¿Y Bolonia?

Mi hermano mayor me pregunta por Bolonia. Dos preguntas sencillas ¿Qué es? y ¿es bueno? Él ya dejó la vida universitaria detrás, pero es inteligente y preocupado de la actualidad y tiene dos hijas, preciosas y listas, que presumiblemente algún día entrarán en la universidad, “irán a Bolonia” Me sorprende que todavía no haya calado en la opinión pública el sentido de este cambio de nuestro sistema universitario, habiendo sido un tema recurrente en periódicos y telediarios, pero está claro que el error es mío. Así que, pensando en él, y en Carla y en Abril, volvamos a dar un vistazo al llamado Espacio Europeo de Educación Superior (EEES).

Es un tema resbaladizo por lo polarizado. Ha generado las mayores algaradas de estudiantes desde la LRU y muchos compañeros, incluidos buenos profesionales, están radicalmente en contra de este cambio. En muchos momentos he sentido que se vivía como la puñalada final en personas que habían perdido la ilusión por la vida universitaria: nuevas normativas, nuevos procedimientos, incluso una nueva forma de enseñar. Parece que nos estuvieran diciendo que lo que llevamos haciendo tantos años está mal, que no sabemos enseñar, que tenemos que “reconvertirnos”, «reciclarnos», que debemos seguir la nueva buena nueva y que cualquier mundo pasado fue peor. No es así y no lo compro.

Como en una película americana, voy a empezar haciendo la confesión de mi pecado: me llamo José Ramón Alonso y soy pro-Bolonia. Eso no quiere decir que sea un sistema perfecto ni que apoye todo lo que se quiera colar debajo de esa bandera pero considero que un cambio en los sistemas universitarios era necesario, imprescindible. Un cuadro en la Biblioteca Histórica de la Universidad de Salamanca muestra una clase de hace 400 años. Un señor subido a un púlpito, leyendo-resumiendo un libro y un grupo de estudiantes abajo, tomando apuntes en bancos corridos. Inquietantemente parecido a nuestra realidad actual. Como decano, pregunté en cierta ocasión a empleadores de mis licenciados si echaban algo de menos en su formación: la respuesta “impactante” pero totalmente verosímil fue: “que sepan escribir una carta”. Es la realidad, saben la última proteína, las características de invertebrados del Índico que nunca veremos, han memorizado miles de datos inútiles, pero tienen dificultades para escribir una carta convincente, realizar un presupuesto realista, presentar un buen currículum o superar con éxito una entrevista de trabajo. Y sobre ese «mundo real» debe incidir Bolonia.

Creo que las universidades hemos sido siempre lo que la sociedad nos ha pedido. En la época medieval, formamos personas cultas que nos conectaran con los saberes clásicos en un mundo ágrafo y analfabeto. Rápidamente, pasamos a formar cuadros medios y superiores para las administraciones civil (las monarquías europeas) y eclesiástica (la estructura de la Iglesia católica en primer lugar y posteriormente, de las Iglesias protestantes). Nos dedicamos, en buena medida lo seguimos haciendo, a la preparación anárquica de opositores. Posteriormente, formamos, con Humboldt, investigadores, creadores de nuevos conocimientos. Luego, se nos demandaron personas para profesiones liberales, y las facultades más potentes fueron Medicina y Derecho. Finalmente, las titulaciones se diversificaron enormemente, la mujer se incorporó de forma masiva a la universidad y la sociedad española se hizo universitaria. Fuimos dando buena teoría y poca práctica y aportamos condimentos de cultura, deporte y atención a la discapacidad y a la diversidad para construir una sociedad abierta y democrática, la que ahora disfrutamos. Ahora se nos pide que hagamos transferencia del conocimiento, generemos patentes y «spin-offs», apoyemos un desarrollo económico sostenible y nos arremangamos y nos ponemos a la tarea. Quizá con menos entusiasmo del deseable, quizá no están todos lo que son, quizá caemos en ciertos victimismos, pero nos ponemos a la tarea.

Aunque siempre me salen los «posts» más largos de lo que quisiera, debo volver a la pregunta de mi hermano y contarle algo de Bolonia, qué es y qué no es, y qué nos espera en este camino, que tendrá recodos, pero no retorno.

Bolonia es el EEES, el Espacio Europeo de Educación Superior. Es un proceso de integración, concertación y unificación europea. Tras la integración política (Unión Europea, Parlamento, Comisión, Representante de la política exterior, etc.), unión económica (euro, Banco Central Europeo,…) viene una integración de los sistemas universitarios, con fuertes derivadas en temas importantes como la competitividad de nuestras economías, la flexibilidad y movilidad de nuestros profesionales, el desarrollo de la investigación y la dimensión social de Europa.

Bolonia cuida la calidad. Los sistemas universitarios europeos son diversos. No alcanzan la variedad de los que existen en Estados Unidos, donde están probablemente las mejores universidades del mundo, pero también las peores, ni en China o en América Latina. Bolonia incluye mecanismos de control de calidad: acreditación, certificación, evaluación y auditorías. Supone un cambio de cultura para los universitarios y una garantía para los estudiantes que acceden a una universidad.

Ya sabemos hacer Bolonia. Todos (o casi todos) los profesores universitarios sabemos interaccionar con los alumnos, sabemos convertirles en el centro del aprendizaje, sabemos sacar lo mejor que atesoran, sabemos convertirlos en personas creativas y críticas, pero la “realidad” muchas veces no lo permite al 100%. De eso hablaré en otro post. Yo he hecho Bolonia toda mi vida en el doctorado: grupos muy pequeños, relación estrecha, conocimiento profundo, enseñanza de aptitudes y habilidades, pérdida de importancia del examen, manejo de búsquedas de información, exposiciones orales, “working papers”, discusión de artículos, trabajo personal y en grupo, introducción a la investigación,… Full Bolonia.

Competitividad internacional. La mayoría de los mejores estudiantes universitarios de Asia, América Latina, África y Oceanía miran a Estados Unidos a la hora de completar su formación académica. Una oferta enormemente flexible y diversa (diplomas de distintos niveles, enseñanza presencial, semipresencial y a distancia, variados niveles de exigencia, universidades de todo tipo y pelaje) unida a una reputación internacional merecida como líderes en los ámbitos científicos y tecnológicos hace que la universidad norteamericana sea líder en la captación de los mejores talentos. El EEES no solucionará esto de una tacada, pero convertirá a la universidad europea en un competidor más visible, más viable, más eficaz.

Devolver los másteres a la universidad pública. Estábamos de lleno en una percepción social donde la enseñanza universitaria era algo necesario pero no suficiente. El éxito, la verdadera diferencia, se conseguía con un máster, en manos mayoritariamente de centros privados, cuyo precio por año podía superar el del total de varias carreras universitarias, que muchos pagaban sin chistar porque se suponía que era el que verdaderamente abría las puertas del mercado laboral. Por otro lado, que muchos de los profesores de los másteres fueran los mismos funcionarios de las universidades públicas era algo sobre lo que se miraba frecuentemente hacia el tendido. Bolonia incluye los másteres en el currículum universitario y lo hace, en las universidades públicas, a precio de enseñanza pública.

Sistema legible de titulaciones. Recibo un currículum de un inglés que me dice que es B. Sc. (Eco) y Ph.D. Sé que significa Bachelor of Science (bachiller en ciencias, también en latín Scientiæ Baccalaureus) pero que no corresponde a nuestro bachillerato. Eco, leyendo el currículum supongo que es Economía, pero hubiese podido ser Ecología. Busco en Wikipedia y me dice que en Oxford, Cambridge y Dublín, no se usa el título de B.Sc. y se llaman Bachelor of Arts (BA). Pero luego resulta que en Estados Unidos, si estudian una carrera académica (y me ponen el ejemplo de Química) se llaman Bachelor of Arts pero si estudian para una profesión (y me ponen el ejemplo de Enfermería) reciben un título de Bachelor of Sciences. También me informan que tres universidades norteamericanas, includo el Massachusetts Institute of Technology, dan el Bachelor of Sciences a todos sus estudiantes, pero resulta que  también lo hacen las academias militares. Parece que es similar a nuestras licenciaturas pero duran tres o cuatro años y en muchas universidades, el cuarto año es opcional y lo llaman un grado de honores. En algunas universidades hace falta sacar buenas notas medias para ese grado de honores y en otros es solo cursar ese cuarto año, «a mayores». Pero hay gente que hace una validación de estudios previos o un curso condensado y le dan el B. Sc. en dos años. ¿Y eso es similar a los cinco años que me tiré estudiando como un cabrito? Del supuesto Doctorado en Filosofía (Philosophy Doctor, ya sé que no significa lo mismo que en España y corresponde a una buena tesis científica. Perdón, no se entiende. Ni ellos entienden lo nuestro. ¿Cuántas veces me han preguntado qué era un licenciado? Tendremos con Bolonia un sistema legible, comprensible, con un grado universitario de 3 o 4 años y un máster de 1 o 2 años. Cada título llevará un suplemento europeo al diploma, que explicará lo que cada uno ha hecho. Así, en toda Europa.

No es una privatización. El chiste triste y fácil es que quién iba a querer comprar el sistema público de universidades: Instituciones gigantescas, con fuertes deudas, con plantillas enormes y fuertemente blindadas en sus usos y en sus derechos, con una competencia nacional e internacional feroz, con una clientela en retroceso y una imagen pública cuestionable. No me gusta ese chiste. Bolonia no quiere entregar la universidad a la empresa, sino acercar la universidad a la sociedad, y eso es algo que debe ser deseable para todos los que nos sentimos servidores públicos.

Promueve la movilidad. Creo que desde la derrota de los nazis, no ha habido nada tan importante para la historia de Europa, como los procesos de integración, y el EEES es uno de ellos. Los programas de movilidad universitaria fueron un gran éxito de nuestro continente. Erasmus-Sócrates-Leonardo cambiaron el mapa de Europa, rompieron las fronteras, generaron una nueva sociedad. El EEES subraya y potencia este cambio. Refuerza el intercambio de estudiantes y promueve también el de graduados, profesores e investigadores, en todo el ámbito europeo y, progresivamente, en otras regiones del orbe (Erasmus-Mundus). No es dar lugar a unas generaciones nómadas sino flexibilizar nuestras sociedades, convertirnos en políglotas multiculturales, más abiertos a la realidad europea, más sensibles a las diferencias sociales y entronca en la tradición cultural, humanista y universitaria de la mejor Europa.

Fomentar el aprendizaje permanente. La evolución de los conocimientos, de las profesiones, de las tecnologías se acelera. Bolonia considera que las universidades deben ser lugares naturales para el reciclaje, la formación complementaria y la actualización profesional y los universitarios deben ser personas para los cuáles la educación y el aprendizaje no son una etapa de su vida sino una forma de vida. Hay quien asimila lo de aprendizaje permanente  a cadena perpetua, pero no es un castigo, sino mantener toda la vida la capacidad de mejorar, de ser mejores.

Quedan cosas en el tintero, y avanzaremos con tropiezos y errores, pero Bolonia, creo firmemente, es una buena noticia para la universidad española.

José Ramón Alonso

CATEDRÁTICO EN LA Universidad de Salamanca

Neurocientífico: Producción científica

ORCIDLensScopusWebofScienceScholar

BNEDialNetGredosLibrary of Congress


14 respuestas a «¿Y Bolonia?»

  1. Avatar de diego b.
    diego b.

    realmente interesante y didáctico, pero se me plantean dos dudas:
    ¿resulta posible aplicar «bolonia» en un aula de mas de cien personas?
    ¿el incrmento del precio de matriculas será asumible para als familias?
    un saludo y enhorabuena por el blog

  2. Avatar de admin

    Estimado Diego

    Gracias por tu comentario. Intento contestarte:
    1.- No, no se puede hacer «bolonia» en un aula de cien personas. Ahí puedes dar una clase típica, lo que llamamos una clase magistral. El problema es si solo damos clases magistrales. En un grupo tan grande hay poco margen para la interacción, la discusión de casos,.. Lo lógico es combinar grupos grandes y grupos pequeños (tampoco tiene sentido hacer todo en grupos pequeños, es parecido dar una magistral a 20 o a 50).
    Este año di clase «bolonia» a un grupo grande y no terminé contento pero las razonas son diversas.
    2.- Sí, es asumible. Las subidas han sido en torno al 0-2%. Si pensamos en una matrícula media anual de 1.000 euros y que la subida fuera un 5%, eso sería 50 euros al años, unos 5 por cada mes de clase. Creo que es asumible por las familias. Soy más crítico sobre si la sociedad tiene que pagar 10.000 euros al año para una plaza en la universidad para alguien que no la aprovecha. ¿Políticamente incorrecto?
    Un abrazo

  3. Avatar de diego b.
    diego b.

    Gracias por su contestación.

    Sinceramente me hubiera gustado estudiar en «Bolonia», aunque considero que, al final y como siempre, el profesor resultará decisivo. Como usted decía hay profesores que ya hacían «Bolonia» antes de la reforma y otros que seguirán en el S XVI aunque se aprueben mil reformas. Mi hija, que ahora es muy pequeña, espero que conozca esa Universidad. Y sobre todo espero poder ayudarla bien a legir, porque creo que con el EEES la elección de qué estudiar y donde hacerlo es fundamental, ya lo era antes pero ahora creo que más.

    Gracias de nuevo

  4. Avatar de admin

    Gracias a ti.
    Al final, todo se resume en alguien que quiere enseñar y alguien que quiere aprender. Pero podemos mejorar mucho. Por ejemplo, seguimos teniendo un sistema de Pruebas de Acceso a la Universidad (Selectividad) que no tiene nada que ver con «Bolonia», con lo que decimos que vamos a hacer después. Totalmente de acuerdo también con esa reflexión y valoración previa. ¿Te imaginas que fuéramos a comprar coche al concesionario más cercano a nuestro domicilio sin importarnos calidades, garantías, servicio, rendimiento, etc.? Eso es lo que hacemos mayoritariamente con la formación universitaria de nuestros hijos e hijas.
    Te reitero mi agradecimiento por tu aportación.

  5. Avatar de Aciguembre
    Aciguembre

    A pesar de lo expuesto, a mi se me siguen planteando varias preguntas:
    ¿Porqué tanta «precipitación»? ¿Se ha preparado con suficiente profundidad el cambio? ¿Aparte de los organismos docentes, ¿están los propios profesores preparados para tanta «interactividad»? A muchos estudiantes imagino que es lo que estaban esperando cuando acceden a la Universidad. Alguien que LES FORME en lo que va a ser su futuro, pero entonces ¿porqué tanta respuesta en contra?. (O a lo mejor solo lo que está en contra es lo que se ve en la calle)

    1. Avatar de admin

      Bueno, la precipitación es porque tuvimos diez años, cuando menos, y no hicimos nada los siete primeros. Ni el gobierno de Aznar ni el de Zapatero sacaron la legislación necesaria hasta que se encendieron todas las alarmas. Muchos países europeos ya habían cruzado ese puente aunque también con sus dificultades.
      El «cambio» son muchos cambios. Hay un cambio legislativo, que es lo más fácil (aunque acordaros de las broncas entre los colegios de ingenieros, los pulsos entre ministerios y tantas otras). Luego hay un cambio administrativo (diseño de planes de estudio, calendarios, reglamentos,..). Todo eso implica adecuación de plantillas e instalaciones (con lo que afloran problemas antiguos, se incita una de las frases más universitarias: «agravios comparativos» y todas las sardinas buscan un ascua al que acercarse).
      Realmente, creo que sí estamos preparados en lo que verdaderamente es importante: las personas. Como en toda mudanza, habrá incomodidades pero debemos tener la esperanza de que luego vamos a estar más a gusto con nuestro trabajo, todos los miembros de la comunidad universitaria.
      La respuesta en contra tiene muchas raíces: la política informativa fue mala, algunos grupos radicales aprovecharon el «hueco» y parece que todo el mundo quiere vivir su París del 68. Con el esfuerzo de muchas personas, se pudo ir mejorando la información y solucionando algunos de los problemas. Los resultados del primer año han sido buenos (mejores notas y más gente presentándose a examen) pero los verdaderamente importantes, una nueva forma de aprender y de trabajar, llevarán tiempo. Nos falta mucho pero ojalá no sea un ejercicio de gattopardismo, cambiar todo para que todo siga igual.
      Gracias por tu comentario.

  6. Avatar de Elvira
    Elvira

    Yo tambien soy pro- Bolonia.
    Creo que ha existido y aún existe una deficiente información sobre este contenido.
    Es cierto que para el próximo curso «todos somos Bolonia» en la USAL… pero tambien es cierto que, las adaptaciones no parece que vayan a ser las ideales porque, adaptar nuestras universidades al nuevo sistema requiere un buen desenvolso monetario(aumento y /o adaptación de espacios y material) y mayor número de plazas de profesorado. Y, estamos atravesando una ¡crisis económica mundial! Pero aún así considero que TODOS deberíamos de esforzarnos para intentar crear el modelo BOLONIA aunque estemos en esta situación y haya que «arrimar el hombro». Los alumnos que disculpen los fallos iniciales y los profesores que no nos derrumbemos ante las dificultades… en imagen poética, es nuestro Everest particular. Vendrán tiempos mejores. Somos los pioneros y cómo ellos hemos de mantener y tener ilusión en el futuro y en el sistema.

    1. Avatar de José R. Alonso

      Gracias, Elvira. Creo que ese espíritu ayudará a hacer mejor las cosas. No estoy tan seguro de que el problema sea la necesidad de inversiones. Es cierto que hay que hacer arreglos en los centros (dividir aulas suele ser lo más habitual) pero eso no es muy caro y las necesidades de profesorado dependen de si nos seguimos manteniendo en compartimentos estancos (áreas de conocimiento y departamentos) y no estamos dispuestos a acordar que todos tiren del carro con el mismo esfuerzo. Voy a preguntar lo que lo mismo es un «sacrilegio»: ¿puede un cirujano dar clases de Anatomía?. Más allá: ¿se podría pedir a un profesor que no tiene docencia, o que tiene mucha menos que sus compañeros, que se preparase una asignatura (distinta a la que hizo la tesis) para el siguiente curso? Ojo, no digo que un profesor de filología francesa explique mecánica de fluidos pero, otro sacrilegio, ¿sería posible o exigible que un profesor de una facultad que no tenga carga docente pudiera impartir una asignatura de primero de carrera de su propia carrera? Otro comentario provocador, si un profesor tiene muchos resultados de investigación o carga con mucha actividad de gestión, ¿es lógico que tenga menos carga docente que el que con criterios objetivos no investiga ni hace gestión? ¿Y lo contrario? Creo que necesitamos este debate y te agradezco mucho tu comentario.

  7. Avatar de Elvira
    Elvira

    Hola José Ramón:
    Está claro que un profesor de Cirugía podría impartir Anatomía, algunos profesores de Anatomía son cirujanos, en la actualidad, tienen un amplio conocimiento sobre la estructura corporal humana. Tambien, existen profesores que dan clases diferentes de las que suponen su propia línea de investigación al igual que existen otros que imparten en varias titulaciones o centros… pero sé por dónde va la «aguja de marear», no todos lo aceptan y no todos lo admiten… y esto es parte del fundamento de Bolonia… no hay compartimentos estanco… el que sabe o domina algo de alguna materia la imparte en aquellas titulaciones que son afines. No tengo ni idea de como está la RTP de los diferentes departamentos universitarios actualmente… pero lógicamente habrá que hacer algunas «reformas» de las que nombras y éste creo, es uno de los motivos por los que tal vez se haya hecho «impopular» el plan Bolonia. El «ser humano es un animal de constumbres» y eso cuesta modificarlo en algunas ocasiones. Totalmente de acuerdo con tu comentario. Un abrazo. Elvira

  8. Avatar de jesus
    jesus

    2, 3 ó 4 años… y ni ellos se aclaran con las denominaciones de sus títulos. ¿No será en definitiva algo similar a esas maravillas empresas privadas de calificación, que luego no califican? ¿algo similar a esos expertos financieros, tan culpables en esta crisis económica mundial? ¿algo similar a esas maravillosas economías anglosajonas que ahora resultan que son (EEUU, R.U.) las más endeudadas del mundo? ¿algo similar a esa prensa independiente, que luego son simples empresas privadas con sus intereses tan dependientes de eso, de empresas privadas y concretas? Creo que hay demasiada mitificación en nuestras sociedades. Y se puede hacer una licenciatura con prácticas sin tanto bombo. ¿es realmente tan acertado el mundo anglosajón, o ocurre como ocurría con España cuando era su hora? Y cuando mañana sea China la primera potencia ¿también lo cam,biaremos todo a la china? De cualquier forma, un artículo muy interesante, sobre todo en ese aspecto tan ilustrativo de las denominaciones. No logro entender por qué, ellos tan laborisosos y diligentes, recurren tanto a las iniciales y a las siglas, con la incertidumbre que eso aporta…
    no es lo mismo economía que ecología, más bien las antípodas.

  9. Avatar de Angel Lakuntza Aztiria
    Angel Lakuntza Aztiria

    Bolonia puede ser algo necesario pero me parece que cojea como siempre por la parte más débil que son los discapacitados.
    Yo soy Padre de un muchacho que terminó la carrera de Químicas en el Opus en Pamplona con un expediente brillante (2ºmejor expediente).Ahora lleva 3 años con el doctorado en San Sebastián, al tener que hacer una estancia en el ICIQ, Tarragona,¿como se arregla o quien le ayuda en el hacer diario?,quizas Bolonia? Angel Lakuntza

    1. Avatar de José R. Alonso

      Estimado Ángel

      «Bolonia» es simplemente una nueva forma de enseñar y aprender, un modo de organizar las enseñanzas universitarias que valore más la relación con el puesto de trabajo que viene después, un sistema de internacionalización que mejore la visibilidad de los títulos y fomente la movilidad. No va a solucionar todos nuestros problemas, todas nuestras deficiencias, todas nuestras carencias. Sí quiero pensar que actualiza la Universidad y será un camino para prestar una mayor atención a valores, a la inclusión, a la atención a la discapacidad. Y, me temo, sin varitas mágicas, con altibajos, con lentitud. Pero confío que cuando miremos un poco hacia atrás, como en muchos otros temas universitarios, veamos lo mucho que hemos cambiado y sí, para mejorar. Y su hijo tendrá que pelear, como seguro que ya ha hecho, para demostrar que es tan bueno como el que más, que no va a aceptar ninguna barrera y que abrirá camino para los que vienen detrás.
      Gracias por su comentario y mi felicitación al químico.

  10. Avatar de Ignacio
    Ignacio

    Claro, yo también me considero pro-bolonia, es sencillo apreciar las virtudes del plan, sin embargo, tiene un fallo de base: la aplicación.

    La intención es buena, pero cuando se tiene un proyecto entre manos, se debe comprobar que éste sea factible, en otras palabras, hay que ser realista; no se puede pretender aplicar un plan que por sí mismo requiere una serie de adecuaciones, sin realizar las mismas. El resultado lo he sufrido en persona, un «híbrido» a caballo entre bolonia y el plan antiguo del que dudo que haya sumado las ventajas de ambos.
    Sin extenderme mucho más, quería decir que bolonia queda muy bien en el papel, ójala fuera funcional, sin embargo, antes de aplicar una chapuza sin terminar, sería mejor pararse a pensar y reconocer que se han hecho las cosas con prisas y sin la calidad que requiere algo tan importante como es nuestra educación y formación.
    Un Saludo!

  11. Avatar de Ignacio
    Ignacio

    Ante todo darte las gracias a ti por responder.

    No me refería a que la aplicación fuera automática, estoy de acuerdo en que no es
    probable que se implante y funcione al cien por cien de por sí, sin embargo, para eso está una buena planificación; lo que veo que
    han hecho aquí -según pensaba y según me cuentas- es como tener un huevo del que
    crecerá un individuo del que sólo sabes su especie, pero no sabes su forma, sus
    funciones ni su comportamiento, saliendo de la metáfora, no sabes cómo va a responder por lo que tendrás que adaptarte a dicho individuo. De otra manera, si estudiamos la especie sabrémos «por donde van a ir los tiros» por lo que la adaptación será más rápida, más eficiente y el resultado mejor. (Perdona mi burda comparación)
    También quiero decirte que he de reconocer que naturalmente, por mera experiencia y veteranía
    gozas de una perspectiva muy amplia que no se puede comparar con mis dos años (no llega) de estancia en la universidad, no obstante, me gusta guíarme por mis experiencias e intentar ser un poco crítico con lo que escucho, leo etc.
    Me ha impactado el panorama universitario que me has expuesto, especialmente me inquieta la mala gestión que han llevado los partidos políticos y me pregunto seriamente a que juegan. Por otra parte, quizá sea demasiado ingenuo y tienda a
    pensar que la sociedad funciona de manera transparente, y que no siempre son intereses
    personales los que mueven la maquinaria.
    En cuanto a la situación de los profesores sin vocación, los que van a clase por cumplir y llenar bolsillo creo que son producto de sueños tibios, de vidas inmersas en rutina que no ofrecen ninguna ilusión (son como libros andantes). Los alumnos que no estudian son reflejo de algo parecido. Quiero pensar que lo que falta es motivación cosa que opino que es personal y deriva de conocerse a uno mismo; el problema que se plantea es que una gran parte de los estudiantes están en la universidad por inercia; seamos sinceros, acceder a una carrera universitaria no es muy complicado, y la visión que se tiene -por lo general- es que, para hacer algo en la vida es necesaria una carrera… y ahí tienes el resultado: masifiación en ciertas carreras, apatía por lo que se estudia, ausencia de curiosidad…
    Me preguntas cómo lo haría, y lo que te voy a responder quizá se aleje de lo posible.
    Para empezar remodelaría la educación desde la base y haría hincapié en hacer los planes
    de estudios lo más flexibles posible y sobre todo fomentar la curiosidad por las cosas (es lo imprescindible). Sería prioritario sacar de los tópicos a la envejecida filosofía, y desde los primeros años de formación fomentar ese (¿Y por qué?); creo que así conseguiríamos gente que
    pensara por sí misma y no peleles que siguen a unos cuantos «avispados». Por otro lado,
    la universidad debería regir la universidad, es decir, debería ser independiente, pues
    creo que nadie conoce mejor sus necesidades que ella misma y en vez de estar gobernada
    por los intereses de un gobierno (que no los intereses de los estudiantes) lo que debería
    estar a su cargo sería una relación dinámica entre un grupo directivo y los propios estudiantes (como
    puedes ver, de nuevo peco de ingenuo).
    Por último, no sé si es por cobardía o porque tiro la toalla antes de intentarlo pero dudo de la capacidad de un individuo (o de unos cuantos justos) para ir contracorriente y conseguir algo sin salir demasiado perjudicados… veo más fácil hacer las cosas bien desde el principio.
    Un Saludo!

Muchas gracias por comentar


Artículos relacionados

Descubre más desde Neurociencia con el Dr. José Ramón Alonso

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo