En menos del 1% de los casos las madres recientes pueden desarrollar lo que se llama una psicosis postparto.
Entre los factores que incrementan el riesgo de la depresión postparto están el bajo sentimiento maternal, el ser un embarazo no deseado, la depresión preparto o el historial previo de depresiones, la exclusión social, la baja autoestima, la ansiedad prenatal, una relación marital inestable, un bajo estatus socioeconómico, el mal comportamiento del bebé, el aislamiento social experimentado por los emigrantes y el tamaño de la familia, pero también hay que señalar que una mujer puede no tener ninguno de estos factores de riesgo y sufrir una depresión postparto. Por estas u otras causas, el número de mujeres afectadas parece ir en aumento en los últimos años alcanzando entre el 13 y el 20% en los países desarrollados.
El estudio muestra que las nuevas madres que tuvieron seis horas diarias de contacto piel contra piel durante la primera semana seguidas por al menos dos horas durante el siguiente mes, tenían menores síntomas de depresión. El análisis bioquímico de muestras de saliva confirmaba la presencia de menores niveles de cortisol, un marcador de estrés, que el grupo control del estudio. Por otro lado, evita el uso de fármacos en madres que pueden estar dando el pecho a su bebé.
Para el bebé el contacto entre su piel y la de su madre ayuda a satisfacer la necesidad de ese contacto físico y promueve la formación de vínculos afectivos. De hecho, otro estudio publicado en al revista Pediatrics señalaba que el contacto directo madre-bebé durante tres horas al día reducía el lloro del bebé en un 43%.
Puesto que otro de los factores que agobian a muchas madres recientes es la dificultad para atender todas las tareas diarias, llevar al bebé en una mochila o un portabebés (fular, mei tai, pouch) satisface la necesidad de contacto del bebé mientras que permite a la madre disponer de sus dos brazos para hacer cosas. Verse activa y en control de la situación, sentirse capaz de hacer las cosas que hacía antes de la llegada del niño, recuperar las rutinas agradables, hace que la madre se sienta más ella misma, note que está en control de la situación, recuperando su vida habitual y ayuda a que se sienta mejor.
Para leer más:
- Bigelow A, Power M, MacLellan-Peters J, Alex M, McDonald C. (2012) Effect of mother/infant skin-to-skin contact on postpartum depressive symptoms and maternal physiological stress. J Obstet Gynecol Neonatal Nurs. 41(3): 369-382.
- Eastwood J Ed, Jalaludin B, Kemp L, Phung H, Barnett B Am, Tobin J. (2013) Social exclusion, infant behavior, social isolation, and maternal expectations independently predict maternal depressive symptoms. Brain Behav. 3(1): 14-23.
- Mörelius E, Theodorsson E, Nelson N. (2005) Salivary cortisol and mood and pain profiles during skin-to-skin care for an unselected group of mothers and infants in neonatal intensive care. Pediatrics. 116(5): 1105-1113.