Estos estudios pueden estar sesgados hacia la detección de mejoras en el comportamiento, dice Catherine Lord,
catedrática de psiquiatría y educación en la Universidad de California, Los Ángeles, que dirigió ese estudio de 2018, así como el nuevo. Los padres participantes sabían que los investigadores estaban buscando los cambios de comportamiento durante la fiebre y pueden haber estado más inclinados a percibir e informar de los efectos.
En el nuevo estudio, Lord y sus colegas diseñaron una aplicación de teléfono móvil para recoger datos -de forma menos sesgada- de 141 niños autistas y 103 no autistas de entre 2 y 7 años. Lord y sus colegas pidieron a los padres que informaran del comportamiento y la temperatura de sus hijos mediante una aplicación de teléfono móvil tres veces por semana, independientemente del estado de salud del niño. También pidieron a los padres que anotaran en la aplicación si ocurría algo fuera de lo normal, desde que el niño tuviera fiebre hasta que estuviera de viaje. Como resultado, dice Lord, los padres no estaban pendientes de buscar específicamente los cambios de comportamiento que acompañan a la fiebre, a diferencia del estudio anterior.
El equipo descubrió que la mayoría de los niños eran menos felices, activos y sociales cuando tenían fiebre que cuando estaban sanos, y los cambios negativos eran más pronunciados en los niños autistas. Sin embargo, cabe destacar que tres niños autistas de los 141 se salieron de la tendencia: Sus padres informaron de una menor irritabilidad y otros comportamientos mejorados durante la fiebre, lo que sugiere que puede haber un subconjunto de niños con autismo que tengan esta respuesta atípica, dicen los investigadores, pero no hubo similitudes obvias de rasgos entre los niños que mostraron estas mejoras.
El estudio todavía no se ha plasmado en una publicación. Los investigadores presentaron los resultados el 12 de mayo en el congreso anual de la International Society for Autism Research (INSAR 2022).
Los futuros estudios que investiguen los posibles vínculos entre la fiebre y el alivio de los comportamientos difíciles en el autismo deben ir más allá de la mera reducción de los sesgos en la metodología y necesitamos muestras mucho más grandes. Está claro que la población de autistas es heterogénea y necesitamos saber si los niños que parecen mejorar con la fiebre tienen alguna característica común, aunque todo parece indicar que serían, si es así, una población relativamente pequeña.
Para leer más:
- Askham AV (2022) Fever doesn’t ease challenging traits in most autistic children. Spectrum News 17 de mayo. https://www.spectrumnews.org/news/fever-doesnt-ease-challenging-traits-in-most-autistic-children/
- Curran LK, Newschaffer CJ, Lee LC, Crawford SO, Johnston MV, Zimmerman AW (2007) Behaviors associated with fever in children with autism spectrum disorders. Pediatrics 120(6): e1386-1892.
- Grzadzinski R, Lord C, Sanders SJ, Werling D, Bal VH (2018) Children with autism spectrum disorder who improve with fever: Insights from the Simons Simplex Collection. Autism Res 11(1): 175-184.