Un poco de optimismo

INNOVADORES_1_Empezamos un nuevo año. Aunque el ambiente psicológico alrededor es calamitoso en todo el mundo, las cosas, en perspectiva, no están tan mal. Este 2012 felizmente acabado consiguió cumplir con tres años de antelación el primero de los Objetivos del Milenio de las Naciones Unidas: Que la proporción de personas viviendo en pobreza extrema (menos de un euro al día) se redujera a la mitad. El número pasó del 43% en 1990 (52% en 1981) a un 22% en 2012.

En ese proceso de modernización, de salida de la pobreza del que podemos y debemos sentirnos orgullosos, olvidamos a veces quiénes somos y de dónde venimos. El desánimo generado por la crisis no debería enturbiar logros de generaciones. Repasemos juntos cuál ha sido la mejoría en nuestro país en el último siglo.

  • La esperanza de vida en España en 1900 era de … 34,7 años. Cada año morían 100.000 personas de tifus, tuberculosis, difteria, etc. Uno de cada seis niños moría antes de cumplir un año. La jornada laboral media era de 64,8 horas y un número parecido, el 63%, éramos analfabetos. Teníamos epidemias de cólera, tifus, viruela, paludismo, polio…. Tuvimos hambre también. Entre 1940 y 1946 murieron por inanición 30.000 personas. El pan blanco, los zapatos de piel y la carne eran artículos de lujo.
  • Pasamos de 4,7 hijos de media en las mujeres nacidas en 1870 a 2,5 en las nacidas en 1920 a 1,2 en las nacidas en 1960. La tasa más baja del mundo.
  • Y fuimos mejorando nuestra economía. A pesar del importante desarrollo de la industria y los servicios que llevó aparejado el cambio de un mundo rural a un mundo urbano, con flujos migratorios de millones de personas, la producción agraria pasó de 71.000 millones de pesetas en 1950 a 3,9 billones en 1990. Multiplicamos su valor en moneda real por 55. A pesar de ese éxito sin precedentes, un millón de personas tuvo que abandonar el país para buscar trabajo en otros países europeos en ese período.
  • En 1975, a la muerte del dictador, únicamente el 57% de las viviendas tenía baño o ducha. La asistencia sanitaria llegaba al 22% de la población en 1945 y al 50% en 1964. Solo con la llegada de la democracia tuvimos una asistencia sanitaria universal.

Viendo todo esto, lo que hemos conseguido, está claro que no podemos dejar que se pierda, no podemos permitirnos ni un paso atrás. Podemos atravesar este desierto que ahora estamos viviendo apretando los dientes y mascullando juramentos, pero somos mucho mejores de lo que éramos y hay muchas cosas de las que podemos sentirnos orgullosos, orgullosos de nosotros mismos, de lo que entre todos hemos construido.

José Ramón Alonso

CATEDRÁTICO EN LA Universidad de Salamanca

Neurocientífico: Producción científica

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