homer Simpson en varios episodios de la serie de dibujos animados más famosa de la Historia. Se llama Stephen

Hawking y tiene esclerosis lateral amiotrófica.

La esclerosis lateral amiotrófica (ELA) es una enfermedad degenerativa de tipo neuromuscular. Se origina porque unas células situadas en la médula espinal, las motoneuronas, empiezan a fallar y van muriendo, generando una parálisis muscular progresiva de pronóstico mortal. Las motoneuronas son células nerviosas localizadas en el cerebro, el tronco del encéfalo y la médula espinal que sirven como unidades de control y enlaces de comunicación entre las zonas de decisión y los músculos voluntarios del cuerpo. Los mensajes de las neuronas cerebrales son transmitidos a las motoneuronas motoras de la médula espinal y de allí a los músculos. En la ELA, las motoneuronas cerebrales y las espinales van degenerando y mueren, con lo que dejan de enviar órdenes a los músculos. Incapaces de actuar pues no reciben ninguna orden, los músculos se van debilitando gradualmente, se atrofian y se contracturan. Eventualmente, el cerebro pierde el control del movimiento voluntario. Algunas motoneuronas como las que inervan los músculos extrínsecos del ojo son las menos afectadas, por lo que las personas afectadas mantienen la movilidad del ojo durante toda la vida. Con respecto a la ELA, no se sabe qué la desencadena, ni cómo se puede prevenir o qué puede pararla, pero sí tenemos claro que puede privar de movimiento a una persona pero no privarla de su esencia, ni de su inteligencia ni de su capacidad de luchar y sobreponerse.

El daño en las motoneuronas es también la base de otras enfermedades como la atrofia muscular espinal, la poliomielitis, la esclerosis lateral primaria y la enfermedad de Kennedy.  La muerte de las motoneuronas causa parálisis y luego la atrofia del miembro o miembros afectados. Puesto que el problema esta restringido a estas células motoras, otras funciones cerebrales como la sensibilidad, la memoria o la inteligencia, están intactas.

La ELA es más frecuente entre varones en la década de los sesenta y tiene una prevalencia de 2 por 100.000 aunque también han aparecido grupos de afectados como en jugadores profesionales de fútbol en Italia o veteranos norteamericanos de la Guerra del Golfo, aspectos que se han relacionado, sin evidencias concluyentes, con sustancias dopantes o armas químicas.

La salud de Hawking es frágil, no pudo asistir recientemente a una fiesta-homenaje con motivo de su 70º cumpleaños pero antes de que sintamos pena por él, digamos algunas cosas. Cuanto tenía 12 años, uno de sus amigos apostó con otro “que Stephen nunca llegaría nada”, él comentaba en broma que no sabía quién ganó. Recibió el diagnóstico en 1963, cuando tenía 21 años y el médico le dijo que como máximo le quedaban dos años de vida. Cincuenta años después, Hawking sigue derrotando todos los augurios, todas las estimaciones, todos los cálculos de probabilidades. Cuando supo que tenía una enfermedad discapacitante y mortal, estaba iniciando su tesis doctoral. Una tesis es una carrera de fondo, un maratón de años de duración donde incluso los más brillantes, los más trabajadores, los más resolutivos pasan épocas de desesperanza y hartazgo. Muchos no llegan a terminarla. Hawking decidió, aunque todos los informes médicos indicaban que sería incapaz de terminarla, seguir adelante. No solo leyó la tesis, sino que con su interés sobre la cosmología, la situación del universo, el tiempo, inició una carrera académica que le llevó de éxito en éxito al sitio más brillante que puede soñar un físico, la cátedra Lucasiana de la Universidad de Cambridge, el puesto que un día ocupó Isaac Newton.

Hawking ha sido uno de los miembros más jóvenes de la Royal Society, ha hecho vibrar la Física teórica con sus propuestas y sus investigaciones sobre la estructura del universo, el origen del tiempo, los agujeros negros, las singularidades espacio-temporales, y al mismo tiempo ha sido capaz de conectar con la sociedad, de conseguir ser uno de los pocos científicos capaz de escribir best-sellers sin perder rigor ni interés. También ha logrado inspirar a miles de jóvenes a luchar contra los augurios pesimistas, a asumir y superar una discapacidad, a iniciar una carrera investigadora y avanzar en ella paso a paso, con seriedad y ambición. Según él

«He vivido con la perspectiva de una muerte prematura durante los últimos 49 años. No tengo miedo de morir, pero no tengo prisa. He disfrutado de cada momento y es mucho lo que quiero hacer antes de que llegue el final».

Hawking perdió la voz tras una traqueotomía que siguió a una neumonía en 1985. En esa ocasión, los médicos del Hospital de Ginebra propusieron a su esposa desconectarle y dejarle morir. Ella se negó en redondo.  En esta ocasión, utilizando su sintetizador de voz, Hawking dijo que era su pasión por la Ciencia, su entusiasmo y  la exaltación que le produce su tema de trabajo lo que le había guiado, le había impulsado y animó a todos a buscar la misma inspiración en sus vidas. Sus palabras fueron

“Recuerda mirar hacia arriba, a las estrellas, y no abajo, a tus pies. Intenta encontrar el sentido a lo que ves y piensa qué es lo que hace que el universo exista. Sé curioso.”

Hawking, anclado en una silla de ruedas desde hace décadas y necesitando un aparato electrónico para poder comunicarse y otro para poder desplazarse ha demostrado que aunque pierdas el control de los músculos, el cerebro mantiene intacta la capacidad para maravillarse, para crear, para pensar, para enamorarse, para vivir.

Hawking tituló la conferencia que había pensado dar en persona “Una breve historia de mí”, un guiño a su obra más famosa “Una breve historia del tiempo”. En ella decía que ha sido “un tiempo glorioso” estar vivo y estar investigando en física teórica “Nuestra imagen del universo ha cambiado mucho en los últimos cuarenta años y estoy feliz de haber hecho una pequeña aportación. El hecho de que nosotros los humanos –que somos meras colecciones de partículas fundamentales de la naturaleza- hayamos sido capaces de acercarnos a una comprensión de las leyes que nos gobiernan y a nuestro universo es un gran triunfo” dijo.

El recientemente jubilado catedrático, pero todavía Director de investigación del Departamento de Matemáticas aplicadas y Física teórica de Cambridge pidió a sus compañeros y a todos los entusiastas de la cosmología aumentar el interés público por el cosmos y continuar lo que hemos llamado la “aventura espacial” para ser testigos en sus palabras “de las vistas sin interrupción de nuestro vasto y hermoso universo”. También decía “Debemos continuar saliendo al espacio por el futuro de la Humanidad. No creo que podamos sobrevivir otros mil años si no somos capaces de escapar más allá de nuestro frágil planeta”.

La salud de Hawking se ha deteriorado a lo largo de los años, lleva cincuenta años deteriorándose. Tiene unos pequeños sensores conectados a los músculos de sus mejillas y moviendo un cursor consigue elegir las letras con las que va construyendo las palabras que quiere decir. Tarda aproximadamente un minuto por palabra así que tiene que elegir bien el mensaje de cada frase. Una de las últimas en ese acto fue

“Por difícil que parezca, hay siempre algo que puedes hacer y en lo que puedes ser el mejor. Lo importante es tan solo que no te rindas.”

Para leer más:

José Ramón Alonso

CATEDRÁTICO EN LA Universidad de Salamanca

Neurocientífico: Producción científica

ORCIDLensScopusWebofScienceScholar

BNEDialNetGredosLibrary of Congress


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