Hay bacterias, animales, algas y muchos otros organismos que producen, de forma natural, una reacción química bioluminiscente. Es decir, producen luz. Tienen una sustancia llamada de forma genérica luciferina que cuando actúa una enzima llamada luciferasa genera radiación de onda visible, luz, y una sustancia producto llamada oxiluciferina. Hay medusas que emiten una luz roja para atraer presas hacia sus tentáculos, los calamares cambian la luz que emiten para adaptarse al día y a la noche, pero este próximo curso tengo que explicar a mis alumnos la célula vegetal y me interesa el caso de las algas. Su presencia en un lago o en el mar puede generar un efecto espectacular. Una imagen puede explicarlo muy bien. Phil Hart ha realizado una serie de fotografías en los lagos de Gippsland, en. el estado de Victoria (Australia). Podemos ver la bioluminiscencia en la orilla, con las pequeñas olas que crea el viento. Es debida a organismos microscópicos, a una especie de algas llamadas dinoflagelados, en concreto a una especie llamada Noctiluca scintillans. Los dinoflagelados son organismos diploides, que pueden contener otras algas en simbiosis y que producen gametos por meiosis. Noctiluca es relativamente grande (1-2 mm) Cualquier aspecto biológico es más interesante si entendemos la sucesión de eventos que llevaron a que ese lago brillara de esa manera. Esta explosión de algas se debe a grandes fuegos en el interior de la isla (ver la foto de satélite de abajo), a lluvias torrenciales que arrastraron las cenizas que, a su vez, fertilizaron las aguas, que entonces generaron una eclosión de algas.
La bioluminiscencia es conocida sobre todo por esas fotos de los peces abisales («angler fish») que tienen un apéndice con un extremo bioluminiscente delante de la cabeza. La presas atraídas por la luz se encuentran de repente con la boca de este predador, que no tiene que buscarlas en ese casi desierto que son los océanos profundos sino que ellas van hacia él.
En el caso de la bioluminiscencia de las algas del plancton, el mecanismo parece ser muy diferente y se considera que es un sistema de defensa contra predadores. Las células del plancton responden a cualquier movimiento en el agua. La luminiscencia creada ante ese movimiento, atraería predadores de mayor tamaño que entonces no estarían interesados en las algas, sino en el posible predador primario que había generado la primera respuesta. Sería como si las zanahorias de un cultivo ante un movimiento que pudiese significar un conejo hambriento, generasen una señal luminosa que alertase a los zorros del vecindario de que por allí podía haber un conejo despistado.
A veces he andado en barca o canoa por la noche y a los lados de los remos podías ver un poco de bioluminiscencia. Hay lagos donde la cantidad de noctilucas es muy alta y entonces el efecto es espectacular. Esta última foto está tomada tirando una piedra plana y haciendo que salte sobre la superficie del agua. ¡Felices noches de agosto!
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