Cortázar y el hombre del diluvio

El ajolote o axolotl (Ambystoma mexicanum) es una bestia única y atractiva: la cabeza grande, sus ojos redondos, pequeños y sin parpados, como si siempre te miraran con asombro; una boca curvada en una sonrisa perpetua, las branquias naciendo del cuello como ramas de coral, el cuerpo de buen tamaño, la piel de colores diversos, del blanco al rosa al gris  y una cola que le asemeja a lo que realmente es: un renacuajo gigantesco. Son unos anfibios peculiares pues llegan a la vida adulta, incluida la madurez reproductiva, sin sufrir la metamorfosis. En vez de desarrollar pulmones y adoptar la vida terrestre en lugares húmedos característica de los batracios, los ajolotes no pierden las branquias ni abandonan su hábitat acuático. Julio Cortázar tiene un cuento precioso titulado “Axolotl” donde describe al simpático anfibio:

… los axolotl son formas larvales, provistas de branquias, de una especie de batracios del género amblistoma. Que eran mexicanos lo sabía ya por ellos mismos, por sus pequeños rostros rosados aztecas y el cartel en lo alto del acuario. Leí que se han encontrado ejemplares en África capaces de vivir en tierra durante los períodos de sequía, y que continúan su vida en el agua al llegar la estación de las lluvias. Encontré su nombre español, ajolote, la mención de que son comestibles y que su aceite se usaba (se diría que no se usa más) como el de hígado de bacalao.cortc3a1zarconlentes1

Hay dos explicaciones para el nombre: para algunos viene de Xólotl, el dios mexica y tolteca del fuego, del atardecer, de los gemelos, guía de los muertos y, en ocasiones, portador de la mala suerte. En una historia asociada a la mitología del Quinto Sol, Xólotl, que tiene los pies invertidos y cabeza de perro, se transforma, huyendo de la muerte, en un ajolote. La otra hipótesis es que proviene de atl y xolotl que en náhuatl, la lengua de los aztecas, significan respectivamente agua y perro. La semejanza a un perro acuático puede ser aún mayor si pensamos en las razas sin pelo típicas de México, como el perro pelón mexicano o xoloitzcuintle, que significa por cierto, perro monstruoso o el perro de Xólotl.

El ajolote es un urodelo, un grupo de anfibios con cola al que pertenecen las salamandras y los tritones. Durante miles de años la gente pensó que estos animales tenían una relación especial con el fuego. El nombre de salamandra puede provenir del persa “sam andaram” que significa “con el fuego dentro”. Aristóteles en su historia de los animales escrita hacia el 340 a.C. escribe sobre ellos, aclarando que habla de oídas, explicando que son capaces de caminar sobre las brasas y al hacerlo apagan las hogueras. A_salamander_unharmed_in_the_firePlinio el Viejo también dice que «una salamandra es tan fría que al contacto apaga las llamas. Vomita de su boca un líquido lechoso, que si toca alguna parte del cuerpo humano hace que el pelo se caiga, la piel cambie de color y se rasgue en un sarpullido.» En el bestiario de Ashmole de la Biblioteca Boodleiana, un libro iluminado de la Alta Edad Media, se dice que “la salamandra vive en medio de las llamas sin dolor ni ser consumida; no solo no se quema sino que apaga el fuego.” San Agustín usa el ejemplo de estos urodelos para explicar los resultados del fuego eterno. La salamandra —escribió– es un ejemplo suficientemente convincente de que no todo lo que arde se consume, como también le pasa a las almas en el infierno. En el mismo bestiario de Ashmole se dice que

es la más venenosa de las criaturas venenosas. Otras matan de uno en uno, ésta puede matar varios de una sola vez. Si se arrastra hasta un árbol todas las manzanas son infectadas con su veneno y aquel que las coma, morirá. De la misma manera, si cae en un manantial, el agua envenenará a todos los que la beban.

Una mala fama inmerecida para unos animales hermosos e inofensivos. La realidad de la presencia de las salamandras en los hogares de las cocinas es mucho más prosaica. Buscan para refugiarse los lugares sombríos y húmedos y un tronco a medio pudrir es un buen escondite. Cuando la leña se lleva a la chimenea, es posible que lleve una salamandra que ante la proximidad del fuego, saldrá de entre las llamas lo más rápida que pueda para evitar morir.

Los anfibios sufren una metamorfosis: el huevo se transforma en renacuajo y el renacuajo en anfibio adulto. En ese proceso hay profundas reorganizaciones y cambios anatómicos, fisiológicos y conductuales. Metamorphosis_frog_MeyersLos ajolotes son neoténicos, que quiere decir que alcanzan la madurez sexual sin sufrir la metamorfosis. La causa parece ser la ausencia de la hormona estimulante del tiroides, que induce en esta glándula la producción de tiroxina que, a su vez, induce la metamorfosis. Se cree que la neotenia es un mecanismo de supervivencia pues es especialmente frecuente en hábitats acuáticos situados en altura, como los lagos que rodean a la ciudad de México, donde la cantidad de comida es escasa y donde hay poco yodo. axolotl_axolotlSe supone que el estado larvario permite que los ajolotes se reproduzcan con menos comida y de menos calidad que la que necesitarían si completasen la metamorfosis. En general, si de forma directa o indirecta, a través de canibalismo por ejemplo, las larvas de ajolotes ingieren suficiente yodo, inician la metamorfosis y se transforman en adultos terrestres de mayor tamaño. Por lo tanto, un ajolote con mucha comida podría terminar la metamorfosis mientras que con poco alimento sería viable y reproductor en su versión neoténica. A la inversa, el ajolote es también un alimento y se tomaba en algunos platos típicos de la gastronomía mexicana y se usaba también como medicamento para la desnutrición infantil -el uso como aceite que comentaba Cortázar- y algunos problemas respiratorios. Con la disminución de su número, estos usos fueron prohibidos pero como siempre sucede se ha desarrollado un mercado negro donde una pareja de ajolotes vale más de 100 euros, una cantidad significativa para los campesinos de México.

El ajolote es una especie en una situación muy precaria. Su único hábitat natural eran los lagos próximos a la Ciudad de México, y algunos canales y ríos de cuevas, especialmente en Xochimilco y en los desaparecidos lagos de Texcoco y Chalco. Con la intención de contribuir a su conservación y la de su entorno, la Unesco proclamó las chinampas de Xochimilco —pequeños terrenos, antiguamente flotantes, donde se cultivan flores y verduras— Patrimonio de la Humanidad en 1987. imaboletin17692731Sin embargo, el reconocimiento está en peligro debido al deterioro sufrido en los últimos años. La descarga de aguas residuales, el avance de la urbanización de los terrenos, el uso de herbicidas y pesticidas, el tráfico masivo de pequeñas barcas turísticas, la introducción de especies alóctonas como la tilapia y el koi, que se comen las puestas y los renacuajos, están acabando con los ajolotes. En cautividad se mantienen bien y hay más de veinte centros dedicados a la reproducción del anfibio neoténico en el entorno de Xochimilco, pero no es así para la especie en libertad.  Tres muestreos realizados en 1998, 2003 y 2008 en el Lago Xochimilco, su hábitat natural encontraron respectivamente 6000, 1000 y 100 axolotes por kilómetro cuadrado. Una búsqueda de cuatro meses de duración en 2013 no encontró ninguno, un ejemplo dramático de la desaparición de una especie emblemática.

El ajolote tiene un gran interés en Biología por una propiedad excepcional: tiene una capacidad de regeneración extraordinaria. Los ajolotes son capaces de regenerar distintas porciones del cuerpo incluidos tejidos oculares, la cola, partes del corazón, partes del sistema nervioso incluyendo porciones del encéfalo o la médula espinal y extremidades completas. montage_final_merged1Tras una amputación se forma un blastema, un abultamiento de células progenitoras capaces de reiniciar el proceso embrionario y crecer e irse diferenciando para dar lugar a todas las estructuras de la extremidad, incluyendo el esqueleto cartilaginoso, tendones, músculo, piel, tejido conjuntivo, nervios y receptores sensoriales. El resultado es una nueva pata, completa y funcional. Algunos especialistas en medicina regenerativa creen que algún día será posible restaurar la pierna o el brazo de una persona aprovechando lo que hoy estamos aprendiendo con este simpático anfibio.

Para seguir el proceso regenerativo se han desarrollado ajolotes transgénicos que tienen promotores constitutivos e inducibles de diferentes genes implicados en los procesos de regeneración y existen también micromatrices que permiten determinar los cambios en la expresión de miles de genes. Incluso el que sean animales acuáticos es una ventaja pues es posible probar distintos agonistas y antagonistas implicados en esos procesos simplemente añadiéndoles al agua del acuario. Al principio el potencial regenerativo del ajolote se estudiaba usando extremidades amputadas e irradiadas —con lo que se eliminaban las células madre que hubiera en la zona del muñón— con trasplantes nerviosos sin irradiar. Sin embargo, no era fácil seguir las células originales y a qué tipos celulares daban lugar al ir creciendo la extremidad. Es decir, no se sabía si una célula progenitora era pluripotente (podía dar lugar a piel, músculo, célula de los nervios, cartílago, etc.) o cada célula seguía exclusivamente su línea original. El problema se ha resuelto recientemente utilizando ajolotes que expresan un transgén de la proteína verde fluorescente (GFP) o del gen nucCherry. 460039a-f1.2Usando promotores específicos se pueden seguir por su color las células que derivan de una población celular determinada y seguir su destino. 460039a-f2.2La sorpresa fue que cada tejido maduro producía células progenitoras con un potencial restringido, no eran pluripotentes. Por lo tanto el blastema es una colección heterogénea de células progenitores restringidas. La identidad posicional es una propiedad específica de cada tipo celular  del blastema donde las células derivadas del cartílago tienen una identidad posicional pero las células derivadas de las células de Schwann, no. Estos resultados demuestran que un fenómeno complejo como la regeneración de una extremidad puede lograrse sin una desdiferenciación completa a un estado pluripotente, una conclusión con implicaciones importantes para la medicina regenerativa.

Axolotl_brain_ventricular_zone_proliferative_activityEl propio encéfalo del ajolote muestra también una formidable capacidad de regeneración gracias a una potente proliferación de células progenitoras neurales endógenas. La mayor neurogénesis se observa en el telencéfalo y en el cerebelo. Menores niveles se encuentran en el mesencéfalo y el rombencéfalo. Las nuevas células generadas alrededor de los ventrículos migran y se colocan en la capa neuronal, convirtiéndose en neuronas maduras. Si se destruye una zona importante del telencéfalo se estimula la proliferación tanto en la zona ventricular como posteriormente a los lados de la zona destruida hasta conseguir una regeneración completa. Eso es algo impensable en nuestra especie donde el telencéfalo es la zona clave para las funciones superiores. El estímulo que induce la división de las neuronas parece ser una señal olfativa pues la regeneración del telencéfalo no sucede si previamente a la lesión se han extirpado los bulbos olfatorios, la zona encefálica responsable del olfato.

Johann Scheuchzer encontró un esqueleto fósil que denominó Homo diluvii testis, (el hombre testigo del Diluvio), describiéndolo como “un rara reliquia de aquella raza maldita del mundo primitivo”. Así se mantuvo durante un siglo hasta que en 1811 Georges Cuvier dijo que aquello no era humano y que era algún tipo de salamandra gigante. 239440682_886d6b9efe_oEl ejemplar medía cerca de un metro de longitud y carecía de cola y extremidades pero, a petición de Cuvier, se limpió parte de la roca que albergaba el fósil, apareciendo las dos extremidades anteriores que el genial naturalista francés había predicho.  En honor de su descubridor y de esta historia el nombre científico de ese urodelo gigante es Andrias scheuchzeri (el hombre de Scheuchzer). A Cortázar, que en su cuento declara “Ahora soy un axolotl” le habría encantado la historia.

 

Para leer más:

  • Henderson C (2012) The book of barely imagined beings. Granta, Londres.
  • Kragl M, Knapp D, Nacu E, Khattak S, Maden M, Epperlein HH, Tanaka EM (2009) Cells keep a memory of their tissue origin during axolotl limb regeneration. Nature 460(7251): 60-65.
  • Maden M, Manwell LA, Ormerod BK (2013) Proliferation zones in the axolotl brain and regeneration of the telencephalon. Neural Dev 8(1):1. doi: 10.1186/1749-8104-8-1.
  • Tanaka E, Reddien PW (2011) The cellular basis for animal regeneration. Dev Cell 21(1): 172-185.
  • http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/cortazar/axolotl.htm

José Ramón Alonso

CATEDRÁTICO EN LA Universidad de Salamanca

Neurocientífico: Producción científica

ORCIDLensScopusWebofScienceScholar

BNEDialNetGredosLibrary of Congress


Una respuesta a «Cortázar y el hombre del diluvio»

  1. Avatar de Marta

    Estuve en Mexico DC hace dos meses y fui también a Xochimilco. Que alegría de leer el artículo. Los animallitos estos son una maravilla. A parte de tener un aspecto muy gracioso, su capacidad de regenerar patitas rotas es increíble.

Muchas gracias por comentar


Artículos relacionados

Descubre más desde Neurociencia con el Dr. José Ramón Alonso

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo