Tengo amigos que pasaron una noche terrible porque el chupete de su hijo no aparecía y decidieron comprar cinco iguales al día siguiente. También tengo unos familiares que tuvieron que conducir doscientos kilómetros por una mantita que se habían olvidado en otra casa y sin la que estaban seguros que su hija no dormiría. En el caso del autismo, con esa fijación por las rutinas y los objetos familiares, la cosa puede ser mucho más grave.
La gente le decía a Marc Carter, el padre de Ben, que cuando estuviera atenazado por la sed bebería de donde fuera pero dos viajes a las urgencias del hospital, con sendas deshidrataciones, sugerían que eso no era así. Ben no ha bebido en la escuela desde que tenía 5 años y no bebe fuera de casa por lo que la familia no puede viajar a ningún lado. Hace tres años consiguieron la última taza y fueron cambiando gradualmente, pieza a pieza, la taza anterior para superar las suspicacias de Ben.
Marc Carter lanzó una súplica a través de twitter ¿alguien tendría una taza similar a la de Ben y que ya no utilizase?
La llamada de auxilio también llegó al fabricante de la taza, Tommee Tippee que revisó los inventarios, pidió que buscaran en los almacenes que tienen en los Estados Unidos, Australia, Francia y Hong Kong y como decimos normalmente, removió Roma con Santiago, intentado encontrar aquellas tazas. Tampoco tuvo éxito o no lo tuvo como esperaban. No apareció una caja con tazas pero apareció el molde con el que habían sido hechas y todavía se podía utilizar. Así que llamaron a Marc y le dijeron que le mandarían todas las tazas que necesitase. Finalmente acordaron que le enviarían gratuitamente 500, suficiente para cambiarlas las veces que hicieran falta, para que le durasen una vida que ojalá sea larga y feliz.
Para leer más:
- McKenzie S (2016) Dad’s desperate plea prompts lifetime supply of cups for boy with autism. http://edition.cnn.com/2016/11/30/health/tommee-tippee-sippy-cup-autistic-boy-trnd/index.html
- https://www.tommeetippee.co.uk/cupforben
7 respuestas a “La taza de Ben Carter”
[…] La taza de Ben Carter […]
El mundo está repleto de personas que sus conductas pueden resultar complejas, variadas, desconcertantes en muchas ocasiones. Uno de los medios a nuestro alcance son las redes sociales, y las podemos utilizar como proyección de nuestra mierda (con perdón) interior o para anécdotas tan reconciliadoras como ésta.
Madre mía Jose Ramón que razón que tienes. Existen esas personas a las que les importan otras personas. Personas que se mueven con los dictados de su corazón y no por un puñado de euros. Este mundo tiene ESPERANZA estoy convencida de ello. Felicidades por tu historia y un millón de abrazos desde Murcia
Dentro de lo malo que nos pintan algunos nuestro mundo la verdad es que la gente es mejor de lo que pensamos y se demuestra en las situaciones difíciles… la pena es que no se manifieste siempre.
Creo que el caso Nadia va a cambiar (a mejor) la forma en la que se utilizan los medios para transmitir la necesidad de ayuda de muchos casos.
Y cuando la inhumanidad de algunos nos hace desconfiar de las personas, aparecen casos como este que demuestra que la solidaridad está en todas partes y que no se necesita dinero para ayudar. Gracias a todos los que, como a Ben o a quien sea, apoyan de corazón y con lo que buenamente pueden.
Preciosa historial real con final tan humano.
No me gusta pensar que el mundo está acabado y que nadie está dispuesto a ayudar a nadie, creo más bien que las malas personas son pocas PERO FASTIDIAN AL RESTO COMO SI FUERAN MILES