La infección por parásitos suele acarrear costes para sus huéspedes, como un desarrollo más lento, una menor supervivencia o una menor fecundidad, ya que la actividad alimenticia del parásito reduce los recursos disponibles para el huésped. Sorprendentemente, algunos parásitos prolongan la vida de sus huéspedes, por ejemplo, al interferir en el equilibrio entre fecundidad y longevidad al reducir el éxito reproductivo de los huéspedes hasta su completa esterilización. Los insectos sociales son huéspedes de diversos parásitos y las obreras que abandonan el hormiguero para buscar comida están expuestas a ser infectadas por distintos organismos.
Temnothorax nylanderi es una pequeña hormiga centroeuropea. Las hormigas de esta especie sirven como huésped intermedio de la tenia Anomotaenia brevis, mientras que el huésped final es un pájaro carpintero.
Un grupo de investigación alemán cuya primera autora es Sara Beros ha estudiado los efectos del parasitismo de Anomotaenia brevis en Temnothorax. Cuando los científicos investigaron la prevalencia de A. brevis en la naturaleza, descubrieron que alrededor del treinta por ciento de las colonias de hormigas con las que se encontraron tenían al menos algunas obreras infectadas. Mientras que en algunos nidos sólo unas pocas obreras están infectadas, en otros casos más de la mitad de las obreras son portadoras de tenias. El grupo de la Universidad de Mainz recogió 58 colonias, compuestas por una reina y entre 22 y 245 obreras. El tamaño de la colonia, es decir, el número de obreras, no difirió entre las colonias parasitadas y las no parasitadas. Las obreras jóvenes se distinguen fácilmente de las más viejas por su cutícula clara, aún no totalmente esclerotizada.
Sorprendentemente, las obreras infectadas sobrevivieron mucho más tiempo que las no infectadas y su supervivencia no difirió de la de las reinas tanto en las colonias parasitadas como en las no parasitadas. Sin embargo, la presencia de obreras infectadas redujo la supervivencia de sus compañeras de nido no infectadas, probablemente por el trabajo extra que significa alimentar a un grupo de hormigas que no colaboran en la recolección de alimento. Las reinas de las colonias parasitadas no mostraron ningún cambio en la supervivencia en comparación con las reinas de las colonias no parasitadas, cuya vida puede alcanzar las dos décadas.
Las obreras infectadas presentaban una tasa metabólica y un contenido de lípidos similares a los de las obreras jóvenes. En las colonias parasitadas, los comportamientos de atención social dirigidos a las obreras infectadas superaron a los dirigidos a las nodrizas, a las forrajeadoras e incluso a la reina. El comportamiento activo de pedir comida se observó muy raramente (5 de 1780 interacciones totales), y las obreras infectadas nunca participaron en estas interacciones. Las forrajeras recibieron menos cuidados que las nodrizas y las nodrizas recibieron menos cuidados que la reina.
Los parásitos suelen reducir la viabilidad de sus huéspedes. En los raros casos en los que los parásitos prolongan la vida de sus huéspedes, suelen disminuir la fecundidad de los mismos. En este estudio se ha observado que la vida de las obreras de las hormigas infectadas con un helminto al menos se triplica y no hay cambios en la fecundidad. Durante el periodo de observación de 3 años, la supervivencia de las obreras infectadas fue similar a la de las reinas, que pueden vivir hasta dos décadas en esta especie. Las diferencias observadas en la supervivencia fueron asombrosas. Mientras que más de la mitad de las obreras infectadas seguían vivas después de más de 1000 días, todas sus compañeras de nido no infectadas ya habían muerto.
En muchos rasgos, las obreras infectadas parecen envejecer más lentamente, pero ¿cuáles son las causas próximas de su prolongación de la vida?
Las obreras de las hormigas T. nylanderi infectadas por la tenia A. brevis son organismos muy modificados. Además de su extraordinaria longevidad, la infección reduce el repertorio conductual de las obreras. Permanecen predominantemente inactivas dentro del nido y muestran una menor respuesta contra los depredadores. Cuando los investigadores expusieron a la luz colonias de Temnothorax infectadas, las obreras parasitadas hacían poco más que mirar expectantes hacia el cielo. «Todos las demás -según la directora del equipo de investigación- cogieron las larvas y salieron corriendo, mientras que las obreras infectadas parecían pensar: Oh, ¿qué está pasando?» . Esto contrasta con los cambios de comportamiento observados en las hormigas utilizadas como huéspedes intermedios por otros parásitos con ciclos vitales complejos. Las obreras infectadas por la duela hepática abandonan el nido y se colocan en zonas elevadas de hierbas para exponerse al hospedador definitivo de este parásito, los grandes mamíferos herbívoros. Las obreras de Temnothorax son diminutas, de unos 2-3 mm de longitud, y viven en la hojarasca, donde son difíciles de detectar por sus huéspedes definitivos, los pájaros carpinteros.
Para leer más:
- Beros S, Lenhart A, Scharf I, Negroni MA, Menzel F, Foitzik S (2021) R Soc Open Sci 8(5): 202118.
- Wu KJ (2021) The Never-Aging Ants With a Terrible Secret. The Atlantic https://www.theatlantic.com/science/archive/2021/05/ant-tapeworm/618919/