Más que Einstein o Watson y Crick, más que Hitler o Lenin, Roosevelt o Kennedy, más que Picasso, Eliot o Stravinski, más que los Beatles o Bob Dylan, la influencia de Freud en la cultura moderna ha sido profunda y duradera.
Nacido de padres judíos, fue «criado sin religión» y se consideró siempre un «no creyente» aunque se sentía unido al judaísmo no por «las creencias o un orgullo de nación sino por la clara conciencia de la identidad interior, el secreto de la misma estructura mental». Fue un magnífico estudiante en el bachillerato, graduándose con honores, y hablaba alemán, francés, italiano, español, inglés, hebreo, latín y griego. Aunque originalmente iba a estudiar Derecho terminó matriculándose en la Facultad de Medicina de la Universidad de Viena; de hecho, las dos principales profesiones abiertas a los judíos. Allí estudió filosofía con Franz Brentano, fisiología con Ernst Brücke y zoología con el darwinista Carl Claus. Tardó casi nueve años en terminar sus estudios universitarios por esa diversidad en su formación y porque pasó casi seis años en el laboratorio de Brücke. De esas investigaciones publicó su primer trabajo sobre un tema que no tendría mucho que ver con su trayectoria posterior o quizá sí: los testículos de las anguilas.
Entre 1884 y 1887, Freud se ocupó en detalle de la farmacología de un derivado químico de una planta latinoamericana, la cocaína, una droga entonces poco conocida que un médico militar alemán había utilizado para aumentar la resistencia física de los soldados.
En septiembre de 1885, Freud obtuvo una plaza docente de neuropatología en la universidad de Viena, sin sueldo, y poco después le encargaron la dirección de la asistencia pública infantil en el primer distrito de Viena. Realizó investigaciones sobre la parálisis cerebral, las afasias -donde estudió su localización cerebral exacta- y sobre la anatomía microscópica del sistema nervioso. Ese mismo 1885 viajó a París y visitó la clínica psiquiátrica de la Salpêtrière, donde conoció a Jean-Martin Charcot y vio sus tratamientos sobre la histeria y el uso de la hipnosis y la sugestión para el tratamiento de las enfermedades mentales. Posteriormente, Freud exploró el estado hipnótico para evitar la autocensura que impedía que el analista descubriera las experiencias reprimidas de sus pacientes pero primero recibió muchas críticas del resto de los médicos, los hipnotizadores se habían convertido en atracciones de feria, y además se sintió muy incómodo pues las pacientes se sentían atraídas por él durante los tratamientos.
En 1886 volvió a Viena y abrió una consulta especializada en trastornos nerviosos. Junto con Josef Breuer, amigo y colaborador, inició el desarrollo de la llamada «terapia del habla», un precursor del tratamiento psicoanalítico. Empezó tratando a sus pacientes con hipnosis pero lo fue abandonado progresivamente y comprobó que podía hacer que sus pacientes hablaran simplemente poniéndoles en una posición relajada (el diván) y animándoles a contar lo primero que viniera a sus mentes (libre asociación). A partir de ahí analizaba lo que recordaban y determinaba qué sucesos traumáticos del pasado eran los causantes del sufrimiento que les había llevado en ese momento a buscar apoyo profesional.
El cuerpo conceptual del psicoanálisis se montó sumando a los conocimientos médicos sobre el sistema nervioso de la época, ideas de la filosofía alemana. Leibniz había planteado, con su teoría de las mónadas, que dependiendo del número de ellas el nivel de consciencia variaba desde una percepción nítida a experiencias de las que ni siquiera éramos conscientes. Goethe por su parte, uno de los autores favoritos de Freud, había descrito que la existencia humana era un conflicto constante entre las emociones y las tendencias. Hegel postuló, a su vez, que la resolución de las fuerzas en conflicto a través del proceso dialéctico era una explicación prácticamente ubicua para la naturaleza humana.
En 1900 Freud publicó La interpretación de los sueños y llevó al público general la noción de la mente inconsciente. Ese año escribía en una carta a Wilhelm Fliess «Actualmente no soy en absoluto un hombre de ciencia, ni in un observador, ni un experimentador ni un pensador. Por temperamento no soy otra cosa que un conquistador, un aventurero si quieres traducirlo, con toda la curiosidad, osadía y tenacidad características de un hombre de ese tipo». En 1901 publicó La psicopatología de la vida cotidiana en la que planteaba que un olvido o un comentario impulsivo e incontrolado (ahora lo llamamos un lapsus freudiano) no eran algo accidental sino un elemento cargado de significado que revelaba la acción del inconsciente. Para mucha gente esto era hacer pasar por ciencia puras supersticiones pero sus siguientes ideas fueron no menos provocativas. Para él, el impulso sexual era el principal constructor de la psicología de una persona y la sexualidad algo presente incluso en los niños. Su redefinición de la sexualidad para incluir experiencias infantiles le llevó a formular el complejo de Edipo como un elemento central de la teoría psicoanalítica. Su autoanálisis sobre los sueños y memorias de su infancia le llevaron a descubrir sentimientos de hostilidad hacia su padre y una rivalidad sobre el cariño de su madre que le llevaron a revisar sus teorías sobre el origen de las neurosis.
Las reuniones seguían un ritual definido. Primero, uno de los miembros presentaba un artículo. Entonces, se servía café negro y pasteles, y en una mesa había puros y cigarrillos que se consumían en grandes cantidades. Después de un cuarto de hora social, la discusión empezaba. Las últimas y decisivas palabras eran siempre pronunciadas por el propio Freud En aquella habitación había la atmósfera de la fundación de una religión. El propio Freud era su nuevo profeta que hacía que los métodos usados hasta entonces para la investigación psicológica parecieran superficiales.
Pronto, grupos similares surgieron en otras ciudades pero disputas internas hicieron que algunos de sus seguidores más destacados, como Alfred Adler y Carl Jung, rompieran con el grupo inicial de una forma traumática. Freud continuó trabajando y escribiendo, con una enorme productividad. En 1909 hizo la primera presentación internacional de sus teorías en la Clark University de Massachusetts. En 1923 se le diagnosticó un cáncer de mandíbula, el resultado de muchos años de fumar puros, tenía 67 años. Freud consideraba que sus adicciones, la cocaína o después el tabaco, eran un sustituto para la masturbación a la que llamaba, «el gran hábito». En los siguientes 16 años se le hicieron treinta operaciones quirúrgicas para intentar detener el progreso del turmor.
El psicoanálisis sigue siendo influyente en la psicología y psiquiatría a pesar de la carencia de evidencias científicas en su favor y ha ampliado su ámbito de actuación desde ser una forma de terapia para las enfermedades mentales a permear gran parte de las humanidades. Sin embargo, las últimas décadas, a pesar de algunos intentos para vincularse a la ciencia experimental como el llamado neuropsicoanálisis, han visto arreciar las críticas sobre su eficacia y su estatus, siendo considerado por la mayoría de los investigadores del cerebro más una seudociencia, basada en postulados no demostrados, que una verdadera disciplina científica.
Para leer más:
- Dvorsky G (2013) Why Freud Still Matters, When He Was Wrong About Almost Everything. IO9 http://io9.com/why-freud-still-matters-when-he-was-wrong-about-almost-1055800815
- Esterson A Freud Returns? http://www.skeptically.org/minther/id5.html
- Northoff G (2012) Psychoanalysis and the Brain – Why Did Freud Abandon Neuroscience? Front Psychol 3: 71.
5 respuestas a «Freud»
Estoy en 3 de Psicología por la UNED y de Freud he dado un tema en la asignatura de Historia, Lehaey tiene un extenso comentario sobre la teoría que se montó sobre 5 casos falsos clinicos, uno de ellos de una mujer “diagnosticada” de histérica por los problemas que tenía por no querer casarse y tuvo que hacerlo con un “viejo” 35 años mayor que ella. A Freud mejor de anatomista
Gracias por tu comentario. La verdad es que si lo estudias un poco con una mentalidad abierta es bastante claro, pero en este tema hay mucho talibán. No sé porqué ¿será porque cobran a tanto la hora y se sienten poderosos?
https://www.universidadviu.es/neurociencia-y-psicoanalisis-reflexiones-acerca-de-la-memoria-implicita/
¿que le parece?
Esto dice Kandel en una entrevista en el Spiegel:
SPIEGEL: And it was in the lab where you began to question psychoanalysis?
Kandel: You could say that. I began to realize that biology is a better way of approaching the truth about the mind.
Un saludo cordial
También dijo esto en el American Journal Of Psychiatry:
“psycoanalisys still represents the most coherent and intellectually satisfying view of the mind”
Y aún así queda mucho por recorrer en muchas direcciones. Pero como no es mi campo y por lo que veo el suyo tampoco lo dejo para los especialistas investigadores.
Saludos