Clara Justine Claiborne se casó con el físico David Park en 1945, y ambos asistieron a la Universidad de Michigan, donde ella obtuvo un máster en 1949, en la especialidad de literatura inglesa. En 1951 se trasladaron a Massachusetts, donde Park enseñó en diferentes colleges durante varias décadas, hasta 1994. Su hija Jessie tenía comportamientos que entonces apenas se entendían.
Clara Park se propuso desmontar esa falsa idea de que ella era, en cualquier medida, responsable del autismo de su hija. No lo tenía fácil pues su perfil, intelectual, de la Costa Este, profesora, parecía encajar en ese arquetipo de la madre fría y distante.
Clara Park no se arredró ante la situación imperante y decidió escribir sobre la experiencia de su esposo y la suya propia para entender el mundo de su hija con autismo y que ella entendiese el suyo. Su libro El asedio: los primeros ocho años de un niño autista salió a la venta en 1967.
En la primera edición del libro, Park se refería a su hija con el seudónimo «Elly», por temor a que su hija, que confiaba en que pudiera leer cuando fuera mayor, se sintiera avergonzada. Esa preocupación fue desapareciendo y Jessy volvió a ser Jessy en las ediciones siguientes. En ese libro Clara Park reclamaba que la comunidad científica valorase el trabajo y el conocimiento de los padres de los niños autistas. Su objetivo no era minimizar el trabajo de los investigadores y terapeutas, sino construir con ellos un espacio de cooperación. Los profesionales tomaron nota y los padres «se sentaron a la mesa» y así Clara Park ayudó a cambiar la opinión pública y la relación con los profesionales de la salud mental. El libro fue reconocido como uno de los primeros en disipar el sentimiento de culpa de los padres y en servir de recurso para las familias y los terapeutas que estaban interesados en el autismo. El asedio sentó las bases para que las familias buscaran respuestas, para que dejaran de aceptar el «no» de pediatras y educadores, para que tuvieran mayores expectativas para sus hijos. En muchos sentidos, disminuyó el aislamiento que sentían las familias, y fue para muchos jóvenes profesionales del sector una lectura inestimable para conocer la experiencia de criar a alguien con autismo. Park pensaba que «los logros intelectuales son inútiles sin un desarrrollo social». Durante años, Park siguió respondiendo cartas de madres de niños con necesidades especiales, maestros, terapeutas, autistas y otros.
Clara Park era una ensayista de renombre, en especial sobre grandes autores de la literatura universal, de Dante a Pepys. En una de sus citas hablaba del libertador holandés Guillermo el Silencioso pero quizá hablaba también de sí misma: «No es necesario tener esperanza para intentarlo; no es necesario tener éxito para perseverar».
Jessica Park se graduó en el instituto Mount Greylock cuando tenía 21 años. Allí, un profesor de arte la animó a dibujar. Ahora vende cuadros,sobre todo paisajes urbanos que combinan un dibujo preciso con colores salvajes. En el Williams College, una de las universiades donde trabajó su madre y donde ella trabaja desde el instituto, un cartel en la puerta de su lugar de trabajo dice: «Oficina de correos de Jessica H. Park».
Para leer más:
- Hafner K (2021) La mujer que enfrentó la teoría de las “madres-heladera”. The Washington Post https://edicionimpresa.lanacion.com.ar/la-nacion/20210509/282677575166365
- Hevesi D (2010) Clara Claiborne Park, 86, Dies; Wrote About Autistic Child. The New York Times 13 de julio. https://www.nytimes.com/2010/07/13/health/13park.html