Microglía y autismo

Las células microgliales son las células inmunitarias que residen en el sistema nervioso central y un pionero clave en su estudio fue Pío del Río Hortega. Tienen capacidad fagocitaria, constituyen un 10% de las células del encéfalo y forman una red tridimensional bastante regular en la que cada microgliocito tiene un territorio único. Su superficie presenta muchas expansiones con numerosos procesos finos, asombrosamente móviles, con los que patrullan continuamente el ambiente tisular. A través de esta vigilancia detectan distintas señales extracelulares y luego las traducen, las integran y responden a ellas con el fin de mantener la homeostasis cerebral.

Cada vez está más claro que las respuestas de la microglía pueden ser muy variadas y van a determinar en muchas ocasiones el desarrollo, empeoramiento o cura de un trastorno. De hecho, la microglía es un elemento clave en el funcionamiento normal del cerebro y, también, en muchas de las alteraciones y enfermedades que lo afligen. Entre las funciones en las que participa la microglía están la poda sináptica (esculpir los circuitos neuronales fagocitando elementos como terminales axónicos o espinas dendríticas) y la plasticidad neuronal. En el sistema visual del ratón el primer proceso depende de la actividad neuronal y la experiencia sensorial y la microglía fagocita preferentemente los lugares presinápticos menos activos. No está claro cómo la microglía reconoce esas sinapsis con poca actividad, pero al parecer usa algunas de las moléculas que intervienen en la cascada del complemento. Tiene sentido porque en el sistema inmunitario innato estas proteínas son señales que dicen «comedme» y se utilizan para etiquetar microbios, células en apoptosis y otros patógenos que deben ser destruidos por los macrófagos circulantes. Una poda aberrante de sinapsis durante periodos críticos del desarrollo puede ser una de las causas de trastornos del neurodesarrollo como el autismo.

La microglía también se encarga de fagocitar los restos de neuronas que han muerto por apoptosis, un proceso normal que elimina el exceso de neuronas generadas como parte del desarrollo cerebral y también de la neurogénesis de los adultos. Pero la microglía no son solo basureros o carroñeros, también son exterminadores de neuronas y llevan a muchas a su muerte programada induciendo la apoptosis sin provocar una inflamación mediante la liberación de iones superóxido, factor de crecimiento nervioso y factor de necrosis tumoral. En condiciones fisiológicas, la fagocitosis por la microglía se acopla con la apoptosis a través de señales «encuéntrame». Una de las más potentes es el ATP que es liberado por las neuronas en apoptosis. En un cerebro sano la proporción de células microgliales fagocitando en un momento determinado es muy baja, lo que indica que hay un amplio potencial para reclutar más células en caso de necesidad. La microglía es también crucial para la regulación de la plasticidad sináptica dependiente de actividad, la neurogénesis adulta y el aprendizaje y la memoria.

Desde hace tiempo se viene sugiriendo que la microglía podría estar implicada en el autismo y otros trastornos del neurodesarrollo, pero ahora tenemos, por primera vez, evidencias sólidas. Cuando la microglía coloniza el cerebro durante el desarrollo embrionario temprano, las alteraciones en el genoma o algunas influencias ambientales pueden alterar el desarrollo de estas células o su control de las poblaciones de neuronas y de sinapsis. El análisis postmortem de cerebros de personas con autismo ha encontrado alteraciones en el número, morfología e interacción con neuronas de las células de microglía, en particular en regiones como la corteza prefrontal dorsolateral que se encarga de las funciones ejecutivas. Los análisis de todo el genoma han encontrado alteraciones en los genes expresados por la microglía en algunas personas con autismo, incluyendo marcadores del estado inflamatorio. Un estudio de neuroimagen que buscaba la localización de la proteína translocadora TSPO, que se expresa en microglía y astrocitos, ha encontrado una mayor cantidad en los cerebros de jóvenes con autismo, algo que también se ha comprobado posteriormente en tejido procedente de autopsias. No está claro, no obstante, si es un cambio específico de la microglía o es un indicador general de gliosis e inflamación. Y no sabemos, tampoco, si la microglía está simplemente reaccionando a las alteraciones en el microambiente del tejido nervioso o es un elemento causante de esos cambios.

Si a hembras preñadas se les induce una actividad inmunitaria materna, mediante un componente bacteriano como el lipopolisacárido se genera un perfil de citocinas proinflamatorio en el cerebro fetal y ese perfil se mantiene hasta la primera madurez en la amígdala. La inflamación activa células en el cerebro fetal y produce alteraciones en dos poblaciones gliales: microglía y astrocitos. Más aún, las citocinas y sus efectos sobre la glía pueden tener consecuencias negativas para la viabilidad de las neuronas. Estos cambios inducidos por la respuesta inmunitaria y mediados por astrocitos y microglía pueden explicar una predisposición a algunos trastornos donde está implicada la amígdala, como la ansiedad y la depresión, y también a trastornos del neurodesarrollo, como el autismo.

Un ejemplo de esta relación es el caso de la enfermedad de Rett, donde las personas afectadas presentan mutaciones en la proteína MECP2 y muestran síntomas de autismo. En estos individuos la microglía engloba y digiere demasiadas sinapsis en los estadios terminales de la enfermedad pero este efecto es independiente de la pérdida de MECP2 en las propias células microgliales. Este resultado sugiere que la poda de sinapsis puede desregularse o tener una actividad excesiva, lo que llevaría a una pérdida de sinapsis, alterando la circuitería normal del cerebro. Con respecto a las señales ambientales como la microglía responde a las moléculas proinflamatorias, cualquier situación que genere una inflamación general o localizada durante períodos críticos del desarrollo puede producir efectos que sean de por vida. Esto explicaría también porqué algunas infecciones prenatales y de la madre aumentan el riesgo de autismo en sus hijos. A ratones preñados en los que se genera una activación del sistema inmunitario con componentes virales o bacterianos se ha visto que las crías muestran una caída en el comportamiento social, un aumento de los comportamientos repetitivos, un aumento de la ansiedad y una alteración de las vocalizaciones ultrasónicas, unas características que recuerdan llamativamente a las de las personas afectadas por autismo. Si luego esos mismos animales son afectados por una segunda condición, estrés por ejemplo, los cambios son más graves.

Estudios genéticos han visto que hay varias fases en el desarrollo temporal de la microglía en las que son sensibles a factores genéticos y ambientales, tales como alteraciones en el microbiota o una activación inmunitaria materna. A su vez la microglía puede modular la maduración y el funcionamiento de las neuronas a través de la liberación de citocinas inflamatorias y otras moléculas como las interleucinas o el TNF, que también regulan la maduración y plasticidad de las sinapsis.Por tanto, la disrupción del entorno genético o ambiental de la microglía, tanto durante el desarrollo como en su funcionamiento posterior, puede ser relevante para los TEA. En roedores, las alteraciones en la microglía incluida la delección genética de receptores específicos de la microglía resultan en fallos en el crecimiento de los axones dopaminérgicos en el telencéfalo y en el posicionamiento correcto en capas corticales de grupos específicos de interneuronas. Más aún, los fallos en la función y en la conectividad de las sinapsis, incluyendo los problemas en la poda sináptica, se cree que pueden ser un sustrato para el autismo y la esquizofrenia. Un ejemplo de ello es el ratón knockout para el Cx3cr1, que tiene alterada la poda sináptica y que presenta déficits sociales y defectos en la conectividad neuronal. Un último ejemplo es Hoxb8, un factor de transcripción «homeobox». Un homeobox es un dominio proteico de 60 aminoácidos que forma parte de genes implicados en la regulación del desarrollo (morfogénesis) de los animales. Los ratones que presentan una mutación en este gen, que es solo expresado por la microglía, muestran un acicalamiento compulsivo. El trasplante de médula ósea de ratones normales en los ratones HOXB8 a los que se les ha eliminado su propia médula ósea, que es de donde deriva esas microglías, normalizan ese comportamiento lo que sugiere que la microglía es un jugador fundamental en los síntomas clave y que hay esperanza de que modulando la actividad de la microglía podamos corregir algunos de esos síntomas.

 

Para leer más:

  • Edmonson CA, Ziats MN, Rennert OM (2016) A Non-inflammatory Role for Microglia in Autism Spectrum Disorders. Front Neurol 7: 9.
  • O’Loughlin E, Pakan JMP, Yilmazer-Hanke D, McDermott KW (2017) Acute in utero exposure to lipopolysaccharide induces inflammation in the pre- and postnatal brain and alters the glial cytoarchitecture in the developing amygdala. J Neuroinflammation 14(1): 212.
  • Salter MW, Stevens B (2017) Microglia emerge as central players in brain disease. Nat Med 23(9): 1018-1027.

 

José Ramón Alonso

CATEDRÁTICO EN LA Universidad de Salamanca

Neurocientífico: Producción científica

ORCIDLensScopusWebofScienceScholar

BNEDialNetGredosLibrary of Congress


7 respuestas a «Microglía y autismo»

  1. Avatar de Pilar Martin-Lobo
    Pilar Martin-Lobo

    La información que se aporta de Microglía y autismo es interesante.
    Para leer despacio, pero se agradece mucho.

  2. Avatar de Ascensión
    Ascensión

    Gracias por su labor en el campo del autismo.

  3. Avatar de Juana Tejeda Gomez
    Juana Tejeda Gomez

    Dr Alonso agradezco infinitamente que haya leido mi comentario.
    Le quiero decir que tengo una hija con autismo que tiene 33 años, su nombre es Melisa.
    En los servicios de salud en Mexico, cuando yo estaba embarazada, se acostumbraba poner la vacuna del tetanos como prevencion. Siempre he pensado que algo tuvo que ver con el autismo de mi hija.
    Ahora que lei su asombroso articulo he pensado que sī hay factores externos que influyen en la funcion de estas celulas que mantenien el equilibrio neuronal y homeostatico del cerebro, cualquier sustancia ajena y toxica como una vacuna ambien seria un factor desencadenante de la anomalia.
    Le agradeceria muchisimo su opinion al respecto.
    Le mando un saludo y toda mi admiracion por su trabajo.

    1. Avatar de José R. Alonso

      Estimada Juana
      Le agradezco mucho su amable comentario. Su preocupación ha sido compartida por muchos padres. Es bastante común que algunas familias asocien el autismo a las vacunas, por la edad, por la reacción que algunos niños experimentan, por eso que nos parece agresivo y extraño al desarrollo de un niño. Muchos investigadores han estudiado este tema y no se ha encontrado relación entre vacunación y autismo. Ningún estudio serio respalda esta idea (aunque sí páginas web y algunos ignorantes). La toxicidad de una vacuna es prácticamente nula, millones de niños y madres han sido vacunados y no se ha visto aumento en los vacunados frente a los no vacunados. Puede quitarse esa preocupación, todas las evidencias científicas sugieren que no hay relación entre esa vacuna contra el tétanos y el autismo de Melisa. Les deseo a usted y a ella un año 2018 lleno de venturas y les envío todo mi cariño

  4. Avatar de Paola López
    Paola López

    Buen día soy Paola López psicóloga trabajo con niños, llegue a este articulo pues repasaba en el libro de fisiología medica el apartado de sistema nervioso y me hizo mucho sentido pensar en el TEA, al leer nuevamente las células gliales, principalmente si la microglia no está realizando adecuadamente su función, entiendo que la consecuencia es evidente: funciones ejecutivas realmente afectadas, la socialización, la sensibilidad y la comunicación, quisiera saber si en tu experiencia has observado algún medicamento que haya sido efectivo en estos chicos y chicas (TEA)
    Se recomienda hacer algo con los procesos inflamatorios? Que más se tiene en investigación con procesos quirúrgicos de médula ósea …
    Son tantos los casos de TEA actualmente, que creo importante todos estemos unidos tratando de hacer más y más investigación, hipótesis, etc… Mil gracias.
    Saludos desde México.

    1. Avatar de José R. Alonso

      Estimada Paola
      No comento sobre tratamientos. A un niño determinado le puede ir muy bien una medicación, a otro otra y a otro no usar medicamentos sino otro tipo de terapia no farmacológica. Si comentara que una medicación era efectiva en niños y niñas TEA padres y profesionales podrían pensar que eso es válido para todos los casos y no es así.
      Los resultados de inflamación son muy recientes, están en etapa de investigación pero son muy llamativos y supongo que ese campo avanzará con rapidez.
      Tercero, me preguntas sobre procesos quirúrgicos de médula ósea. ¿A qué te refieres? ¿Extracción de médula ósea para obtención de células madre? SI no es eso, no sé a qué te refieres.
      Y finalmente totalmente de acuerdo con tu último comentario, necesitamos unir fuerzas, hacer más y mejor investigación, contrastar datos, sumar. Gracias por estar ahí y un saludo muy cordial desde España a esa nación hermana.

      1. Avatar de Paola López
        Paola López

        Gracias por responder Dr Alonso!
        En cuanto a la médula osea, me refiero a que si ya se ha hecho en niños y si hay algún resultado favorable o esperanzador como mejora a la sintomatología del TEA.

        Pd: Gracias nuevamente y sus vídeos en youtube son fabulosos :)

Muchas gracias por comentar


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