En un informe a su jefe de laboratorio Hofmann escribió:
“El pasado viernes, 16 de abril de 1943, tuve que interrumpir mi trabajo en el laboratorio a media tarde e irme a casa pues me notaba afectado de una hiperactividad combinada con un ligero mareo. En casa me tumbé y me sumergí en una condición parecida a una borrachera, no desagradable y que se caracterizaba por una imaginación desbocada. En un estado parecido al de los sueños, con los ojos cerrados (la luz del día era desagradablemente brillante) percibía una corriente ininterrumpida de imágenes fantásticas, formas extraordinarias con un juego caleidoscópico de colores intensos. Después de dos horas, esta condición fue desapareciendo.”
Hofmann publicó un artículo anunciando su descubrimiento de una nueva sustancia psicoactiva de gran potencia planteando que podría tener un interés como una nueva herramienta terapéutica para los pacientes psiquiátricos. Desde entonces se sabe más de su mecanismo de acción.
Sandoz decidió comercializar el LSD bajo la marca Delysid para su uso en la clínica psiquiátrica y en las décadas de 1950 y 1960 pacientes con diagnósticos de depresión o esquizofrenia fueron medicados con LSD en varios países. Algunos de ellos desarrollaron síntomas crónicos que achacaron posteriormente a esa administración experimental. En la misma década de 1950 algunos agentes de la CIA plantearon que el fármaco podría ser usado para el control mental de enemigos de distintos tipos y como arma química en la guerra.
- Sustancias que generen un pensamiento irracional y una impulsividad que desacredite públicamente al sujeto.
- Sustancias que hagan envejecer más rápidamente.
- Sustancias que fomenten la intoxicación por el alcohol.
- Sustancias que generen síntomas similares a los de enfermedades graves y puedan si interesa ser revertidos.
- Sustancias que generen una amnesia tras su consumo (anterógrada) o del período anterior a su consumo (retrógrada).
- Sustancias que generen confusión durante periodos prolongados y puedan administrarse sin conocimiento del sujeto.
- Sustancias que produzcan una discapacidad física importante como parálisis, anemia aguda,…
- Sustancias que alteren la personalidad del sujeto y le hagan dependiente de otra persona.
- Sustancias que disminuyan la ambición y la eficiencia laboral cuando se administren en cantidades indetectables
- Sustancias que generen déficits visuales o auditivos, preferentemente sin efectos permanentes, que generen ampollas, que hagan imposible realizar actividades físicas,…
También existía la búsqueda de moléculas activas dirigidas a los amigos como sustancias que hicieran envejecer más despacio o sustancias que aumentaran la resistencia ante la tortura o la coerción.
El 16 de agosto de 1951 el pueblo francés de Pont-Saint-Esprit, una bonita localidad del Languedoc-Rosellón sufrió lo que se llamó el “pan maldito”.
En esos años las posibilidades de la nueva molécula fueron pasando desde el ámbito puramente científico al más diverso de las drogas recreativas. El momento álgido llegó en los años 1960 cuando una serie de artistas y figuras de la contracultura defendieron públicamente sus beneficios como un fármaco que “ampliaba la mente”.
En el año 1962, varios investigadores de la Universidad de Oklahoma incluyendo Louis Jolyon “Jolly” West, colaborador de la CIA y Chester M. Pierce, administraron, utilizando un rifle de dardos la mayor dosis de LSD de la historia a Tusko, un elefante macho, de catorce años de edad y tres toneladas y media de peso. La cantidad administrada (297 mg) era aproximadamente lo que correspondería a 3.000 personas y el objetivo era ver si el LSD era capaz de crear un must, una especie de locura transitoria en la que los elefantes machos desarrollan una enorme agresividad. Durante el must, los elefantes secretan una sustancia denominada temporina a través de unos conductos situados en la cabeza.
Tras la administración del LSD, el experimento no fue como se esperaba. La pobre criatura trompeteó por su recinto del zoológico Lincoln de la ciudad de Oklahoma durante cinco minutos y después se puso de rodillas, se apoyó en su lado derecho, defecó y entró en un estatus epilepticus. Esta es la descripción de ese momento artículo que publicaron en la revista Science:
Los ojos estaban cerrados con un espasmo de los músculos orbiculares, las pupilas estaban dilatadas y los ojos torcidos. La boca estaba abierta, pero la respiración era muy dificultosa y con estertores, dando la impresión de una obstrucción de las vías respiratorias superiores debida a un espasmo en la laringe. La lengua, que se había mordido, estaba cianótica.
El pobre animal murió poco después. Como era lógico, el escándalo fue enorme —a todos nos gustan los elefantes y ese “experimento” era de una crueldad y una estupidez absolutas. En su defensa, tan patética como su experimento, los investigadores de Oklahoma dijeron que ellos habían tomado LSD en el pasado sin haber tenido ningún problema y que, tras aquel resultado inesperado, la droga podría usarse para reducir los rebaños de elefantes en países donde su número fuese un problema. En el capítulo II de su obra “LSD, mi niño problemático” Albert Hofmann comento este suceso e indicó que parecía que los animales grandes eran sensibles al LSD y que la dosis letal, medida en mg/kg de peso corporal parecía ser 1.000 veces menor en el elefante que en el ratón.
Como pasa con otras moléculas que atentan contra la normalidad, a pesar de que sean relativamente inocuas se fue poniendo en marcha una respuesta política, legal y policial y finalmente la fabricación, venta y posesión de LSD fue declarada ilegal en los Estados Unidos en 1967 y la Convención de Naciones Unidas sobre Sustancias Psicotrópicas pidió su prohibición a nivel mundial en 1971.
Para leer más:
- De Lange C (2010) Psychoactive drugs: From recreation to medication. New Scientist 2776: 8-9.
- Gabbai, Lisbonne, and Pourquier (1951) Ergot Poisoning at Pont St. Esprit. Brit Med J. 2 (4732): 650–651. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2069953/?page=1
- Hofmann A. (1980) LSD, my problem child. McGraw-Hill, Nueva York. http://www.cs.cmu.edu/afs/cs.cmu.edu/user/ehn/Web/release/problem-child.html
- West LJ, Pierce CM, Thomas WD. (1962). Lysergic acid diethylamide: Its effects on a male Asiatic elephant. Science 138: 1100-1102.
- http://www.dailymail.co.uk/sciencetech/article-490974/Elephants-LSD-The-silliest-experiments-time.html#ixzz241ATm0Fg
- http://www.erowid.org/chemicals/lsd/lsd_history4.shtml
- http://www.lavanguardia.com/internacional/20120402/54280376679/cia-drogo-civiles-lsd-1953-1964.html
Una respuesta a “La CIA y el LSD”
[…] El 16 de abril de 1943, el químico suizo Albert Hofmann estaba estudiando en su laboratorio de la Sandoz (Basilea) los compuestos químicos presentes en el cornezuelo, un hongo que infecta el centeno y que ha causado durante siglos graves… […]