Hay dos tipos principales de homúnculos: homúnculos sensoriales, que ejemplifican la extensión de corteza cerebral dedicada a recoger la información de cada zona de la piel (aferencias somatosensitivas) y homúnculos motores, que hacen lo mismo con las zonas de la corteza dedicadas a la inervación muscular. En ambos casos, el resultado es una figura deforme pues hay partes del cuerpo, como las manos -en particular los dedos- o la boca -en particular los labios y la lengua-, que tienen una gran cantidad de receptores de sensaciones o que necesitan un control motor sofisticado pues tienen muchos músculos que necesitan instrucciones finas y precisas, lo que requiere en ambos casos dedicar amplias zonas de la corteza cerebral. Por el contrario, otras partes de nuestro cuerpo, como la espalda o las piernas, recogen muy poca información sensorial y reciben órdenes motoras poco sofisticadas, por lo que su representación en el homúnculo es muy reducida frente a su gran tamaño. Como las neuronas de la corteza están organizadas en columnas funcionales de distribución bastante homogénea, cuánto mayor es el área dedicada a una función, mayor es el número de columnas y mayor también su poder de computación.
Hay un truco para distinguir el homúnculo motor y el sensorial: fijarse en los genitales. Normalmente son masculinos y el pene es una zona con bastantes terminaciones sensoriales pero donde, salvo Julio Iglesias quizá, no podemos hacer movimientos voluntarios. El homúnculo motor es un eunuco mientras que el homúnculo sensorial es, en comparación con la zona corporal a su alrededor, y a pesar de la cobardía de algunos museos de la ciencia, un “superdotado”.
3 respuestas a “Museo de la Neurociencia: El homúnculo”
Un ladrido de un perro en mitad de una pieza de Beethoven es la referencia al Sr. Iglesias.
Háblenos de cómo se ‘reconfiguran’ esas estructuras cuando el paciente pierde, por ejemplo, un brazo (y no haga chistes, si es posible).
Hola Jose Ramon, gracias por hacerme recordar que el homunculo fué un hallazgo para mi hace mas de 30 años , cuando el profesor Domenech catedratico de anatomia de la UAB nos lo explicó. Con la perspectiva del tiempo observo las grandes aportaciones que ha hecho la ciencia desde entonces. Cuantos recuerdos…
felicidades por tu blog .
pd de donde sacas la paciencia para contestar ciertos email que son tan poco respetuosos…
SAludos
Toni
Muchas gracias, Toni
Me resulta muy grato haberte ayudado a recordar una época tan llena de vivencias. Gracias por tus amables palabras. Por otro lado, el número de personas amables y positivas supera en mucho a los que intentan demostrar su mala educación. Lo mejor es contestar con amabilidad pues quizá es solo alguien que ha tenido un mal día. Feliz fin de semana