Los elefantes de Aníbal y de Abraham Lincoln

hannibal_elephantsAníbal (247-183 a.C.), hijo de Amílcar Barca, es uno de los grandes caudillos y estrategas militares de la Historia. El general y estadista cartaginés fue quizá el principal enemigo de Roma y aunque terminó derrotado, ocupó durante casi quince años la Península Itálica, derrotó magistralmente a las legiones romanas en las batallas campales de Trebia, el lago Trasimeno y Cannas, y se dice que en su época, todas las familias romanas habían perdido algún hijo a manos de Aníbal y sus soldados.

La hazaña más famosa de Aníbal fue el paso de los Alpes y el elemento más famoso de su ejército eran probablemente los elefantes de guerra. imagesNo era un arma exclusiva de los cartagineses sino que los grandes generales del mundo antiguo, como Pirro o incluso los romanos, usaron elefantes. Su uso militar estaba basado, a menudo con éxito, en cargar suministros, aterrorizar a los enemigos que los contemplaban por primera vez, desorganizar la caballería enemiga, desbaratar las líneas de una infantería poco organizada, arremeter contra fortificaciones de campaña, hacer de barrera física o, muy raramente, luchar contra otros elefantes. 

e0040579_111102Para alguien que no les hubiera visto antes, los elefantes con su aspecto, su tamaño, su olor y sus barritos tenían que espantar a los hombres y caballos que se les enfrentaran. El animal cargando contra la formación enemiga, luchando con sus colmillos y trompa y aplastando todo a su paso, tenía que ser un adversario terrible. De hecho, en algunos aspectos eran los vehículos acorazados de la antigüedad pero la inteligencia humana supo resolver y superar el reto que significa enfrentarse a aquellos proboscídeos.En la Batalla de Tapso (46 a. C.), Julio César armó a los soldados de la Legión V con hachas y ordenó que cuando se acercaran, abrieran las líneas para dejarlos pasar y les hirieran las patas con esas armas. La legión V fue capaz de resistir el ataque y el elefante se convirtió desde entonces en el símbolo y estandarte de aquellos legionarios. Fue la última vez que los elefantes tuvieron un uso militar en Occidente.

Los elefantes tienen el mayor encéfalo de cualquier animal terrestre actual y también el mayor volumen de corteza cerebral. El peso de su encéfalo varía entre 3,6 y 5,4 kg, siendo los machos de elefante africano los que presentan el máximo volumen y peso. tumblr_lnx9nqZwXz1qjyasqo1_500Son también considerados unos de los seres más inteligentes del planeta, fundamentalmente por su capacidad de aprender y adaptarse y se les atribuyen una gran variedad de comportamientos asociados a la inteligencia como el duelo, un comportamiento distintivo ante la muerte de otro elefante; el altruismo, ayudando desinteresadamente a otros animales; la adopción, haciéndose cargo de crías que hayan perdido a su madre; el juego, disfrutando del agua al llegar a un río; el uso de herramientas, como un elefante asiático que modificaba una rama y la usaba como matamoscas; la compasión, incluso con humanos que estaban heridos y el autorreconocimiento, identificándose a sí mismos enfrente de un espejo.

La superficie del cerebro de los elefantes es más compleja y con más circunvoluciones que las de los primates, incluidos los humanos. Las áreas más grandes en su encéfalo están encargadas de la audición, el olfato, el gusto y la movilidad, incluido un cerebelo que pesa un 18,6% del total, una proporción mayor que en los humanos, y que interviene en el control motor de la trompa. Los lóbulos cerebrales frontal, parietal, temporal, límbico e insular están bien desarrollados mientras que el lóbulo occipital es relativamente pequeño. El lóbulo temporal, donde residen las estructuras de la memoria es desproporcionadamente grande y se expande lateralmente aunque el hipocampo es proporcionalmente más pequeño en los elefantes que en los humanos.

AFRICAN ELEPHANTAl igual que los humanos y los demás primates, los elefantes tienen largos embarazos (22 meses), largas vidas y tienen pocas crías a las que cuidan y educan durante períodos prolongados. Como el cerebro humano, el de los elefantes se desarrolla según crece, incorporando experiencias y conexiones como parte de su desarrollo vital. El desarrollo postnatal es menor que en los humanos. El encéfalo de un elefante neonato tiene el 50% del peso del de un adulto mientras que un bebé tiene un encéfalo que pesa el 25% del de los humanos adultos.

Según Fernando Quesada, Aníbal confió en los elefantes desde el principio de su carrera militar hasta su el final. Llevó con éxito al menos cuarenta de ellos en su expedición contra los vacceos y vetones en 221-220 a.C., cuando atacó mi Salamanca. En su famosa irrupción en Italia, inició su larga marcha por la Galia y los Alpes con al menos 37 elefantes, pero poco después de la batalla de Trebia sólo le quedaba uno, habiendo muerto los demás de frío. image002En Cannas ya no le quedaba ninguno, pero en algún momento debió recibir refuerzos de Cartago porque el año 215, el caudillo cartaginés empleó elefantes ante la ciudad de Casilino para detener una salida de los sitiados, y en 211 las tropas hispanas aliadas, apoyados por tres elefantes, rompieron la línea de una legión romana ante Capua. Sin embargo, también estos elefantes murieron o fueron sacrificados antes del regreso del ejército a Cartago. En cuanto a los quince ejemplares que Asdrúbal Barca llevó consigo en 209-207 a.C. para apoyar a su hermano, cinco debieron morir por el camino, seis cayeron en la batalla de Metauro, ya en Italia, y “los cuatro restantes… los romanos les capturaron más tarde pero no a los indios que cuidaban de ellos”.

i_forget_elephantHay una idea popular sobre la memoria de los elefantes, que, por lo que sabemos es selectiva y eficaz en el largo plazo, especialmente en los aspectos social y espaciotemporal. Se ha visto que los elefantes reconocen a otros elefantes incluso después de años de separación y que son capaces de recordar lugares e imágenes. Un estudio de una elefanta asiática demostró que era capaz de aprender y discriminar entre dos estímulos visuales o acústicos y que mantenía una puntuación muy alta cuando se le volvía a poner ante el mismo test un año después.  Parece que también poseen mapas cognitivos que les permiten recordar espacios en gran escala, un elefante recorre largas distancias cada día, durante largos períodos de tiempo. También se ha visto que un individuo es capaz de mantener el registro de donde están los distintos miembros de una familia después de que se hayan separado. Parece que los elefantes tendrían una “teoría de la mente” que les permitiría interpretar las acciones de otros individuos y hay un debate abierto sobre si los elefantes son capaces de sentir emociones.

El estudio de la citoarquitectura de los cerebros ha mostrado que su corteza cerebral tiene una densidad menor de neuronas que los primates. 1-s2.0-S014976340700070X-gr3Es decir, la corteza es grande pero contiene proporcionalmente muchas menos neuronas. Las interacciones entre esas neuronas serían más globales y no estarían compartimentalizadas con funciones específicas y con un procesamiento rápido y complejo como en la corteza de los grandes simios y el hombre.

Hay dudas también sobre la variabilidad sexual del encéfalo. Los machos tienen cerebros mucho mayores, parte sin duda debida a su mayor tamaño corporal pero parece que las hembras serían más inteligentes. Ello es debido a que las hembras viven normalmente en rebaños mientras que los machos adultos suelen ser ejemplares solitarios. La interacción social de las hembras es, por tanto, mucho mayor y les ayuda a mejorar sus habilidades sociales y su memoria. Los elefantes se comunican por el tacto, chocando o enroscando sus trompas, la vista y el oído y son capaces de usar infrasonidos para transmitir estrés, miedo o excitación y lo que se ha llamado comunicación sísmica, notando a través de los huesos de la pata y el hombro, sonidos generados por otros elefantes situados a grandes distancias.

elephant_compHay  dudas sobre qué elefantes fueron los que empleó Aníbal. En su época solo quedaban las mismas especies que tenemos ahora: el elefante asiático Elephas maximus, de hasta tres metros en la cruz, lomo convexo y orejas pequeñas y el elefante africano, Loxodonta africana (hasta tres metros y medio de altura en la cruz, frente plana, lomo cóncavo, orejas grandes). Hay algunas evidencias que sugieren que el elefante africano es en realidad dos especies distintas: el elefante de sabana (L. africana) y el elefante de la selva (L. cyclotis). Si hubiese podido elegir, es casi seguro que Aníbal hubiese preferido los elefantes asiáticos. Habían demostrado su utilidad frente a las falanges de Alejandro Magno y aunque no sean tan grandes como los elefantes africanos son más fáciles de entrenar por lo que son los más habituales en zoológicos y circos. elephantÉsa es también la razón de que mi querido Tarzán, rodeado de chimpancés y leones, vaya en ocasiones montado en un elefante asiático, eso sí con orejas postizas para que no se note tanto.

Conseguir y mover elefantes no es fácil ahora por lo que sería una tarea hercúlea en la época de Aníbal. Desde Cartago, en el actual Túnez, tanto el África subsahariana como la India estaban a unas distancias inmensas. Los elefantes son, además, animales voraces. Un macho africano adulto come unos 200 kilos diarios de verduras y fruta. Los historiadores piensan que unos cuantos elefantes pequeños podrían haber sido enviados a Egipto siguiendo el Nilo desde el actual Sudán o a través del Mar Rojo, y criados allí en cautividad pero no se ha encontrado ninguna prueba de esta granja de paquidermos. Tampoco hay registros de la presencia de los grandes elefantes africanos al norte del Sahara. Muchos piensan que Aníbal se surtió de una subespecie que existiría en las montañas del Atlas. Eran pequeños animales, con una altura en la cruz de 2,5 metros en contraste con los 3,5 metros de la subespecie subsahariana. Los elefantes africanos del Atlas desaparecieron cuando esta región tuvo menos precipitaciones y se volvió más árida.

De las pocas pruebas fiables que tenemos de que se tratara de ejemplares de Loxodonta es una moneda cartaginesa, acuñada en la época de Aníbal y con la imagen inconfundible de un elefante africano. Sin embargo, muchos piensan que Aníbal tuvo, al menos, un ejemplar de elefante asiático. elephantcoin40x240Ese animal, que  tenía que ser especial, fue el único que sobrevivió a la batalla de Trebia y sobre él se montó el propio Aníbal, enfermo y a punto de perder un ojo para atravesar los pantanos del Arno en 217 a.C. “sobre una ruta que estaba bajo las aguas”. Con eso consiguió de nuevo sorprender a los romanos y llegar por donde nadie le esperaba aunque sus soldados, que tuvieron que caminar cuatro días y sus noches sobre pantanos sin descansar ni dormir, estaban destrozados. El nombre de ese elefante parece que era “Surus”, el sirio. Se piensa que los Ptolomeos de Egipto, sucesores de Alejandro, habrían capturado algunos elefantes asiáticos en sus campañas en Siria y algunos descendientes de aquellos elefantes asiáticos llegaron a Cartago, aliado de los gobernantes de Egipto.

war elephant 1Se discute también si los elefantes de Aníbal llevaban un único jinete o estaban equipados con torres donde se situarían dos o tres soldados. Parece que en la mayoría de los casos tan solo se subía un conductor, el mahout o cornaca, que domaba, guiaba y cuidaba al animal. Los elefantes eran difíciles de controlar y cuando se asustaban o estaban heridos, resultaban impredecibles, rompían filas y se convertían en tan peligrosos para las tropas propias como para las del enemigo. Al propio Aníbal le pasó en Zama y según Livio, los cornacas llevaban a ese efecto un cincel y un martillo con el que perforar el cráneo del animal y apuntillarle si se desmandaba y se convertía en un peligro para su propio ejército. Plinio el Viejo comenta que «los elefantes se asustan del menor chillido de un cerdo» (VIII, 1.27) y tanto Polieno como Aelio escribieron que el sitio de Megara por Antígono II Gonatas fue roto cuando los megarenses vertieron aceite y resina sobre una piara de cerdos, les prendieron fuego y los lanzaron contra los elefantes de guerra enemigos. Los elefantes se desbocaron, aterrorizados por los chillidos y la presencia de los cerdos en llamas. Con el desarrollo de las armas de fuego, el uso de los elefantes en batalla se volvió obsoleto pero llegó casi hasta nuestros días.

Durante la Guerra de Secesión americana, el rey de Siam, Rama IV envió dos cartas y una serie de regalos al presidente de los Estados Unidos: una espada de una manufactura soberbia y lujosa, una foto de Su majestad y su amada hija y dos enormes colmillos de elefante.  lincoln1Además, ofreció el servicio de sus proboscídeos al presidente Abraham Lincoln, cosa que éste rechazó. Aunque la carta iba originalmente dirigida al presidente James Buchanan fue Abraham Lincoln el que contestó con una gran cortesía, indicando que apreciaba que conociera que sus leyes prohibían recibir esos ricos presentes como regalos personales, indicaba que no había un lugar en los Estados Unidos donde los elefantes se pudieran reproducir con facilidad y que habían optado, tanto en agua como en tierra, por el vapor  como el agente de transporte más eficaz. Aún así, algunos se preguntan qué habría pasado en la carga de Pickett si de repente en las campas de Gettysburg hubiera aparecido un regimiento de elefantes cargando contra el Ejército Confederado.

 

Para leer más:

José Ramón Alonso

CATEDRÁTICO EN LA Universidad de Salamanca

Neurocientífico: Producción científica

ORCIDLensScopusWebofScienceScholar

BNEDialNetGredosLibrary of Congress


3 respuestas a «Los elefantes de Aníbal y de Abraham Lincoln»

  1. […] Los elefantes de Aníbal y de Abraham Lincoln […]

  2. Avatar de liney
    liney

    que lindo es saber de anibal su historia linda y hermosa su historia

  3. […] Los elefantes de Aníbal, La batalla que enfrentó a elefantes asiáticos y […]

Muchas gracias por comentar


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