Joshua A. Norton nació —no está claro— en Londres, Escocia o Zimbabwe el 4 de febrero de 1819 —quizá— y pasó sus primeros años en Sudáfrica. Llegó a San Francisco en 1849 desde Río de Janeiro y recibió una herencia de su padre de 40.000 dólares que aumentó con su habilidad para los negocios y una moral intachable que le dio respetabilidad y prestigio y le llevó a acumular una fortuna de más de un cuarto de millón de dólares.
El 17 de septiembre de 1859 Joshua A. Norton se declaró Emperador de los Estados Unidos, indicando a los que quisieran oírle que ya en 1853 había sido nombrado por los legisladores emperador de California. Posteriormente añadió el título de Protector de México aunque durante el desafortunado reinado de Maximiliano, Norton declinó dicho honor porque como indicó, con más cordura de lo esperable, «es imposible proteger a una nación tan inestable». A lo largo de los años, y hasta su muerte en 1880 fue dando a la luz distintos decretos o proclamaciones entre los que podemos destacar:
- 12 de octubre de 1859. Disolución del Congreso de los Estados Unidos y prohibición de reunirse en Washington D.C. porque «el fraude y la corrupción impiden una expresión justa y adecuada de la voz pública; está continuamente produciéndose una violación de las leyes causada por algaradas, partidos, facciones y una influencia indebida de las sectas políticas, y el ciudadano no tiene la protección de la persona y la propiedad a la que tiene derecho».
- 16 de julio de 1860: Disolución de los Estados Unidos de América.
- En 1862 preocupado por la Guerra de Secesión ordenó un bloqueo y exigió a las iglesias católica y protestante que le invistieran como emperador en público para «poder restaurar el orden más eficientemente de ese caos en el que el país se ha sumergido por el conflicto violento y las fieras disensiones de sus pueblos rebeldes».
- 12 de agosto de 1869. Disolución de los partidos Demócrata y Republicano «por las luchas partidistas presentes en nuestro reino».
Aunque no es extraño que las personas afectadas de una psicosis tengan lo que llamamos delirios de grandeza, el caso de Norton es peculiar porque consiguió que la gente de San Francisco le apreciara y le siguiera la corriente. Los sanfranciscanos se dirigían a él como Su Majestad, comía en los mejores restaurantes de la ciudad, se aceptaban unos billetes que emitía con su efigie y ningún propietario de teatro se hubiese atrevido a estrenar una obra sin reservarle un palco.
Norton era comúnmente asociado con dos perros, Bummer y Lazarus, que también conseguían comidas gratis en diferentes restaurantes. Bummer se había ganado el respeto de los tenderos de Montgomery Street por su habilidad matando ratas y cuando llegó junto a él un perro malherido, se encargó de cuidarle, llevarle parte de la comida que conseguía y darle calor tumbándose cada noche a su lado.
El 21 de enero de 1867 un policía novato de la Patrulla Especial, Armand Barbier, arrestó a Su Majestad Norton I Emperador de los Estados Unidos y Protector de México para obligarle a recibir tratamiento psiquiátrico. El resultado fue una auténtica revuelta en la ciudad.
El 8 de enero de 1880, Norton cayó desplomado en la esquina entre California Street y Grant Avenue y aunque intentaron llevarle a un hospital murió pocos minutos después. Iba de camino a una conferencia de la Academia de Ciencias Naturales.
Norton fue inmortalizado en obras de Mark Twain, Robert Louis Stevenson, Selma Lagerlöf y otros, pero sin embargo no tenía presencia en la literatura científica hasta 2014 en que Eric Lis publicó un estudio sobre él en Academic Psychiatry.
Se sabe poco de su condición mental. Parece que sus padres y abuelos eran respetados hombres de negocios, y no había antecedentes familiares de enfermedad mental. Su autopsia encontró que el cerebro parecía sano y su peso era algo superior a la media pero dentro de la normalidad para un varón sano de su edad. No consumía sustancias de abuso y no había estado en contacto con los servicios de salud mental.
Con respecto a su diagnóstico, Norton no cumple los criterios del DSM-V para esquizofrenia o trastorno esquizoafectivo. Aunque sufría un delirio no hay evidencias de que tuviera alucinaciones, ni problemas de lenguaje o de comportamiento. Sus veintiún años de «reinado» dan ciertas señales de abulia pero ¿quién puede reclamarle el no trabajar cuando tenía tantos reconocimientos y el duro trabajo no parece ser una característica común de las testas coronadas? Era sociable y gregario, no hay evidencias de que tuviera pensamientos extraños ni comportamientos anómalos antes de los cuarenta años, no hay datos tampoco sobre trastornos del ánimo ni una manía pues sus creencias no eran episódicas. Está claro que los más cercano a un diagnóstico es que tuvo un trastorno delirante que duró décadas y que su funcionamiento en los demás ámbitos de la vida no estaba afectado. Hay quien puede pensar que lo que era en realidad era un farsante de tomo y lomo o que también, con el acuerdo entusiasta de su ciudad se convirtió en una atracción, en el tonto del pueblo.
Las enfermedades mentales parecen requerir, como punto de partida, que los síntomas tengan un efecto negativo sobre la persona afectada o los que le rodean. No parece ser el caso de Norton I. Siempre tuvo su vivienda y siempre recaudó suficientes «impuestos» para llevar una vida digna. La gente a su alrededor se sentían contentos y cómodos con su presencia. Se ha visto que en la población general hay cien veces más personas que llevan una vida normal con algún síntoma psicótico que los que realmente merecen un diagnóstico de enfermo mental. La presencia de síntomas no implica sufrimiento y un enfoque muy «normalizador» puede causar más daños que beneficios. También es para hacernos pensar el hecho de que muchos de estos supuestos o reales enfermos mentales tienen mejores vidas en los países en desarrollo, donde son parte de la comunidad, que en los desarrollados, donde son medicamentados y, a menudo, internados o al menos mantenidos a una buena distancia. También es necesario considerar que la situación del emperador Norton I habría sido distinta si hubiese tenido una familia que sufriera por su situación o sus convecinos le hubieran tratado peor, lo que sugiere que aquello de yo soy yo y mis circunstancias se aplica también a los grados leves de trastorno mental. A lo largo de la historia, y Joshua Norton es un buen ejemplo, algunos de ellos han conseguido vivir rodeados de calor humano y que el mundo sea un poco más interesante y un poco más entretenido.
El Dr. George Chismore escribió un poema en su honor titulado Norton Imperator. Sus últimos versos dicen así:
Con todo hombre su amigo
Solo abdicó ante la Muerte
Qué Emperador, Príncipe o potentado
Puede evitar durante mucho un destino similar
O ganar un mejor final.
Agradezco a Eric Lis, fundador y emperador del Aerican Empire, que me enviase para este blog su interesante artículo sobre el emperador Norton.
Para leer más:
- Cowan RE (1923) Norton I. Emperor of the United States and Protector of Mexico (Joshua A. Norton, 1819-1880). Quarterly of the California Historical Society. http://www.emperornorton.net/NortonI-Cowan.html
- Crowley KH (1929) Chief of Police Crowley. http://www.sfmuseum.net/hist3/crowley.html
- Drury W (1986). Norton I, Emperor of the United States. Dodd, Mead & Company, Nueva York,
- Lis E (2014) His Majesty’s Psychosis: the Case of Emperor Joshua Norton. Acad Psychiatry. 2014 Aug 6. [Epub ahead of print]
11 respuestas a “Norton I, emperador de los Estados Unidos”
¡Qué historia más chula!
Y sin que nadie se entere, se te ha colado un 1959 en el tercer párrafo.
¡Corregido! Puse un tweet en mi TL que se me olvidó añadirte.
Abrazo
[…] Norton I, emperador de los Estados Unidos […]
Gustavo Bueno suele entretenerse algunas veces en la narración de una visita que le hizo a un sanatorio mental… Con sorna describe como los médicos le presentaron a una mujer que se creía una condesa… a la que le daban el trato de condesa… Yo sé de la locura… que es un paso que se da y que puede no tener retorno… pero también sé que si uno encuentra la comprensión humana necesaria… a veces es posible el regreso, que de cualquier otro modo sería muy difícil… Cuando yo era muy joven tendí a no creer en la enfermedad mental de una mujer que pasó a formar parte de mi vida… pero con los años pude comprobar como los que sí creían en ella, jamás la ayudaron en su situación… la que tuvo el poder de volverla loca. Yo no sé, hasta que punto se puede recuperar un ser humano a través de la comprensión humana pero sé que la recuperación de la propia dignidad es sanadora. Y que el sistema que se nos vende, el sistema que el patriarcado ha implantado, es un sistema que oprime a través del poder pastoral. Y deja poco espacio para la restauración de la integridad y la confianza. Buenos días, caballero ¿o es locura tenerle por tal?
Saludos, está muy completo el articulo sobre Norton I. Yo conocí su historia a través de un cómic: The Sandman Nº31 «Tres Septiembres y un Enero». En él se da una explicación de género fantástico sobre cómo se convierte en Emperador que merece mucho la pena: Los eternos (personificaciones del Sueño, Delirio, Deseo, Desespero o Muerte) hacen una apuesta cuando Norton ha perdido todo especulando con el arroz y Morfeo le da el sueño de ser Emperador para que no caiga en el Desespero. Altamente recomendable.
¡Gracias! Intentaré encontrar el cómic, parece enormemente interesante.
Yo también lo conocía por el cómic de Sandman, una joya para mí del comic sin lugar a dudas. Lo que no sospechaba es que realmente existía este personaje, y me sorprende ver que todo lo que imaginé gracias al cómic se corresponde con la realidad.
También recuerdo de una lectura de mi infancia (¿quizás «La Guerra de los Botones»? Me temo que no puedo asegurarlo) en la que el demonio volvía loco a un ser querido de los protagonistas. Cuando uno de ellos se quejaba por ello, el diablo contestaba: «¿no ves que estar loco es la única manera posible de vivir feliz siempre?».
En fin, divago, pero me parecían ideas interesantes que exponer. Creo que tienen ambas relación con este precioso artículo, que demuestra sin lugar a dudas que estar loco no siempre es malo… y que me ha parecido fantástico de cabo a rabo.
Un abrazo
Estimada María
No son divagaciones, son aportaciones muy interesantes. Gracias por comentar y por su amabilidad.
Un abrazo fuerte
Yo tb lo conocí a traves de sandman. Una obra maestra. La historia de este hombre es increible, y como dijo el jefe de policia, mucho mejkr gobernante que muchos elegidos «democraticamente»
Vivo en San Francisco y como casi todos los que vivimos hoy en día en la ciudad somos transplantados de otras ciudades y países, hay poco veterano que conozca bien la historia de la ciudad. Sin embargo, entre los pocos que sabemos de él, suele ser tema de conversación, más por su capacidad de visionario que por sus excentricidades. Muchos autores de progreso en Estados Unidos han sido excéntricos, como Tesla o el mismo Twain.
Muchas gracias por el artículo. Me ha gustado mucho el enfoque diferente sobre Norton y su personalidad.
Estimado Antonio
Yo también viví relativamente cerca, en Davis e íbamos a menudo a SF. Gracias por su comentario y sus palabras.
Un saludo cordial