Al cabo de 6-9 días la avispa emerge del capullo e inicia su vida independiente. En algunos casos hay un final feliz para todos; en torno a una cuarta parte de las mariquitas reviven y salen de la parálisis una vez que el capullo ha quedado vacío. El resto, muere. Pero el proceso es como sucede en estos casos, fascinante.
Había una pregunta en este proceso que era la temporalización. La mariquita no se convierte en un zombi hasta que pasan varias semanas después de que la avispa haya puesto el huevo. Nolwenn Dheilly y su grupo pensaron que quizá la larva de la avispa o la mariquita fabricaba alguna proteína tóxica que se iba acumulando con el tiempo hasta causar la parálisis del escarabajo. Empezaron a buscar alguna actividad génica sospechosa que pudiera dar lugar a una molécula con esas características y para ello hicieron el transcriptoma, secuenciar los transcritos de ARN tanto en la mariquita como en la larva de la avispa. Lo explico brevemente: llevamos años haciendo secuenciaciones, leer el ADN y saber los genes que tiene una especie o un individuo. Pero muchos genes no se expresan o solo lo hacen en células o en épocas determinadas con lo que es también muy interesante saber qué genes de ADN se transcriben a ARN mensajero porque nos va a dar una idea significativa sobre la actividad que está teniendo lugar. El conjunto de todos esos transcritos de ARN mensajero es el transcriptoma y cuando lo analizaron los investigadores encontraron, para su sorpresa, que los cerebros de las mariquitas parasitadas estaban plagados de un ARN viral desconocido, que no estaba presente en las mariquitas sanas. Se le llamó el virus paralizador de Dinocampus coccinellae o, por sus siglas en inglés, DCPV.
Iflavirus similares se han encontrado en insectos de interés económico como la abeja melífera y el gusano de seda. Sin embargo, en estos casos los virus soy muy patogénicos y causan el colapso de la colonia, pero eso no interesa en el caso de un parásito. De hecho, no se ha visto una patogenicidad potencial en los adultos de D. coccinellae y habrá que determinar si se trata de un caso de parasitismo, comensalismo o mutualismo. Lo que sí se ha comprobado es que los DCPV se replican en los ganglios cerebrales de las mariquitas parasitadas. Hay por tanto un neurotropismo, se mueven específicamente hacia el tejido nervioso y se desarrollan allí. Curiosamente un neurotropismo asociado con síntomas de parálisis se ha encontrado en otros virus parecidos (picorna-like) como el de la polio, el virus de la parálisis letal de los áfidos y el virus de la parálisis crónica de las abejas
Una mariquita devora unos 5500 pulgones en un año, así que cualquier parásito que afecte a la supervivencia, desarrollo y reproducción de las mariquitas es una amenaza potencial para la agricultura.
El virus y la avispa tienen intereses comunes: convertir a la mariquita en un guardaespaldas que protegerá la maduración de la avispa y más avispas implica más virus. Al final pensábamos que la avispa era la que manipulaba a la marioneta pero parece que en su interior se localiza un titiritero que controla al anterior.
Para leer más:
- Dheilly NM, Maure F, Ravallec M, Galinier R, Doyon J, Duval D, Leger L, Volkoff AN, Missé D, Nidelet S, Demolombe V, Brodeur J, Gourbal B, Thomas F, Mitta G (2015) Who is the puppet master? Replication of a parasitic wasp-associated virus correlates with host behaviour manipulation. Proc Biol Sci 282(1803): 20142773.
- Weiler N (2015) Wasp virus turns ladybugs into zombie babysitters. Science https://www.sciencemag.org/news/2015/02/wasp-virus-turns-ladybugs-zombie-babysitters
5 respuestas a «La guardaespaldas»
interesante descubrimiento, y llevando esto al plano del comportamiento humano, el virus, que paraliza, entra por el pensamiento, y se contagia toda la población cercana de la especie que sea, con ideas generalizadas…
[…] José Ramón Alonso lo cuenta, de manera fascinante, en el post “La guardaespaldas” […]
EL mundo de los insectos es sumamente interesante y no imaginaba que existía este tipo de comportamientos entre avispas y mariquitas. Muy bueno el articulo, lo felicito Dr. José. Me gustó.
Será muy interesante saber qué medidas se aplican a futuro para proteger el sector agrícola de estas avispas parasitarias. Y como lidian con el peligro inevitable de modificar la cadena trófica para intentar limitar una especie que a priori nos perjudica.
En general los ecosistemas se autoregulan bien. El problema somos nosotros que muchas veces deshacemos esos equilibrios, eliminamos algunos depredadores o favorecemos a algún componente de esas cadenas tróficas. Saber más de estos procesos es el primer paso para hacer las cosas bien. Un saludo cordial y gracias por su comentario.