En los últimos años se ha intentado vincular los conocimientos sobre el suicidio en personas autistas a los modelos existentes sobre el suicidio en la población general, lo que podría permitir una comprensión más profunda y una utilidad predictiva. Se ha prestado especial atención a la Teoría Interpersonal del Suicidio (TIS), que sostiene que «la gente se suicida porque puede y porque quiere».
La TIS conceptualiza la ideación suicida y los intentos de suicidio como fenómenos distintos asociados a factores de riesgo específicos. Para la ideación suicida, el TIS afirma la relevancia de la pertenencia frustrada y la sensación de ser una carga, con sugerencias recientes de que el ensayo mental, imaginar ese suicidio, también puede contribuir a los intentos suicidas. Un importante principio adicional de la TIS postula que la interacción (combinación) de la pertenencia frustrada y la carga es necesaria para transformar la ideación suicida «pasiva» en «activa», y que, del mismo modo, los intentos de suicidio sólo se producirán en presencia de una ideación suicida activa (pertenencia frustrada + sensación de carga) y de la capacidad de suicidio.
Intuitivamente, los fundamentos de la TIS parecen muy relevantes para las personas autistas, dadas que muchos de ellos sufren experiencias que probablemente generan estados de pertenencia frustrada, agobio y capacidad adquirida para el suicidio: ostracismo social, acoso y victimización, experiencias adversas en la infancia, desempleo crónico, autolesiones, marginación y experiencias traumáticas o alienantes con los profesionales con los que tratan y los sistemas diseñados teóricamente para apoyarlos. También parece probable que los autistas puedan acumular «capacidad para el suicidio» en tasas más altas que los no autistas, dada la mayor frecuencia de autolesiones, abusos y agresiones en niños y adultos autistas. Eso implica que el paso de la ideación a los intentos es más rápido en las personas autistas.
También se podrían plantear diferencias en el ritmo al que los autistas adquieren la capacidad de suicidio, ya que la capacidad de suicidio también puede estar relacionada con atributos genéticos o de disposición (como las diferencias en la sensibilidad al dolor, la aprensión y la evitación del daño).
Por último, para comprender la relevancia de la TIS para el suicidio en la comunidad autista, es importante explorar si pueden explicar, es decir, si son el mecanismo mediador, para las asociaciones que se han informado previamente entre la suicidalidad y ciertos factores relevantes para los autistas. En un estudio reciente (Moseley et al., 2022), se eligieron dos de estas características para su investigación: el estado civil o tipo de relación en la que se encuentran, y en segundo lugar, la edad en el momento del diagnóstico. En relación con el primero, se han observado tasas más bajas de intentos de suicidio y de muertes por suicidio en personas autistas que tenían relaciones (casadas o que convivían con alguien) que en aquellas que eran solteras. Las relaciones personales satisfactorias pueden ser una fuente de conexión social y apoyo, y mientras que estar en una relación sana puede apoyar la autoestima y el haber tenido alguna vez una relación también se asocia con mayores sentimientos de autoestima. De esto se deduce naturalmente que las relaciones personales satisfactorias podrían estar asociadas con una menor probabilidad de estados caracterizados por la pertenencia frustrada y la sensación de ser una carga, y que este mecanismo podría explicar la asociación observada en la población general entre las relaciones satisfactorias y la reducción del riesgo de ideación suicida.
Con referencia a la edad en el momento del diagnóstico, un artículo reciente (Kolves et al., 2021) sugiere que los intentos de suicidio aumentan con la edad en el momento del diagnóstico. Aunque no todos los estudios apoyan esta asociación, es coherente con los hallazgos de una mayor incidencia de enfermedades psiquiátricas (incluidas depresión, ansiedad, el trastorno obsesivo-compulsivo y los trastornos alimentarios), autolesiones y dificultades conductuales y sociales en los niños y adolescentes con diagnóstico tardío.
Dado que las relaciones románticas suelen ser una fuente de apoyo y pueden reforzar los sentimientos de autoestima, se hipotetizó que el hecho de tener una relación en el momento del estudio se asociaba con una reducción de los sentimientos de pertenencia frustrada y de carga, y a través de esto, con una menor probabilidad de ideación e intentos de suicidio. El efecto directo de estar en una relación sobre la ideación suicida no fue significativo, pero se asoció indirectamente con la ideación suicida a través de los mediadores de la depresión, la sensación de estar atrapado y la sensación de ser una carga.
En el tema del suicidio nuestra primera prioridad es evitarlo. Los investigadores del suicidio suelen dividir las medidas en aquellas que reducen el riesgo de suicidio y las que aumentan la protección contra el mismo. Las medidas pueden dividirse a su vez en nivel social, local, familiar e individual; por ejemplo, a nivel social, las barandillas de los puentes se consideran una medida de reducción del riesgo, mientras que el acceso a la asistencia sanitaria aumenta la protección. A nivel más local, en las escuelas, por ejemplo, el riesgo de suicidio puede reducirse con medidas para prevenir el acoso escolar y la protección puede aumentar mejorando el sueño de los estudiantes, quizás comenzando la jornada escolar más tarde. Dicho esto, no todas las medidas de riesgo y protección pueden lograrse mediante decisiones políticas o iniciativas sociales. Un ejemplo es tener una red social fuerte, que no depende tanto de decisiones externas.
Un estudio liderado por el Karolinska Institutet ha comparado diversos métodos para promover la salud mental y prevenir el suicidio entre los escolares. En el estudio (Lustig et al., 2022) participaron 11.110 alumnos de 168 colegios de 10 países europeos.
El mejor efecto sobre el comportamiento suicida tuvo lugar en el último grupo, ya que los intentos de suicidio fueron un 50% más bajos entre los estudiantes a los que se les dio la oportunidad de formarse para hacer frente a los problemas de salud mental que en el grupo de control. En el tiempo del estudio, no se registró ningún suicidio en ninguno de los grupos. Por tanto, el mensaje parece claro: seamos proactivos, hablemos con los chicos de ello, no asumamos que es un problema irresoluble ante el que no podemos hacer nada. No es así.
Para leer más:
- Kolves K, Fitzgerald C, Nordentoft M, Wood SJ, Erlangsen A (2021) Assessment of suicidal behaviors among individuals with autism spectrum disorder in Denmark. JAMA Netw Open 4(1):17.
- Lustig S, Kaess M, Schnyder N, Michel C, Brunner R, Tubiana A, Kahn JP, Sarchiapone M, Hoven CW, Barzilay S, Apter A, Balazs J, Bobes J, Saiz PA, Cozman D, Cotter P, Kereszteny A, Podlogar T, Postuvan V, Värnik A, Resch F, Carli V, Wasserman D (2022) The impact of school-based screening on service use in adolescents at risk for mental health problems and risk-behaviour. Eur Child Adolesc Psychiatry doi: 10.1007/s00787-022-01990-z
- Moseley RL, Gregory NJ, Smith P, Allison C, Cassidy S, Baron-Cohen S (2022) The relevance of the interpersonal theory of suicide for predicting past-year and lifetime suicidality in autistic adults. Mol Autism 13(1): 14.
- https://ki.se/en/research/hold-on-and-hold-out-save-more-people-from-suicide