No, no es tu médula espinal

redhandselflove-redUno de los mitos más antiguos en torno a la masturbación es que al eyacular lo que sale es la médula espinal o el líquido cefalorraquídeo, un mensaje sin duda destinado a aterrorizar adolescentes. El origen de esta idea pintoresca se le achaca a Hipócrates, un excelente médico que consiguió separar la salud y la enfermedad de los caprichos de los dioses pero que jamás hizo una disección ni sabía gran cosa del interior del cuerpo humano. Curiosamente, estas idioteces persisten más allá de los milenios: en la página web AllExperts, Amir J.R., que se autodefine como experto en taoísmo y en masturbación, sostiene a día de hoy que «Los hombres que eyaculan una o más veces al día pueden terminar volviéndose locos, ya que el 20 % del semen masculino está compuesto de fluido cerebroespinal. La eyaculación frecuente causa de esta manera un drenaje crónico de los fluidos vitales que el cerebro y la médula espinal requieren para funcionar adecuadamente». masturbation1No sería preocupante si no fuera porque Internet es ya la principal fuente de información sobre salud para los adolescentes y jóvenes. Esa afirmación es una memez y ese señor, un majadero.

Desde el siglo XVII al XX la masturbación fue tratada por distintos autores, de Tissot a Freud, como si fuera una enfermedad y un elemento desencadenante de distintos trastornos. Entre los problemas relacionados con la Neurociencia se dijo que la masturbación causaba ceguera, epilepsia, vértigo, pérdida de oído y locura. También afectaba -supuestamente- a otras partes del cuerpo y se le hizo responsable del acné, la dispepsia, la calvicie, las constricciones de la uretra, la fatiga crónica, las arritmias cardíacas, el raquitismo, la conjuntivitis catarral crónica y el cáncer. Otro apartado eran los trastornos sexuales, y si a alguien le quedaban todavía ganas de tocarse, también se dijo que causaba impotencia y disfunción eréctil en los hombres e infertilidad y ninfomanía en las mujeres, un trastorno que según comentó alguno era más común en las rubias que en las mujeres de cabello castaño.

La masturbación era asimismo culpable de generar  alteraciones en los genitales externos, incluyendo alargamiento del clítoris, enrojecimiento y congestión de los labios mayores, alargamiento de los labios menores en las mujeres y adelgazamiento y empequeñecimiento del pene en los hombres. images-1Ya es mala suerte que a ellas les alargase cosas y a ellos les acortase otras, con lo contentos que estarían todos con lo contrario. Y el que es mi favorito de todos: si te masturbabas ¡te saldrían pelos en la palma de la mano! Con lo que te garantizabas ser el hazmerreír de la clase y la vergüenza de la familia.

Así que todo esto podemos agruparlo en un terrible y resistente mito: la masturbación es mala para la salud. Pero la realidad es que nada de esto es cierto y si alguien lo dice es un ignorante peligroso con intenciones turbias. Si estos mitos fuesen ciertos viviríamos entre una población con las manos más peludas que el lomo de un gorila pero calvos, ciegos, sin hijos y repletos de granos.

La ciencia actual considera que la masturbación es normal, saludable y divertida. De hecho, los médicos señalan que tiene efectos beneficiosos sobre la salud: reduce el estrés, mejora el insomnio, alivia los dolores de cabeza, disminuye los dolores de la regla, protege del cáncer de próstata, disminuye los síntomas del síndrome de las piernas inquietas y suaviza el llamado síndrome premenstrual. rs_560x415-140527194629-1024-50cent-cm-52714Otra cosa es ponerla de excusa, el rapero 50 Cent hizo el peor lanzamiento inaugural de la historia del béisbol, un desastre que según él se debía a «una lesión muscular en el hombro izquierdo debida a un exceso de masturbación», probablemente una forma humorística de justificar su vergonzosa actuación.

El motivo de la sensación placentera de la masturbación es conocido: en el orgasmo nuestro cerebro libera endorfinas, unas pequeñas moléculas con una estructura química parecida a la de la morfina que alivian el dolor, elevan nuestro estado de ánimo y nos hacen sentir mejor, un maravilloso regalo de la evolución. El orgasmo también genera una descarga súbita de dopamina, una fuente de placer que hace que el escáner de un cerebro experimentando un orgasmo se parezca al de alguien bajo los efectos de una dosis de heroína.

Segundo mito: la masturbación es cosa de chicos, las chicas no lo hacen. Por ello las amenazas de terribles efectos secundarios se han dirigido de manera mucho más intensa hacia los chicos.  female-masturbationSin embargo, un estudio realizado en 2002 sobre estudiantes universitarios indicaba que el 98% de los hombres y el 44 % de las mujeres se habían masturbado en el último año. Los hombres lo hacían una media de 12 veces al mes y las mujeres 5. Desde entonces los números no han parado de crecer y estudios recientes estimaban el número de mujeres que se masturbaban habitualmente en el 70 % o más. Un 50 % de las mujeres en los Estados Unidos tienen un vibrador. Resumiendo: masturbarse es habitual, tanto en hombres como en mujeres.

Hay quien defiende que la masturbación se convierte en un problema si es compulsiva, pero nadie tiene claro cuándo su práctica empieza a ser excesiva y, por otro lado, no falta quien puntualice que el problema es la existencia de una compulsión y no la masturbación en sí. Es decir, no hay un problema si uno se masturba muchas veces al día, el problema es si eso le impide tener una vida normal, si es una forma de calmar una ansiedad o una depresión no tratada, o altera la vida laboral, las relaciones de amistad o de pareja. Los investigadores han seguido a personas que se masturbaban cuatro o más veces al día durante años y no presentaban más enfermedades que las personas que no se masturbaban tanto.

Tercer mito: los deportistas no deben masturbarse. Esta idea parte de una concepción moralista: lo que es bueno para el espíritu es bueno para el cuerpo, mens sana in corpore sano. Por tanto, al ser considerada la masturbación como un comportamiento sexual inmoral necesariamente debía causar un daño orgánico. maxresdefaultMichael Ashworth, un médico que ha escrito sobre los mitos de la masturbación, contaba cómo cuando estaba en el instituto, todo el equipo de atletismo se juramentó a no masturbarse antes del principal campeonato que afrontaban, en la creencia de que era algo que les privaría de fuerza y energía. De nuevo, no es cierto. Un deportista se puede masturbar con normalidad, al igual que mantener relaciones sexuales, y es algo que no tendrá ningún efecto en su rendimiento en la competición. Aun así, esas concentraciones en un hotel antes de un partido son buenas… para la industria hotelera.

En la creación de estos mitos también ha jugado un papel la tradición judeocristiana. La masturbación se denomina también onanismo en referencia a Onán, un personaje menor que aparece en el capítulo 38 del Génesis. tintoretto-tamar-judahCuando su hermano mayor, Er, muere castigado por Dios, el padre de ambos, Judá, le dice que es su obligación acostarse con Tamar, su cuñada viuda y darle un hijo. El objetivo de esta costumbre era que una mujer no quedase en la miseria al quedarse sin marido y sin hijos que la mantuvieran y la cuidaran en la vejez. Pese a ello, Onán no está nada convencido. Si Er no llegaba a tener un hijo, aunque fuese por «poderes», él sería el único heredero, pero un posible hijo de Tamar sería considerado heredero del difunto Er y, al ser el primogénito del primogénito, tendría derecho una herencia el doble de sustanciosa que la del propio Onán. En realidad, lo que hace el pillo de Onán con su cuñada no es masturbarse, sino realizar un coitus interruptus, ya que según la Biblia cuando «cuando entraba a la mujer de su hermano vertía en tierra, por no dar simiente a su hermano». Ante esto, el duro Dios del Antiguo Testamento le castiga también con la muerte «por ser malvado a los ojos del Señor», por aprovecharse de la mujer de su hermano sin darle lo que ella necesita.

Unos siglos más tarde, Clemente de Alejandría, aunque sin hacer una referencia explícita a Onán, expresa el desagrado de los primeros cristianos ante el hecho de «derramar la semilla» y lo hace con estas palabras:

Debido a su institución divina para la propagación del hombre, la semilla no debe eyacularse vanamente, ni debe ser dañada, ni debe ser desperdiciada.

Sin duda la escritora norteamericana Dorothy Parker tenía en mente esta prescripción cuando bautizó a su periquito como Onán debido a que «desperdiciaba la semilla, esparciéndola por el suelo», un chiste que entiende cualquiera que haya tenido un pájaro en casa.

Con frecuencia, la masturbación ha estado asociada a una sensación de culpa o pecado que lleva un compromiso de no hacerlo más y a la sensación de fracaso e impureza cuando se vuelve a recaer en «el vicio solitario». Eso hace que el que se masturba sea visto como alguien débil y sin suficiente voluntad, sobre todo por uno mismo puesto que una persona con fibra moral debería mostrar más autocontrol. Esta forma de pensar no hace sino reforzar esa «problemática» en torno a la masturbación.

Cuarto mito. Solo los que no tienen pareja se masturban. No, la masturbación no tiene nada que ver con tener pareja sexual o no y, de hecho y generalizando, las personas que tienen pareja se masturban más que los que están solteros. effects-of-masturbationEn torno al 85 % de los hombres casados y el 45 % de las mujeres casadas se habían masturbado el último año. No es porque los casados tengan menos sexo, ni porque tengan peor sexo, ambos mitos han sido también examinados y rechazados, sino probablemente porque las personas casadas se sienten más seguras y más tranquilas sobre su sexualidad y la masturbación es parte de una vida sexual saludable. Darse placer a sí mismo puede ser una manera significativa de tener sexo, puede ser una buena alternativa a tener sexo con otra persona y una manera normal y saludable de complementar la relación sexual de pareja.

A pesar de que estos mitos todavía subsistan, hemos recorrido un largo camino. A finales del siglo XIX un médico americano, el Dr. John Harvey Kellogg, propuso que los niños fueran circuncidados «sin administrarles anestésicos, y así el breve dolor durante la operación tendrá un efecto saludable sobre su mente». sin-tituloPara las niñas, consideraba que «la aplicación de ácido carbólico puro en el clítoris era un método excelente para aliviar la excitación anormal». Kellogg creía que el masturbador «moría literalmente por su propia mano» y entre los métodos que propuso para prevenir su práctica estaban unas suturas de plata en el pene que impedían la erección o un desayuno con mucha fibra y poco sabor que rebajase la lascivia. Mientras trabajaba como director del Manicomio de Battle Creek, en Michigan, creó unas galletas de harinas de avena y de maíz para alimentar a sus pacientes. Posteriormente perfeccionó con su hermano este desayuno antimasturbatorio y lo pusieron a la venta. Se conocen desde entonces como los cereales de Kellogg.

 

Para leer más:

 

José Ramón Alonso

CATEDRÁTICO EN LA Universidad de Salamanca

Neurocientífico: Producción científica

ORCIDLensScopusWebofScienceScholar

BNEDialNetGredosLibrary of Congress


3 respuestas a «No, no es tu médula espinal»

  1. Avatar de Miguel
    Miguel

    Los cereales de desayuno nunca volverán a ser lo mismo . . .
    Saludos.

  2. Avatar de mcastigarcia

    Oh! Casualidad, nunca comprara Kellogg, pero ayer atraída por una bonita lata los compré. Ya se me están atragantando:)
    Bromas a parte, qué estupendo artículo.
    Siempre aprendiendo contigo, gracias José Ramón

  3. Avatar de Jorge Porcelana
    Jorge Porcelana

    Muy interesante…

    Recuerdo de chico que tremendo sentimiento de culpa padecía tras masturbarme. Mis padres me inculcaron qué tal acto era un pecado contra Dios. Aún hoy cuesta sacar esos sentimientos.

    Una pregunta me viene a la mente: ¿Una persona con depresión e insomnio moderado debe abstenerse de la masturbación? O por el contrario le ayudara a relajarse?.

    Gracias, y saludos.

Muchas gracias por comentar


Artículos relacionados

Descubre más desde Neurociencia con el Dr. José Ramón Alonso

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo