Volviendo al tema de la homeopatía, hay cosas que siendo serias parecen divertidas: como un grupo de parlamentarios británicos estudiando si deben financiar remedios que no remedian nada. Al final, como decía el periódico The Guardian se trata de ver si unas píldoras de azúcar tienen poderes curativos conseguidos al haber sido fabricadas con una gota de un ingrediente que tiene un grado de dilución equivalente a una molécula de sustancia en una esfera de agua cuyo diámetro fuese aproximadamente la distancia de la Tierra al Sol.
En una escena de este teatrillo le preguntaron a un directivo de la cadena de farmacias Boots que indicó que “no tenía ninguna evidencia de que las píldoras homeopáticas funcionaran, pero las vendían porque la gente quería comprarlas”. Un auténtico ejemplo de responsabilidad social y ética profesional. Después, otro “portavoz”, en este caso de la asociación de fabricantes de píldoras de azúcar, perdón de empresas de homeopatía, dijo que los estudios sobre la ineficacia de la homeopatía eran a menudo pequeños, con una media de 65 sujetos analizados y “todos los estadísticos” estaban de acuerdo en que se necesitan 500 personas para hacer un análisis efectivo. Eso es efectivamente falso. Para terminar este acto de la tragicomedia, el mismo individuo citó en su favor un ensayo positivo sobre la homeopatía donde se habían estudiado … 25 personas. Hay que repetirlo una vez más. Ningún estudio científico ha dado validez a la homeopatía. Los que lo hicieron tenían datos falsos o eran chapuceros. El más famoso, del Dr. Benveniste en la revista Nature demostró ser una chapuza y que había conflicto de intereses como que varios de los investigadores estaban pagados por los fabricantes de píldoras de azúcar.
Pero según Ben Goldacre, el doctor y columnista de The Guardian, el momento cumbre fue la intervención del Dr. Peter Fisher del Royal London Homeopathic Hospital (no hace falta traducirlo pero sí decir que está financiado con fondos públicos) indicando que las píldoras de azúcar homeopáticas tenían efectos secundarios, así que tendrían que tener efectos primarios. No es así ni es nada nuevo. De hecho se llama el efecto “nocebo”. Al igual que una esperanza positiva (que uno está recibiendo un fármaco eficaz) puede generar un efecto positivo, en ausencia de una causa física y lo llamamos efecto “placebo”, el “nocebo” es un efecto negativo causado por una expectativa negativa. Pero ni el efecto placebo ni el nocebo alteran el curso de una enfermedad grave y pretender tratarla con una píldora de azúcar, perdón homeopática, significa incurrir en un grave riesgo.
Los efectos nocebo y placebo están demostrados y son bien conocidos. En un artículo publicado en diciembre de 2009 en la revista Pain se revisaban distintos estudios de fármacos contra la migraña y se encontró que en los grupos control (los que recibían una píldora de azúcar en vez del fármaco) tenían efectos secundarios similares a los que recibían una píldora con el medicamento. Los efectos secundarios eran similares solamente a los del fármaco con el que se comparaban (no a los de otros fármacos contra la migraña). En otros estudios se ha visto que los resultados placebo y nocebo con una píldora de azúcar «normal» y con una píldora de azúcar «homeopática» eran similares.
En Nature se ha criticado que algunas universidades británicas dieran títulos en homeopatía, indicando que los cursos universitarios daban a la homeopatía y a los homeópatas una credibilidad científica que no merecen. El propio Ben Goldacre, señalaba a Nature que varias universidades se habían negado a dejarle ver los materiales docentes que estaban utilizando. El farmacólogo David Colquhoun del University College de Londres ha utilizado la legislación que dice que los materiales tienen que estar a disposición del público, «Free Information Act» para recabar esos materiales.
En España, al menos las siguientes universidades imparten títulos relacionados con la homeopatía
Máster Interuniversitario en Plantas medicinales y fitoterapia | Universitat Autònoma de Barcelona |
Máster en Plantas Medicinales y Fitoterapia | Universitat de Barcelona |
Curso práctico de Homeopatía | Universidad de Las Palmas de Gran Canaria |
Curso de Especialización en Producción y comercialización de plantas aromáticas y medicinales | Universidad Politécnica de Madrid |
Experto Universitario en Plantas Medicinales | Universidad de Salamanca |
Máster en Plantas Medicinales y Fitoterapia | Universidad de Santiago de Compostela |
Experto en Homeopatía para la cooperación con el tercer mundo | Universidad de Sevilla |
Master en Homeopatía | Universidad de Sevilla |
Master en Medicina Naturista, Acupuntura y Homeopatía | Universitat de Valencia |
Especialista en Homeopatía | Universidad de Valladolid |
Postgrado en Medicina Naturista | Universidad de Zaragoza |
(datos obtenidos del listado de cursos sobre Homeopatía y Medicina naturista del portal Universia y del blog La lista de la vergüenza: Universidades españolas que imparten másters, cursos de postgrado, cursos de verano o títulos propios en pseudociencias.
En otros países lo tienen más claro. Las universidades holandesas se niegan a impartir «conocimientos» de homeopatía. Henk Timmerman, profesor emérito de farmacología de la Universidad Libre de Ámsterdam lo ha explicado con claridad: “La Homeopatía es una patraña. Las investigaciones han venido demostrando una y otra vez que no tiene ningún efecto. Los médicos que la utilizan deberían devolver su título. Están estafando a los pacientes al darles toda clase de preparados que no tienen ningún sentido.”
Según María Dolores Tremiño, presidenta de la Sociedad Española de Homeopatía «No es un placebo», niega Tremiño. «Lo que ocurre es que no funciona a nivel químico, pero sí físico. Tiene una acción electromagnética». Bravo lo corrobora: «El agua donde se ha diluido la sustancia conserva la memoria. El agua contiene información y es un gran conductor de información. En el futuro se entenderá, pero ahora no se tienen medios para comprenderlo. Aunque esto no es lo más importante. Lo importante es que esto lleva ciento y pico de años y no puede ser falso». Es verdad, durante siglos se ha pensado que la Tierra era plana, que el Sol giraba a nuestro alrededor y que los ratones nacían por generación espontánea de la paja en putrefacción. Durante siglos, un medicamento de gran éxito era el polvo de cuerno de unicornio. ¡No puede ser falso!
La falta de contundencia de los Colegios Profesionales españoles, que deberían velar por el cumplimiento de los principios básicos de una profesión científica, es vergonzosa. Los colegios de médicos catalanes han abierto secciones de homeopatía para acreditar a los facultativos y el consejo español de médicos lo ha aprobado como práctica médica. Según ellos, «esto no significa que lo avalen, simplemente que sólo puede ser ejercida por médicos.» Es decir, es un engañatontos, pero queremos tener el monopolio.
Al final la ecuación debería ser sencilla. Si uno receta o vende un supuesto medicamento del que conoce que no tiene ningún efecto, basado en la confianza del paciente o cliente, es una actuación carente de ética. Por otro lado, si un profesional biosanitario rechaza toda la evidencia científica disponible y considera que existen poderes curativos en ponerte piedras calientes en la espalda, clavarte agujas en la oreja, que alguien te pase la mano por delante de la cara, ponerte unas abejas para que te piquen, colocarte troncos de bambú para supuestamente movilizar la sangre, hablar de la «memoria» del agua y cosas parecidas (ver una divertida galería de imágenes aquí) entonces no puede considerarse parte de la comunidad científica, no acepta el método científico, forma parte de otra comunidad cuyos nombres comúnmente aceptados son charlatanes y curanderos y, si saca dinero de ello, estafadores. Uno no puede ir de la mano de Pasteur por un lado y de la Bruja Lola con la otra.
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