Un estudio reciente ha demostrado que los niños con trastorno del espectro autista (TEA) tienen peor memoria que los niños normotípicos. Las alteraciones de la memoria tienen profundas implicaciones para temas importantes como la comunicación social y los resultados educativos. Sin embargo, la naturaleza precisa de la disfunción de la memoria en niños con TEA y los mecanismos de los circuitos neuronales subyacentes siguen siendo poco conocidos. La red de modo por defecto (DMN, por sus siglas en inglés) es un circuito neuronal que está asociado con la memoria y la función cognitiva y se llama así porque se encarga de buena parte de la actividad cerebral cuando la mente está en reposo. La disfunción de la DMN se encuentra entre las características cerebrales más replicables y claras del TEA.
Las investigaciones previas han demostrado que los niños con autismo tienen dificultades para recordar caras. Algunas investigaciones también han sugerido que los niños con autismo tienen dificultades de memoria más amplias, pero estos estudios usaban muestras pequeñas y no evaluaron a fondo las capacidades de memoria de los participantes. Incluían niños con amplios rangos de edad y coeficiente intelectual, factores ambos que influyen en la memoria.
Un grupo de investigadores de la universidad de Stanford ha utilizado una batería de evaluaciones estandarizadas de memoria episódica y análisis de circuitos funcionales en 25 niños de 8 a 12 años con TEA de alto funcionamiento, con CI normal y 29 niños control con desarrollo típico. Los resultados se han publicado en la revista Biological Psychiatry: Cognitive Neuroscience and Neuroimaging.
Todos los participantes completaron una evaluación exhaustiva de sus habilidades de memoria, incluida su capacidad para recordar caras; material escrito; y fotografías no sociales o fotos sin ninguna persona. Los científicos evaluaron la capacidad de los participantes para reconocer información con precisión (identificando si habían visto una imagen u oído una palabra antes) y recordarla (describiendo o reproduciendo detalles de la información que habían visto u oído antes).
Los investigadores evaluaron la memoria de los participantes tras retrasos de distinta duración. A todos los participantes también se les hicieron resonancias magnéticas funcionales del cerebro para evaluar cómo se conectaban entre sí las regiones cerebrales que se sabe que intervienen en la memoria.
Los principales resultados fueron que el rendimiento de la memoria era menor en los niños con TEA en comparación con los niños control. El estudio halló que los niños autistas tenían más dificultades para recordar caras que los niños con un desarrollo típico y también tenían dificultades para recordar información no social. En las pruebas sobre frases que leían y fotos no sociales que veían, sus puntuaciones en recuerdo verbal inmediato y retardado, recuerdo visual inmediato y reconocimiento verbal retardado eran más bajas. La memoria general y la memoria facial estaban afectadas en el TEA y también se encontró una disminución de la memoria episódica, aquella que nos permite recordar las cosas que hemos vivido como qué hiciste en tu último cumpleaños.
Entre los niños con un desarrollo típico, las capacidades de memoria eran constantes. Si un niño tenía buena memoria para las caras, también era bueno para recordar información no social. Este no era el caso de los niños con autismo. Entre ellos, algunos parecían tener ambas deficiencias y otros presentaban deficiencias más graves en una u otra área de la memoria. Fue un hallazgo sorprendente que estas dos dimensiones de la memoria fueran disfuncionales, en formas que no parecían estar relacionadas, y eso se relaciona con el análisis de los circuitos cerebrales
El análisis de los circuitos funcionales intrínsecos asociados a la DMN reveló que los déficits de memoria general y facial estaban asociados a circuitos distintos e hiperconectados. La conectividad aberrante del hipocampo predijo la disminución de la memoria general, mientras que la conectividad aberrante de la corteza posterior del cíngulo predijo la disminución de la memoria de caras. La corteza posterior del cíngulo es una región clave de la red de modo por defecto que desempeña funciones en la cognición social y en distinguirse de otras personas. En particular, la alteración del circuito hipocampo-corteza posterior del cíngulo era una característica común de la disminución de la memoria general y facial en el TEA. En ambas redes, los cerebros de los niños autistas mostraban circuitos sobreconectados en comparación con los de los niños con un desarrollo típico. En otros estudios sobre redes cerebrales de niños autistas se ha observado un exceso de conectividad, probablemente debido a una poda selectiva insuficiente de los circuitos neuronales.
En ambas redes, los cerebros de los niños autistas mostraban circuitos sobreconectados en comparación con los de los niños con un desarrollo típico. En otros estudios sobre redes cerebrales de niños autistas se ha observado un exceso de conectividad, probablemente debido a una poda selectiva insuficiente de los circuitos neuronales.
Estos resultados identifican patrones amplios y replicables de alteraciones de memoria en niños con TEA, que es menor que en controles, y estos hallazgos están vinculados a la disfunción de circuitos distintos relacionados con la DMN. Estos hallazgos destacan un papel de la disfunción de la DMN en el TEA que se extiende más allá de la memoria facial a la función general de la memoria. Los niños con autismo tienen dificultades para recordar no sólo las caras, sino también otros tipos de información, una dificultad que está en relación con patrones únicos de conexiones cerebrales.
Las alteraciones de la memoria podrían contribuir significativamente a las dificultades de interacción social de los niños con autismo. Si no eres bueno recordando rostros, es mucho más difícil establecer relaciones significativas en los distintos ambientes en los que te mueves.
Estas dificultades podrían afectar a los resultados académicos de estos niños. Muchos niños con autismo de alto funcionamiento van a escuelas ordinarias y reciben la misma instrucción que los demás niños. La memoria es un factor clave para predecir el éxito académico y los problemas de memoria pueden poner a los niños con autismo en desventaja, lo que ofrece una nueva perspectiva para el abordaje del autismo. Los resultados también sugieren que las deficiencias de memoria pueden contribuir significativamente a los retos sociales que se observan en el autismo.
Finalmente, según los investigadores, las conclusiones del estudio también plantean un cierto debate sobre los orígenes neuronales del autismo. Los problemas sociales se consideran una característica crucial del autismo, pero es posible que los problemas de memoria contribuyan significativamente a la capacidad de relacionarse socialmente; es decir, que las dificultades sociales sean no una característica primaria sino un producto secundario de las dificultades de memoria. La cognición social no puede producirse sin una memoria fiable. Los comportamientos sociales son complejos e implican múltiples procesos cerebrales, entre ellos asociar caras y voces a contextos particulares, lo que requiere una memoria episódica potente. Las deficiencias en la formación de estos rastros de memoria asociativa podrían constituir uno de los elementos fundacionales del autismo.
Para leer más:
- Digitale E (2023) Broad Memory Impairments in Children With Autism. Neuroscience News https://neurosciencenews.com/asd-memory-impairments-23620/
- Liu J, Chen L, Chang H, Rudoler J, Al-Zughoul AB, Kang JB, Abrams DA, Menon V (2023) Replicable Patterns of Memory Impairments in Children With Autism and Their Links to Hyperconnected Brain Circuits. Biol Psychiatry Cogn Neurosci Neuroimaging 15: S2451-9022(23)00121-0.
Una respuesta a «Memoria y autismo»
Excelente