El estudio fue iniciado por el Dr. David Snowdon, de la Universidad de Minnesota.
El objetivo del ya famoso “Estudio de las Monjas” es comprender la discapacidad mental y física que va asociada al envejecimiento, determinando las causas y las posibles vías de prevención de la enfermedad de Alzheimer y de otras enfermedades mentales y cerebrales. Un estudio tan significativo fue posible por la decidida colaboración de las religiosas y porque, como grupo de análisis, constituyen un colectivo muy especial.
Las hermanas aceptaron someterse a un examen anual de su estado físico y mental que incluía una serie de pruebas pautadas, como ver cuántas palabras podían recordar unos minutos después de leerlas en una tarjeta, cuántos nombres de animales lograban decir en un minuto o comprobar qué tal contaban monedas.
Esta autopsia reviste gran importancia porque el diagnóstico formal del alzhéimer requiere comprobar la presencia de lesiones típicas de esta enfermedad, denominadas placas seniles y ovillos neurofibrilares. El número y extensión de estas estructuras patológicas, unido a las observaciones clínicas sobre deterioro de sus capacidades cognitivas y relaciones sociales, son fundamentales para determinar el tipo de demencia y su gravedad.
Las hermanas de Notre Dame explicaron su participación voluntaria en el estudio porque consideraban que este compromiso podía ayudar a otras mujeres en todo el mundo. La mayoría se habían dedicado a la labor docente y asistencial y pensaron que éste era un modo de seguir enseñando cosas y ayudando a los demás incluso después de la muerte.
El interés del estudio de un grupo de monjas que viven en comunidad es que sus vidas se rigen por una gran cantidad de pautas similares. De este modo muchas de las variables, incluidas las ambientales, que pueden contaminar un estudio de estas características, son aquí eliminadas o controladas de un modo más eficaz. Por otra parte, a la hora de afrontar los factores genéticos, el otro gran binomio a tener en cuenta, las características y condiciones del acuerdo nos permite hacer un análisis con una profundidad y un detalle antes impensables.
Estas 678 monjas no fuman, no consumen alcohol o lo hacen en una cantidad mínima, son solteras, no han tenido hijos (se evitan variables debidas a embarazos, partos, lactancia etc.), son de la misma raza, han vivido en las mismas residencias, han seguido dietas similares y han realizado trabajos parecidos.
El francés Philippe Lejeune define la autobiografía como un “relato retrospectivo en prosa que una persona real hace de su propia existencia, en tanto que pone el acento sobre su vida individual, en particular sobre la historia de su personalidad”. Las autobiografías, bajo distintos nombres (memorias, apología, vida, diario íntimo…), aparecen desde la antigüedad clásica. La Oratio I de Libanio (c. 314-394), las Meditaciones de Marco Aurelio a las Confesiones de San Agustín, la historia de Abdallah ibn Buluggin, último rey zirí de Granada a finales del siglo XI o la Historia Calamitatum de Pedro Abelardo en el siglo XII, son algunos ejemplos tempranos.
Con respecto a las escritas por mujeres es interesante la que realizó Leonor López de Córdoba (1363-1412),
Pero volvamos a las monjas. Las autobiografías han servido, como vemos, para informar, reivindicarse o acusar, pero además, en un giro sorprendente, el Estudio de las Monjas demostró que también servían para predecir el riesgo de una enfermedad neurodegenerativa. Un resultado asombroso del análisis de aquellos 678 ensayos autobiográficos fue que permitían predecir la probabilidad de desarrollar la enfermedad de Alzheimer muchos años después.
- Baja probabilidad de alzhéimer: “Cuando terminé el octavo curso, en 1921, deseaba ser novicia en Mankato pero no tuve arrestos para pedir permiso a mis padres así que la Hermana Agreda lo hizo en mi favor y ellos dieron rápidamente su consentimiento”.
- Alta probabilidad de alzhéimer “Cuando dejé el colegio, trabajé en la oficina de correos”.
Es importante señalar que estos ensayos predecían el posible inicio del alzhéimer con muchas décadas de antelación: la edad media de las monjas en el momento de escribir el ensayo era de 22 años. Se pudo cuantificar que, cinco o seis décadas después, en torno al 80% de las monjas cuyas “Memorias” no tenían densidad lingüística desarrollaban la enfermedad de Alzheimer al alcanzar una edad avanzada, mientras que la proporción era de solo el 10% en aquellas cuyas obras autobiográficas no presentaban este carácter plano y pobre. También se vio que aquella que mostraban más pensamientos positivos en sus escritos tenían vidas más largas que aquellas que realizaban autobiografías con menos expresiones que demostraran felicidad, ilusión, asertividad.
Estos resultados nos hacen preguntarnos si el alzhéimer tiene una base estructural o, por el contrario, funcional. Es decir, si existe algo en los circuitos cerebrales que, establecido desde una edad temprana, nos hace alcanzar un menor nivel cognitivo en la juventud y madurez y desarrollar posteriormente un alzhéimer o si, por el contrario, no es la estructura la que determina la “calidad” de la función cerebral sino al revés, y es el ejercicio mental, la ejercitación y desarrollo de nuestra actividad cerebral encaminada a producir ideas más elaboradas, un elemento protector frente a una enfermedad neurodegenerativa, siendo los pensamientos positivos un factor que va ligado estadísticamente a vidas más longevas.
Este post ha sido publicado en el Journal of Feelsynapsis #11
Para leer más:
- Mortimer JA, Snowdon DA, Markesbery WR. (2008) Small head circumference is associated with less education in persons at risk for Alzheimer disease in later life. Alzheimer Dis Assoc Disord. 22(3): 249-254.
- Sánchez Dueñas, B. (2006). Mujeres Andaluzas. Universidad de Córdoba, Córdoba.
- Snowdon DA (2001) Aging with Grace: What the Nun Study Teaches Us About Leading Longer, Healthier, and More Meaningful Lives. Bantam Books, Nueva York.
- https://www.healthstudies.umn.edu/nunstudy/faq.jsp
- https://www.healthstudies.umn.edu/nunstudy/pdf/Aging_With_Grace_Excerpt.pdf
- http://www.autopacte.org/
10 respuestas a «678 monjas luchando contra el alzhéimer»
[…] 678 monjas luchando contra el alzhéimer […]
[…] Otro articulazo de Journal of Feelsynapsis: las 678 monjas luchando contra el Alzheimer. […]
[…] Las investigaciones realizadas hasta el momento, incluido un estudio en el que participaron 678 monjas de un convento norteamericano, no han podido dilucidar todavía las bases de este trastorno […]
[…] Las investigaciones realizadas hasta el momento, incluido un estudio en el que participaron 678 monjas de un convento norteamericano, no han podido dilucidar todavía las bases de este trastorno […]
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[…] Fuente: Neurociencia en Español. José Ramón Alonso […]
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