Semáforos en Daltonia

Algunos científicos quieren seguir haciendo descubrimientos después de morir. Para ello tienen un material único, del que conocen toda su trayectoria, sus posibilidades y limitaciones: ellos mismos.

John Dalton era un cuáquero. En los países hispanos, este grupo religioso no ha tenido un gran desarrollo, por lo que no son muy conocidos. Forman un grupo heterogéneo pero una de sus creencias principales es que cada persona lleva algo de Dios dentro de sí;  así, cada persona puede tener un contacto directo con la divinidad, sin necesidad de recurrir a sacerdotes ni a sacramentos. Dalton era inglés y allí había una iglesia oficial, la Iglesia anglicana, por lo que a los disidentes bajo la corona británica, ya fueran los católicos irlandeses o los cuáqueros ingleses, se les prohibía asistir a la universidad y mucho más enseñar en ella. Dalton tuvo que seguir un camino más complejo y tortuoso para conseguir una educación.

Entró a los diez años a servir como criado de Elihu Robinson, un cuáquero con medios económicos que, gratamente asombrado del interés de John por aprender, decidió darle clases por las tardes de matemáticas, estimulando el deseo del muchacho por mejorar en la vida. Cuando el maestro cuáquero donde había aprendido Dalton las primeras letras se retiró, John se convirtió en el nuevo maestro. Tenía catorce años. Sus alumnos eran desde niños pequeños que tenía que sentar en sus rodillas a jovencitos que le retaban a pelear cuando les reprendía. Estuvo allí dos años y luego entró de ayudante, junto con su hermano Jonathan, en otra escuela cuáquera dirigida por un primo. Cuando el maestro se retiró, los tres hermanos (su hermana Mary hacía de ama de llaves de la escuela) se hicieron cargo del negocio educativo. Empezaron a ganar dinero pero su fama no era muy allá, se pasaban con los castigos y se quedan cortos en la preparación de las clases. Aun así, John Dalton leyó, estudió y se formó, presentando un programa que incluía Mecánica.

En ese período, Dalton tuvo la suerte de que John Gough el filósofo ciego y erudito escrito por Wordsworth en el poema “Excursión”, se ocupase de mejorar su formación, enseñándole un poco de latín, de francés y de griego. Gough le enseñó también, entre muchas otras cosas, a llevar un diario meteorológico. La primera entrada es una aurora boreal del 24 de marzo de 1787. En los siguientes 57 años, Dalton registró doscientas mil observaciones en este diario.

Después fue contratado como profesor de Matemáticas y Filosofía Natural en la “Escuela Nueva”, un centro para disidentes de la iglesia oficial. La mala situación económica de esta academia hizo que tuviera que buscar otro empleo, colocándose como profesor particular en Mánchester.

Las obras de Dalton fueron muy diversas. Empezó con “Observaciones y Ensayos de Meteorología”, luego le siguió “Elementos de Gramática del inglés”, pero quizá lo más famosos son sus estudios sobre los pesos atómicos de los elementos químicos. Todos los científicos para los pesos atómicos usamos una unidad, el dalton, que lleva su nombre.

La teoría clásica de la visión en olor, propone que tenemos tres fotopigmentos en los conos de la retina. Estos pigmentos son sensibles a la luz roja, verde y azul, permitiendo percibir todos los colores del arco iris. La teoría tricromática de la visión, que es así como se llama, asume que cada persona heredamos un gen para cada uno de los tres pigmentos pero recientemente se ha visto que la situación es mucho más compleja: que hay muchos otros genes implicados, que hay mujeres que tendrían no tres sino cuatro tipos de conos y que los tipos de ceguera al color son más variables de lo que en un principio se pensaba.

John Dalton tenía ceguera para el color. Así describe su descubrimiento de su discapacidad y su naturaleza hereditaria

Siempre fui de la opinión, aunque no lo mencionaba a menudo, que varios colores tenían nombres injustificados. El término “rosa” en referencia a la flor de tal nombre [en realidad, el “pink” de Dalton hace referencia un Dianthus, la flor que  nosotros llamamos clavelina, el clavel silvestre], me parecía apropiado; pero cuando el término rojo se sustituía por rosa, pensaba que era totalmente inapropiado; tendría que haber sido azul, ya que en mi opinión, rosa y azul me parecían muy próximos entre sí, mientras que rosa y rojo tenían muy escasa relación.

El rosa en cuestión debe ser más cercano al malva ya que Dalton debía ser insensible al componente rojo. Dalton sigue

En el curso de mi dedicación a las ciencias, la Óptica reclamó mi atención; y me familiaricé bastante con la teoría de la luz y los colores antes de que mi diera cuenta de una peculiaridad en mi visión. No había, sin embargo, prestado mucha atención a la discriminación práctica de los colores, debido, en cierta medida, a lo que yo consideraba la rareza de su nomenclatura. Desde el año 1790, el estudio ocasional de la botánica me obligó a prestar más atención a los colores. Con respecto a lo que era blanco, amarillo o verde, rápidamente estaba de acuerdo con el término apropiado. Azul, púrpura, rosa y carmín parecían poco distinguibles entre ellos, siendo, de acuerdo a mi idea, todos un tipo de azul.  A menudo me ha pasado que he preguntado a seriamente una persona si una flor era azul o rosa, pero normalmente pensaban que estaba de guasa. A pesar de esto, nunca estuve convencido de que tenía una peculiaridad en mi visión, hasta que accidentalmente observé el color de la flor de un Geranium zonale a la luz de la vela en otoño de 1792. La flor era rosa, pero me aparecía exactamente de un azul celeste por el día; a la luz de la vela, por el contrario, estaba sorprendentemente cambiada, no teniendo nada de azul en ella, siendo lo que yo llamo rojo, un color que forma un fuerte contraste con el azul [una persona con el daltonismo de Dalton normalmente la vería como gris o casi negra] Al no dudar que el cambio de color sería igual para todo el mundo, pedí a varios de mis amigos que observaran el fenómeno, para mi sorpresa todos estuvieron de acuerdo en que el color no era diferente del que se veía a la luz de día, excepto mi hermano, que lo vio igual que yo. Esta observación claramente probó que mi visión no era como las de otras personas.

Al llegar a Mánchester, Dalton fue elegido miembro de la Sociedad Filosófica y Literaria. A las pocas semanas presentó su primer trabajo titulado «Hechos extraordinarios relacionados con la visión de los colores”. Hasta ese momento, la falta de percepción del color en algunas personas ni siquiera había sido formalmente descrita u observada oficialmente hasta que Dalton escribió sobre sí mismo. La naturaleza profunda y metódica de su investigación sobre su propio problema visual era tan ampliamente reconocida que daltonismo se convirtió en un término común de ceguera de color. Los grados de daltonismo son muy variables y hay muchas personas que no se dan cuenta de que no distinguen matices de colores que para otros están claros. Entre las personas famosas con daltonismo están el escritor Mark Twain, los cantantes Meat Loaf y Bing Crosby, el golfista Jack Nicklaus; el actor Keanu Reeves y Bill Clinton.

La teoría de Dalton era que veía el mundo a través de un filtro azul. Pensaba que su humor vítreo, la sustancia gelatinosa dentro del ojo, debía ser de hecho azul. Dio instrucciones a su muerte para que su asistente, Joseph Ransome, extrajera sus ojos y comprobara su hipótesis. Ransome hizo como se le indicó: tras su muerte, extrajo los ojos de Dalton y cortó un globo ocular, colocando su contenido en un vidrio de reloj. Para sorpresa de Dalton, si lo hubiera podido ver, muerto y sin ojos, el humor vítreo era “perfectamente pelúcido”. A continuación, Ransome hizo un agujero en el fondo del otro ojo y miró a través de él para ver si el rojo y el verde se veían idénticos, ambos de un color gris. El resultado fue negativo otra vez, ambos se distinguían perfectamente mirando a través del ojo de Dalton y Ransome concluyó que el defecto debía estar en el nervio óptico que conecta la retina con el resto del cerebro.

Los ojos de Dalton se pusieron en un bote con un preservante y se dejaron al cuidado de sus amigos de la Sociedad Literaria y Filosófica de Mánchester. Ahí estuvieron durante más de un siglo y afortunadamente se salvaron de un bombardeo alemán el día de Nochebuena de 1940 que destruyó muchos de los registros y documentos de Dalton.

En 1995, un grupo de fisiólogos de Cambridge obtuvo permiso para coger una pequeña muestra de la retina, amplificar su ADN mediante la reacción en cadena de la polimerasa y examinar los genes, para entonces perfectamente caracterizados, de los conos retinianos implicados en la visión de color. Pudieron demostrar que Dalton en realidad tenía una tipo menos común de ceguera al color, la deuteroanopia, en la que faltan los conos sensibles a las longitudes de onda intermedias (en lugar de funcionar con una forma mutada de su pigmento, como en el tipo más común de ceguera al color). Además de los azul y púrpura del espectro, Dalton sería capaz de reconocer un solo color, amarillo, o como él dice en su publicación:

que parte de la imagen que otros llaman rojo me parece poco más que una sombra o defecto de luz. Después de eso, el naranja, amarillo y verde parecen un color que desciende bastante uniformemente de un intenso color amarillo hasta uno poco frecuente, creando lo que podría llamar diferentes tonos de amarillo.

Aunque hay genes que pueden causar daltonismo distribuidos en 19 cromosomas, la mayoría de los genes relacionados con la visión del color están en el cromosoma X. Por tanto, el daltonismo es mucho más frecuente en los hombres (8% de los varones caucásicos) que en las mujeres (menos del 0,5%), que tienen dos cromosomas X y pueden tener una vista perfecta con daño en uno de los dos cromosomas. La proporción es más alta en comunidades aisladas: zonas rurales de Finlandia, islas de Escocia, etc. La mayor riqueza génica del cromosoma X para la visión en color explica que algunas mujeres al parecer tienen cuatro tipos de conos en vez de tres y la característica discriminación de tonos de colores, mucho más matizada y rica que en los hombres.

Las características genéticas recesivas que persisten a un nivel tan alto como el 5% se piensa que deben tener alguna ventaja evolutiva en el largo plazo. La respuesta la dio el ejército americano al ver que los daltónicos distinguían mucho mejor los colores de camuflaje, que la gente normal.  Es posible que nuestros ancestros daltónicos en zonas boscosas pudiesen reconocer con más facilidad entre la vegetación tanto a predadores como a posibles presas.

Un trabajo reciente ha mostrado que un transgen transportado por un vector vírico ha sido capaz de corregir la ceguera para el color en dos monos (uno de ellos llamado Dalton). El gen introducido por William Hauswirth y su grupo de la Universidad de Florida es para L-opsina, la proteína de los conos de la retina que responde a las longitudes de onda largas del espectro visible. Los monos “curados” del daltonismo eran capaces de distinguir rojos de naranjas y amarillos con mucha más exactitud. Más de dos años después del tratamiento, no se ha visto ningún efecto secundario y la mejora de la vista de los monos, persiste. Es posible que estemos a las puertas de la cura de la ceguera para el color.

Leer más:

José Ramón Alonso

CATEDRÁTICO EN LA Universidad de Salamanca

Neurocientífico: Producción científica

ORCIDLensScopusWebofScienceScholar

BNEDialNetGredosLibrary of Congress


2 respuestas a «Semáforos en Daltonia»

  1. Avatar de Pilar
    Pilar

    ¡Ahora me explico como hay personas que ven la vida de color rosa!… y otras que la ven negra.
    Me he permitido una ironía. Ya sé que no tiene nada que ver una cosa con otra, pero… ¡Ójala fuera así de simple! Si pudiéramos, por terapia génica, modificar los conos de aquéllos que ven la vida de color negro y conseguir que la vean de color rosa…

  2. Avatar de Celulas Madre

    La cosa es que todos pasamos por etapas en que vemos la vida de color de rosa y por etapas que lo vemos todo negro, y ambos son igualmente necesarios.

    Esperemos que pronto todos tengan esa opción.

Muchas gracias por comentar


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