Los parásitos son a veces capaces de inducir cambios en el comportamiento de sus hospedadores para mejorar la transmisión, poder infectar a otros individuos o completar su ciclo biológico. Toxoplasma gondii, un protozoo que infecta una amplia gama de especies de sangre caliente,
En los humanos, T. gondii induce modificaciones del comportamiento como cambios de personalidad, tiempos de reacción prolongados y disminución de la concentración a largo plazo. También hay evidencias de que va asociado a diferentes enfermedades psiquiátricas incluida la depresión, la esquizofrenia y el intento de suicidio. Sin embargo, los humanos modernos no son hospedadores intermedios adecuados porque ya no somos presa de los felinos. En consecuencia, se supone que las modificaciones del comportamiento en personas infectadas son generalmente efectos secundarios de la toxoplasmosis o rasgos residuales de una manipulación que sucedió hace milenios, cuando los antepasados homininos aún estaban bajo una depredación felina significativa.
El olfato es nuestro sentido menos conocido. Cuando llegamos a una reunión solemos estrechar las manos a los presentes y sentarnos. Si se graba el encuentro a los pocos segundos, menos de treinta, todos empiezan a oler sus palmas, una forma de captar información de manera inconsciente sobre ese grupo de personas. Nuestro sistema nervioso, a través del olfato, averigua datos sobre el estado de salud, la compatibilidad genética y el estado emocional de cada uno. Parece que podemos detectar ese famoso olor a miedo. No es raro, un estudio de 2014 demostró que somos capaces de distinguir un billón de olores diferentes. Hasta entonces se calculaba que no eran más de 10.000.
Para desentrañar el origen de las modificaciones inducidas por el toxoplasma en los seres humanos, el grupo de Poirotte realizó pruebas olfativas en un primate vivo que es aún depredado por una especie felina.
Esto encaja con una foto sorprendente realizada en 1966 por John Dominis como parte de un encargo para la revista Life.
Dominis lo cuenta así:
«Había fotografiado algunos animales antes y aunque realmente no era ningún experto en felinos podía contratar a gente que supiera más. Pat Hunt, la jefa del departamento de naturaleza de Life, me recomendó a un cazador en Botswana que capturaba animales para zoológicos.
Había atrapado un leopardo y lo puso en la parte trasera de una camioneta y nos fuimos al desierto. Él liberaba al leopardo y la mayor parte de las veces el leopardo perseguía a los babuinos que corrían y trepaban a los árboles. Pude fotografiar todo eso.
Pero por alguna razón un babuino no se marchó. Se dio la vuelta y se puso cara al leopardo y el leopardo le mató».
¿Por qué? Ese babuino no tenía ninguna posibilidad frente al leopardo. ¿Por qué le hizo frente?
Aunque el valor adaptativo de la conducta inducida por parásitos debe ser evaluado cuidadosamente, el ejemplo de los chimpancés y el babuino sugiere que ese comportamiento anómalo podría aumentar el riesgo de depredación de estos primates por parte de los leopardos para beneficio propio del parásito. ¿Y en humanos? Los seres humanos hemos compartido la mayor parte de nuestra existencia con grandes carnívoros y fuimos cazados por ellos en una proporción similar a la que sufren otros primates actuales. Puesto que los ataques por felinos era una importante fuerza evolutiva para el ser humano y ya que muy probablemente los primeros homininos eran unos hospedadores intermedios adecuados para el toxoplasma, no es de extrañar que nuestro comportamiento fuese manipulado por este parásito unicelular.
Para leer más:
- Desmonts G, Couvreur J (1974) Congenital toxoplasmosis. A prospective study of 378 pregnancies. New Engl J Med 290: 1110-1116.
- Hsu PC1, Groer M, Beckie T (2014) New findings: depression, suicide, and Toxoplasma gondii infection. J Am Assoc Nurse Pract 26(11):629-37. doi: 10.1002/2327-6924.12129.
- Poirotte C, Kappeler PM, Ngoubangoye B, Bourgeois S, Moussodji M, Charpentier MJ (2016) Morbid attraction to leopard urine in Toxoplasma-infected chimpanzees. Curr Biol 26(3): R98-p9. doi: 10.1016/j.cub.2015.12.020.
5 respuestas a «Suicidio y toxoplasma»
Va bien que se sepa y se divulgue! Si que me suena que por lo curioso del tema busqué y me encontré extrañado. Con que cotidianamente es complicado y diagnosticar toxoplasmosis o tratarla, o decidir si hacer cualquiera de las dos cosas. Aunque uno tenga ganas de prevenirse.
Me pareció que la exposicion y contagio es realmente facil. Y que cuando llega al cerbro todo depende de las defensas ya…. Que es dificil de curar…
Cuando veo gente mayor o niños acariciando gatos callejeros o jugando en arena me acuerdo. O deportistas en periodo complicado y que se ensucian con tierra o guanos… O gente en periodos de estrés largo y descuidada comiendo en jardines, mientras acarician gatos….
O cuando trbajan su huerto o jjardin mientras comen bocata., fuman…
Ja, ja…. Vaya, esto de leer sobre enfermedades es curiiso :-) enseguuda uno se siente que la tiene….
Salut i força,
:-)
Toni
PS mi email ni tira bien :-)
Ah :-) se me olvidava lo más importante:
Que te gusten los VIDEOS DE GATITOS de internet es indicio para diagnostico?
Uau, es una epidemia!
Saludos cordiales y humor de un lector :-)
Que interesante y tan bien descripto está este articulo…
Siempre he tenido un temperamento algo sensible, suave y “débil” pero, cuando era adolescente un gato me mordió. Pasé meses en un hospital luchando contra Toxoplasma, una de mis retinas estaba en peligro. Al final, todo terminó bien y seguí mi vida sin daños más que una pequeña lesión en la mácula. Cuando estaba a la mitad de mi carrera universitaria una depresión incontrolable apareció de la nada;sigo luchando contra ella. Me he quedado TREMENDAMENTE sorprendida con este artículo, jamás me imaginé que eso que me pasó PODRÍA tener relación alguna con mi depresión.
Mil gracias por compartir.
E.
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