Adela Cortina y los chimpancés

En El País del lunes 8 de abril de 2013 Adela Cortina, catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia, publicaba un artículo titulado “El corazón de Europa”. En él se incluía lo siguiente “Como bien dice Michael Tomasello, “nunca veréis a dos chimpancés llevando juntos un tronco”, fue la capacidad de cooperar la que hizo progresar a la especie humana.”

Es una pena que un artículo interesante tenga un criterio tan antropocéntrico. Desde los tiempos de los famosos debates entre Huxley y Owen sobre la posición del hombre dentro de la Naturaleza hace siglo y medio, la mayoría de los intentos de considerarnos únicos y separados del resto de los animales han fracasado. De hecho han tenido que retractarse los que hablaban del cerebro o del comportamiento de los chimpancés sin haberlos visto nunca más de un minuto en un zoo ni leído nunca sobre ellos. Los chimpancés son capaces de colaborar entre ellos.

Como una imagen vale más que mil palabras, para los que tengan dudas les animo a ver esta charla de Frans de Wall en TED.

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=GcJxRqTs5nk[/youtube]

El que no pueda disfrutarla entera basta con que vea a partir del minuto 3:33.

Si alguien quiere verla con subtítulos en español está en la página de TED

Enjoy!

José Ramón Alonso

CATEDRÁTICO EN LA Universidad de Salamanca

Neurocientífico: Producción científica

ORCID – Lens – Scopus – WebofScience – Scholar

BNE – DialNet – Gredos – Library of Congress

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6 respuestas a «Adela Cortina y los chimpancés»

Juan

14/04/2013

Hola José Ramón! Interesante post, aunque no coincido en que las conclusiones de M. Tomasello (que son las que en última instancia emplea A. Cortina en su artículo) sean antropocentristas (más bien creo que su trabajo pretende someter rigurosamente a prueba empírica la tendencia a la ‘antropomorfización’ de muchos investigadores): simplemente derivado de sus experimentos llega a la conclusión de que el tipo de cooperación que muestran los seres humanos sugiere un mecanismo cognitivo diferente al que subyace en la cooperación de los grandes simios (y que él denomina intencionalidad compartida). Según el autor, dicho mecanismo sería el responsable de las variaciones tanto cuantitativas como cualitativas (en algunos aspectos) entre ciertas conductas de cooperación de ambas especies. No obstante, ello no implica rechazar la idea de que realmente hay otros muchos mecanismos cognitivos en común (que comparten una base neurofisiológica y que se derivan de nuestro antepasado en común) que provocan conductas similares o con algunos rasgos de parecido.

Te dejo un pequeño vídeo en el que expone sus principales ideas y su página personal, donde están disponibles muchos de sus artículos por si no conoces su trabajo y te interesa! Por cierto, estoy casi seguro de que las ideas que expone Adela Cortina están sacadas de un librillo del mismo autor que se titula ‘¿Por qué cooperamos?’.

http://www.youtube.com/watch?v=rOHxsZBD3Us

http://email.eva.mpg.de/%7Etomas/

Enhorabuena por tu blog, tiene entradas muy interesantes! A partir de ahora lo seguiré a menudo.

P.D.: Soy el chaval con el que charlaste en el descanso después de tu charla en el curso de Neurociencias del INCYL sobre el problema de la réplica de experimentos en psicología.

Un saludo!

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1. José R. Alonso
  
  19/04/2013
  
  Estimado Juan
  Me ha dado mucha alegría volver a «reencontrarte» gracias al blog.
  Revisaré la información que pasas (a mí y a todos los lectores) y que parece muy interesante. Supongo que el post nace de mi incomodidad frente a todos aquellos que hablan de características exclusivamente humanas. Hace no mucho se incluía en esa lista la capacidad para tener un lenguaje; la creación, modificación y uso de herramientas; la expresión de sentimientos, cosas que ya nadie defiende ya (por no hablar de otras visiones anteriores). Además, muchos de esos análisis no aportan ninguna evidencia de haber estudiado el trabajo de primatólogos u otros tipos de biólogos. O quizá es que me encanta ese video (he hablado alguna vez en clase de los pequeños monos capuchinos que exigen normas claras y juego limpio y tiran la comida al experimentador cuando sienten que no se está haciendo así)
  Ojalá nos volvamos a ver pero ya sabes donde localizarme. Abrazo fuerte
  
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Juan

20/04/2013

Totalmente de acuerdo! Yo también he sentido esa misma incomodidad, especialmente cuando el antropocentrismo provenía de catedráticos de psicología que me dieron clase y que jamás habían leído (o eso parecía) un artículo sobre psicología comparada, etología o primatología contemporáneas. En el mejor de los casos, únicamente trazaban similitudes con el resto de animales en temas relacionados con la agresividad u otro tipo de conductas »primitivas» o incluso »malévolas». Por eso quizás también me gustan tanto los trabajos de F. de Waal y otros, en los que se intenta trazar la historia evolutiva de comportamientos y procesos mentales »tan humanos» como la cooperación o la empatía y el sentido de justicia, sin duda presentes en otras especies.

Un saludo!!

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Enrique

21/02/2014

Hola Jose Ramón,
¿porqué dices que es una pena que Adela Cortina tenga un criterio antropocentrista?
¿Viniendo de una catedrática de ética que peligros tendría?

saludos

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1. José R. Alonso
  
  21/02/2014
  
  Hola Enrique
  
  Porque no puedes plantear una propuesta sobre nuestra especie basada en datos erróneos sobre las demás, en particular las más cercanas. Y ese criterio antropocéntrico, «los humanos somos los únicos que…» tiene importantes componentes éticos, entre ellos nuestro uso de animales para alimentación, vestido, diversión, caza, compañía o para buscar una cura a una enfermedad. No es cierto que los animales no sean capaces de cooperar (lo son y el video es un magnífico ejemplo), no es cierto que no sufran (experimentan dolor y algunas especies tienen algo parecido al duelo, acompañan a otros animales enfermos, adoptan a las crías abandonadas y otros mil ejemplos más.
  No es de recibo iniciar ningún debate (de ética o de marquetería, me vale cualquier tema) partiendo de un postulado falso. Lo de que la capacidad de cooperar fue lo que hizo evolucionar a la especie humana me parece totalmente discutible, fueron muchos factores ampliamente imbricados entre sí e, insisto, muchas otras especies cooperan y todas evolucionan.
  
  Un saludo muy cordial
  
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Oscar David Caicedo

30/08/2014

Hola José.
Actualmente estoy realizando una investigación sobre el origen biológico-adaptativo de la Cultura y la Moral. Las conclusiones a las que he llegado hasta el momento, es que además de que la cooperación, el altruismo y la empatía (y no solo la lucha encarnizada entre ellos), ayudaron a nuestros ancestros a sobrevivir, la inteligencia moral y la cultura son rasgos que compartimos con los demás animales. En efecto, los primates no humanos se colaboran entre ellos. Los chimpancés, por ejemplo, tienden a ser cooperativos, sobre todo en relación a las presas resultantes de la caza. Si algunos individuos del grupo encuentra un poco de comida, los chimpancés se piden unos a otros y comparten el alimento. Investigadores del Parque Nacional Taï, en Costa de Marfil, aseguran que los miembros sanos del grupo cuidan a los miembros heridos y enfermos, los protegen y en largas caminatas van al ritmo de quien más lento marche. Las investigaciones que se han hecho desde hace ya algunas décadas sobre grupos de chimpancés, arrojan resultados significativos. Ya el uso de herramientas no es el único rasgo específico de la conducta cultural de estos primates, sino que está acompañada de variadas formas de comunicación y hábitos de comportamientos sociales. Los simios ya no son vistos como se les veía antaño a la vez que los resultados observacionales hacen tambalear el concepto de naturaleza humana y revisar nuestros planteamientos sobre lo que nos hace únicos. Tales resultados nos indican que los orígenes de la capacidad humana para la cultura son más remotos de lo que se creía.
Un saludo cordial.

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