Lavado de cerebros

brainwashing El lavado de cerebros no es una costumbre higiénica sino un proceso por el que se fuerza a una persona a cambiar sus creencias en contra de su voluntad.  Desde la época de Gengis Khan, que consiguió derrotar simultáneamente a los gigantescos ejércitos de la dinastía Sung en China y el Sacro Imperio Romano en Centroeuropa haciéndoles creer los rumores que él mismo había difundido sobre la abundancia y ferocidad de sus tropas, el control de la mente del enemigo ha sido un objetivo fundamental para dirigentes políticos y militares. En el manual de operaciones psicológicas que la CIA preparó para la Contra nicaragüense, se decía “una vez que su mente ha sido alcanzada, el “animal político” está derrotado, sin que necesariamente haya recibido ningún balazo” pero la realidad es que no es fácil conseguir la sumisión de un prisionero y mucho menos su colaboración o su adoctrinamiento.

Buscando lecturas para preparar este artículo, la mayoría de los escasos artículos científicos sobre lavado de cerebros fueron publicados en las décadas de 1950 y 1960. No es de extrañar, el origen era probablemente el asombro de la sociedad estadounidense ante los casos de prisioneros de guerra americanos, capturados en la Guerra de Corea y que habían confesado públicamente crímenes de guerra, incluido haber llevado a cabo ataques con armas bacteriológicas, cosa que de hecho no había sucedido. Al menos 21 prisioneros de guerra se negaron a volver a los Estados Unidos al ser liberados y aunque era un porcentaje  muy bajo, un 0,1% de los 20.000 soldados capturados, la única explicación aceptable  para los asombrados conciudadanos era que sus captores coreanos y chinos habían lavado los cerebros de aquellos pobres muchachos.

Con el final de la guerra de Corea, el tema del lavado de cerebros se trasladó del ámbito bélico al religioso. Algunos jóvenes optaron por un conjunto de creencias muy diferentes a los de sus padres y participaron en lo que para algunos son nuevos movimientos religiosos y, para otros, simplemente sectas.  cultsmixencoreDe nuevo, la sociedad burguesa no entendía que sus hijos abandonaran el emocionante proyecto de pagar una hipoteca durante toda la vida y cambiar la lavadora cada quince años y se pusieran una túnica azafrán, se raparan el pelo y se fueran con aquella pelirroja a tocar la pandereta por los aeropuertos.

Cada vez sabemos más sobre la flexibilidad cerebral. El cerebro es mucho más plástico de lo que se creía anteriormente: cambia todos los días, suma algunas neuronas, pierde otras y reorganiza constantemente sus conexiones. Gracias a esos cambios nos adaptamos a las experiencias diarias, algo que es evidente en la memoria o el aprendizaje, y somos capaces de acomodar un suceso dramático como puede ser la pérdida de una extremidad o fallos en un sistema sensorial.

Nuestra plasticidad cerebral se demuestra también en nuestra plasticidad mental. Todos somos más o menos conscientes de que nuestras opiniones, nuestras ideas han ido cambiando con los años. Lo que es más curioso es que en general todos pensamos que nuestro “yo actual” es el “yo definitivo” y que no cambiaremos más desde este momento. Dentro de ese “yo” están nuestra personalidad, nuestras creencias, nuestros ideales, nuestras preferencias sobre mil aspectos, lo que pretende cambiar el lavado de cerebros.

En un esquema anticuado cuando el sistema nervioso se veía como algo estático que solo podía ir perdiendo neuronas, un lavado de cerebro era algo difícil de creer pero los datos actuales sobre la plasticidad neuronal y la capacidad de adaptabilidad del cerebro nos hacen ser más conscientes de los cambios que se pueden producir en situaciones de enorme presión y con procesos psicológicos y farmacológicos adecuados. Hasta cierto punto sucede algo parecido de forma natural: a menudo usamos la expresión “cambiar el chip”. cambia-el-chip21Con ello queremos decir que no somos el mismo en casa, en el trabajo, en un bar…  Estas variantes del “yo” original son fácilmente asumidas, incluso de manera totalmente inconsciente: no actuamos de la misma manera con nuestro jefe que con nuestros amigos y esas distintas “personas”, en el sentido original de las distintas máscaras que se ponían en el teatro los actores grecolatinos, son parte de nosotros mismos y se activan en distintos tipos de situaciones. Las “personas” pueden estar durmientes, los militares dicen que solo en situaciones extremas se ve la verdadera fibra de los soldados, pero no deja de ser una más dentro de esas facetas múltiples que tenemos cada uno de nosotros. Por tanto, un auténtico lavado de cerebros debería basarse no en un cambio total de la personalidad sino en la activación de una “persona” durmiente o en la creación de una nueva que integra lógicamente muchos aspectos de la personalidad original.

scientists-hone-potential-brain-washing-techniques_300El sistema nervioso realiza múltiples tareas, algunas sencillas y otras muy complejas. Las más sencillas pueden ser los reflejos, donde a una misma entrada sensorial, un golpe con un martillito en la rótula,  respondemos de la misma manera, con una pequeña patadita. Las más complejas son aquellas donde interviene nuestra presencia en la sociedad, la relación con otros seres humanos, nuestra explicación del pasado y nuestras preferencias para el futuro, las emociones que sentimos y las acciones que ponemos en marcha con esas emociones; éstas son las más interesantes para los manipuladores mentales. Las ideas básicas del lavado de cerebros son:

Refuerzo. Cuanto más se activa una respuesta mental, más se consolida y por eso actuamos con más rapidez frente a experiencias ya conocidas. Por tanto, uno de los elementos básicos del lavado de cerebros es potenciar las respuestas deseadas y debilitar las que no son interesantes, consiguiendo el mayor número posible de automatismos.

Desajuste emocional. Un segundo componente clave es aprovechar las emociones, una respuesta clave para la supervivencia. Se piensa que las emociones son un proceso mental primitivo y rápido que nos permite responder de forma prácticamente instintiva cuando no hay tiempo para elaborar una respuesta procesando información, para usar el razonamiento. La manipulación de los emociones permite reforzar “personas” que no son habituales, que no están bajo el control consciente de la corteza cerebral pero que se viven como las más adecuadas para una situación extrema.

Colapso mental. En momentos de estrés y amenazas indeterminadas, muchas áreas cerebrales se activan simultáneamente y se establecen mecanismos de alerta y defensa. Sin embargo, si el estrés persiste, la situación no mejora, las neuronas van entrando en un modo de funcionamiento de menor respuesta y empiezan a ignorar las nuevas informaciones. Un ejemplo son esas situaciones de peligro donde primero hay una respuesta de “defensa o huida” pero que al agravarse decimos que la víctima se ha quedado “paralizado” de miedo, un bloqueo causado por el colapso mental.

Cambios en la corteza prefrontal. Es la parte del cerebro que hace que reflexionemos brevemente antes de actuar, la que nos adapta a las diversas situaciones sociales. Phineas Gage tuvo una lesión de la corteza prefrontal y sus amigos decían que ya no era el mismo, que era otro. Antes era una persona amable y trabajadora y se convirtió en alguien soez, incapaz de conservar un empleo y muy impulsivo. Si la corteza prefrontal se activa pero después se sobrecarga con información, se bloquea y la persona es incapaz de pensar antes de actuar lo que le lleva a aceptar “personas” que antes habría sido considerado inaceptables o repulsivas. Es el soldado que delata a sus compañeros o el amigo que traiciona a otro amigo.

En relación con el lavado de cerebros hay una serie de principios básicos: el aislamiento o al menos la separación de los contactos que le conectan con su vida anterior social-isolation-corner-dunce_atosfrenchbulldogscom1(algo que aplican en los campos de prisioneros o en las sectas que viven en comunidades cerradas), el control absoluto (tomando decisiones arbitrarias e injustas sin dar explicaciones), la dependencia (la víctima solo puede comer o ir al baño si así lo aprueba su manipulador), la confusión mental (privando del sueño, haciendo perder la noción del calendario o las estaciones, cambiando los horarios, alterando los ritmos de sueño/vigilia, comidas, etc). Con todos estos procesos en marcha y la confusión y el agotamiento producido por la situación que se vive se usan técnicas sencillas como las siguientes:

  • Presentar varias opciones que llevan todas a la misma conclusión.
  • Repetir la misma frase o idea para que se instale en nuestro cerebro (“copia cien veces…”)
  • Bombardear con datos para saturar la memoria a corto plazo y hacer que calen los mensajes programados que son los únicos constantes.
  • Generar un ambiente de estrés y miedo mediante cualquier técnica de tortura o presión.

Mediante estos procedimientos básicos, el agente primero quiebra la personalidad de la víctima haciéndole ver que su “versión anterior” es totalmente inadecuada para la situación que vive y luego reconstruye una nueva, un nuevo esquema de valores donde va incorporando, con las técnicas vistas, actitudes, creencias y comportamientos que sí son funcionales en esa atmósfera opresiva.

brainwashing4La desprogramación, el proceso para abandonar la “persona” anómala trata, en general de llevar a cabo los procesos contrarios al proceso de adoctrinamiento: frente al aislamiento, el restablecimiento de los vínculos afectivos con familiares y amigos; frente a la deprivación de sueño y comida, el descanso físico y una alimentación adecuada; frente a la instauración obligada de nuevos hábitos y costumbres, la recuperación de los intereses y aficiones antiguas como forma de reencuentro con la “persona” original. De este modo, el psicólogo va eliminando las fobias implantadas y rompe con las explicaciones falsas mediante el diálogo, la confianza y el razonamiento.

El lavado de cerebros tiene una merecida imagen desastrosa pero en buena medida sus fundamentos son los mismos de las técnicas publicitarias, que algunos consideran un lavado de cerebros masivo que busca, evidentemente de una forma más sutil y respetuosa, los mismos cambios en actitudes, creencias y comportamientos que el lavado de cerebros individual. Además, las mismas técnicas pueden aprovecharse parcialmente para algunos objetivos deseados como abandonar una adicción o generar un cambio positivo en una persona con un comportamiento delictivo o antisocial.

Todo este tema del lavado de cerebros se mueve entre dos extremos, para unos es una leyenda urbana, aireada por la televisión pero sin un fundamento científico y con resultados prácticamente nulos mientras que para otros es llevar al extremo cosas que sabemos, practicamos y experimentamos cada día como la persuasión, la educación y la propaganda. La conclusión parece ser que el efecto del lavado de cerebros es poco eficaz y en los casos donde supuestamente hay cambios, son transitorios y en el momento en que cesan las coerciones y el ambiente anómalo, las ideas previas vuelven y la personalidad original va reapareciendo. bbc-british-brainwashing-channelDe hecho, en contraste con la fuerte presencia en los medios de comunicación y en las películas de Rambo, muchos investigadores consideran que el lavado de cerebros nunca existió. Algunos psicólogos como Dick Anthony han escrito que todo fue una estrategia de la CIA para justificar los casos de soldados que declaraban públicamente preferir los regímenes comunistas que los habían capturado a su país de origen, que les había enviado a miles de kilómetros de casa a pelear en una guerra injusta y que no entendían. De hecho, parece que los regímenes comunistas no tenían ningún interés en captar prosélitos y, quizá, algunos traidores famosos como el coronel James Carne o el locutor de radio Robert W. Ford, los dos británicos, dieron esa explicación para no contar una verdad más vergonzosa: que se habían cambiado de bando.  Los estudios disponibles también señalan que los intentos de lavado de cerebros dentro de algunos programas secretos de investigación como el famoso MKULTRA nunca dieron buenos resultados. De hecho, si las sectas dispusieran de técnicas tan eficaces para el lavado de cerebros, tendrían más éxito en la captación de seguidores mientras que el resultado real es que la mayoría de los prosélitos, que son pocos, lo dejan al poco tiempo. Hay quien piensa que todo es un brutal negocio de los anti-sectas que justifican así largos y caros tratamientos de “desprogramación” o el apoyo psicológico para abandonar una secta. Y es que la principal religión siempre es la del dinero.

 

Para leer más:

José Ramón Alonso

CATEDRÁTICO EN LA Universidad de Salamanca

Neurocientífico: Producción científica

ORCIDLensScopusWebofScienceScholar

BNEDialNetGredosLibrary of Congress


Una respuesta a «Lavado de cerebros»

  1. […] Lavado de cerebros […]

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